Liga Interna 2016-17 (Fiesta Final)

love_basketball

Acabada la temporada, y con el sol de justicia de costumbre, se entregaron los Trofeos a los destacados. El palmarés quedó así:

Campeón Liga Interna 2016-17: 1ºB (recogió el galardón, su capitán, Adrián Sevilla).

Campeón Grupo B 2016-17: 1ºH (se hizo cargo del trofeo, Iván Herranz, su capitán).

Trofeo al MVP del Torneo: Adrián Sevilla (1ºB)

Trofeo al Máximo Encestador del Torneo: Francis Núñez (1ºH)

Mención al Máximo Taponador: Raúl López (1ºB)

Mención al Jugador Revelación: Abel Alameda (1ºX)

Mención al Mejor Debutante: Francis Núñez (1ºH)

Mención al Jugador con Mayor Número de Asistencias: Adrián López (1ºX).

Un Partido de las Estrellas como debe ser (no como otros)

Pararon los aplausos y la cosa se puso seria, porque de un tiempo a esta parte, lo del amistoso del «All Star Game» no se lo cree nadie. Hay intensidad y hay «pique», y en nada se parece esto a la pachanga esa indecorosa de la NBA (y además, aquí hay «barra libre»).

Los de 1ºB recibieron una admonitoria advertencia (valga la redundancia) antes de empezar: «se prevé que os peguen una paliza. Han venido muchos y buenos». Tal invectiva, dicha sin duda con la maligna intención de «pinchar» a los campeones, les espoleó de tal manera, que se tomaron el partido como si en él les fuera la vida.

Los dos primeros cuartos, las ventajas para la Selección oscilaron entre los 4 y los 7 puntos. Esta fue la ventaja máxima que consiguieron tener los de negro (14-7, al descanso). Pero la mezcolanza de estrellas no conseguía dar con un juego fluido en la cancha (los numerosos cambios, obligados por la asistencia masiva de concursantes, tuvieron gran parte de culpa en ello). Y además, los de blanco apretaron los dientes en defensa, lo que unido a una buena racha de Adrián Sevilla, provocó el enpate a 15, en el tercer cuarto, a falta de 12 minutos para el final.

El último cuarto fue de una gran brillantez, pues «los escogidos «pusieron en cancha a toda su artillería. Carlos Gutiérrez, Pedro Tomás Carrasco, Carlos Martín, Luis Sanchidrián y Adrián López, descansados y frescos tras su paso por el banquillo, acabaron, no sin dificultades, con la resistencia de los algo cansados campeones (solo fueron 6 a repartir el tiempo de juego). 29-23 fue el marcador final de un extraordinario partido, en el que si tengo que destacar a alguien, ése debe ser el Sr. Sanchidrián, con 10 puntos, máximo anotador del encuentro y el más regular en cuanto a rendimiento. Estrella entre las Estrellas, o, lo que es lo mismo, MVP.

Por 1ºB jugaron:

Adrián Sevilla se quitó en seguida de encima el peso de los dos trofeos recibidos, pues jugó de manera notable. Movió bien a los suyos y, aunque no brilló excesivamente en ataque, fue el artífice de la remontada del tercer cuarto, con tres canastas seguidas que obligaron a pedir tiempo muerto al equipo rival. Su duelo con su amigo, el López de negro, fue de lo mejor del choque.

Raúl López estuvo muy bien, tanto en el rebote como en la defensa, aunque la excelencia de penetradores y reboteadores que había enfrente le obligó a un esfuerzo extremo (acabó con 4 faltas, alguna de las cuales incluso fue). En ataque, aunque no tuvo excesiva suerte, metió tres canastas,  pero pudieron ser unas cuantas más.

Alejandro Mansilla jugó con su habitual eficacia. No faltó su repertorio de rebotes (alguno en las mismísimas narices de Carlos Guti), robos de balón, bloqueos e intentos de triples (aunque su acierto depende de la buena selección de tiro, y de los tres que intentó, solo uno fue bueno). Gran defensor, ayudó como siempre en la circulación de balón y pasó con seguridad.

Pepe Rodríguez fue el imperial pívot reboteador que siempre ha necesitado su equipo, pero además, esta vez, mostró el acierto en ataque que en tantos partidos se le ha negado, con esos excelentes movimientos jugando de espalda a canasta y esas entradas con las que suele avasallar a su defensor. Dos canastas como dos soles, para su mejor partido de la temporada (cuando más difícil lo tenía, contra los mejores altos del Torneo). Estupendo.

