En el interior del Parque Nacional de Timanfaya se pueden observar una gran variedad de fenómenos geológicos relacionados con su naturaleza volcánica así como una gran diversidad biológica que alcanza a 180 especies de vegetales distintos. Se trata de un hábitat donde la presencia humana ha sido prácticamente nula, siendo un auténtico laboratorio de investigación para procesos de colonización biológica.
La gran necesidad de intentar proteger un área de unas características ecológicas de valor incalculable llevó a declarar Timanfaya como Parque Nacional mediante el Decreto del 9 de agosto de 1974 y éste fue reclasificado por Ley en 1981.
Después de esto, la administración autonómica de Canarias intentando preservar este espacio natural, inició una nueva política proteccionista que llevó a la declaración en el año 1987 de la Ley de Espacios Naturales Protegidos la cual fue complementada en 1994 por la Ley de Espacios Naturales de Canarias. En total ocupa una extensión de 51,07 km² del suroeste de la isla. Todo el parque es de origen volcánico, «los volcanes de Timanfaya». Las últimas erupciones se produjeron recientemente, en el siglo XVIII, entre los años 1730 y 1736. (Saber más…)
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