Jaime Truque luchó mucho, defendió bien, movió el balón con acierto e intentó penetrar con su habilidad de costumbre y usó algo más, vistas las dificultades de entrar en la zona rival: su tirito de cerca, provocando más de un disgusto. 5 puntos tras dos canastas y un tiro libre, en una brillante actuación.

Javier Martín hizo gala, una vez más, de sus buenos fundamentos, tanto en el pase, como en el bloqueo, como en la ayuda en la conducción del balón. Defendió con garra, y su canasta, en el último cuarto, fue el justo y lógico premio a su buena dinámica y selección de tiro.

En la Selección jugaron:

Francis Núñez,  quizás fue el único que no supo interpretar lo que era este partido. Es cierto que en los «All Star Game» de la NBA todos pasan de todo en busca del lucimiento personal, pero esto, como ya he dicho, es, afortunadamente, otra cosa. Estuvo individualista como si estuviera en su equipo (donde si le necesitan), y chupó hasta en 8 ocasiones, desesperando un poco a sus compañeros. No obstante, se le vio dar 2 pases y, aparte de eso, metió un triple de los suyos y fue el autor, es de justicia decirlo, de la canasta del partido, que hay que narrar, porque fue tremenda: tras coger un rebote en ataque, retrocede un paso y, cayéndose hacia atrás, tira en suspensión por elevación.

Adrián López movió a los de negro con velocidad y eficacia. Defendió sumariamente a su colega Sevilla y fue autor de una canasta, pero de las buenas (en los momentos finales).

Pedro Tomás Carrasco estuvo en su salsa, demostrando que ha acabado la temporada como un tiro. Metió 5 puntos, pero donde estuvo magistral fue en el rebote, capturando unos cuantos «in the face» of Raúl, Pepe, Jaime y compañía. Sobresaliente.

Luis Sanchidrián jugó de «multifunción», o sea, de base (subiendo el balón o directamente en «coast to coast», copiando al mismísimo Francis), de escolta, de pívot (cogió muchos rebotes también) y de utillero. En ataque estuvo sembrado, con 10 puntos que marcaron la diferencia y le convirtieron en el más valorado.

Fidel García-Gesto, feliz de haberse conocido, disfrutó de lo lindo (parece Roberto Carlos cuando jugaba al fútbol). Movió al equipo, penetró con su habilidad habitual, asistió y pasó con seguridad y metió un triple valioso justo cuando remontaban los adversarios, en el tercer cuarto. Estupenda actuación.

Abel Alameda colaboró en la intendencia (labor que domina) y estuvo muy luchador en defensa. Se echaron en falta sus fulgurantes contraataques y sus entradas de fantasía, precisamente las que le han hecho merecedor de la mención como uno de los grandes del año, pero estuvo muy bien.

Carlos Gutiérrez estuvo notable, tanto en lo que se refiere a su labor defensiva como a su colaboración con el rebote. Además metió una canasta en el último cuarto. Se pudo observar su poderío bajo los aros, sobre todo cuando su «pareja de baile» fue Pedro Tomás.

Carlos Martín, tras su canasta inicial del primer cuarto, no tuvo suerte en ataque, pero su constante lucha, su esforzada defensa y sus grandes fundamentos en el bote y en el pase le convierten en pieza valiosa en la subida y en los movimientos de balón.

Adrián Saugar, el último convocado, cumplió con creces a pesar de la dificultad del envite. Defendió con su garra habitual, en ocasiones con cierta dureza (pero había que evitar las canastas fáciles enemigas) y en ataque estuvo algo apocado (demasiadas escopetas en esta cacería), pero colaboró bien y estuvo, como siempre, muy seguro y eficaz.

Celia Martín, la única chica, pagó quizás esa soledad (de hecho, estuvo mejor el año pasado, cuando tuvo que pelear contra Cristina Blanco), a pesar de que tuvo al lado a «su» Guti. Estuvo algo cortada, y no se le vio penetrar con su rapidez y habilidad de costumbre. A pesar de ello, cumplió bien en labores de base y escolta y pasó y llevó el balón con su solvencia acostumbrada.

Esta entrada fue publicada en Baloncesto. Guarda el enlace permanente.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *