La pausa versal
Tras cada uno de los versos que componen un poema
se exige una pausa, conocida como pausa versal,
que se puede representar con el signo //:
Ojos claros, serenos, //
si de un dulce mirar sois alabados, //
¿por qué, si me miráis, miráis airados? //
Gutierre de Cetina
El encabalgamiento. Tipos
En ocasiones, una unidad sintáctica (un sintagma,
una frase o una oración) queda interrumpida al final
de un verso y continúa en el verso siguiente. Cuando
esto ocurre, se produce un conflicto entre métrica y
sintaxis, que a menudo se resuelve reduciendo la
duración de la pausa versal. Veamos un ejemplo:
Una tarde parda y fría
de invierno. Los colegiales
estudian. Monotonía
de lluvia tras los cristales.
Antonio Machado
Este fenómeno métrico se conoce con el nombre de
encabalgamiento.
Dependiendo de la extensión que tenga el texto encabalgado
del segundo verso, se distinguen dos tipos
de encabalgamiento:
• Cuando el encabalgamiento finaliza entre la primera
y la quinta sílaba del segundo verso, se denomina
encabalgamiento abrupto:
Porque escribir es viento fugitivo, //
y publicar, columna arrinconada. //
Digo vivir, vivir a pulso, airadamente
morir, citar desde el estribo. //
Blas de Otero
• Cuando el encabalgamiento ocupa seis o más sílabas
en el segundo verso, se denomina encabalgamiento
suave:
Plural ha sido la celeste
historia de mi corazón. //
Era una dulce niña, en este
mundo de duelo y de aflicción. //
Rubén Darío
El encabalgamiento tiene dos efectos fundamentales:
• En primer lugar, se altera el ritmo del poema.
• En segundo lugar, se llama la atención tanto oral
como visualmente sobre un determinado elemento.
ACTIVIDADES
1. Identifica los encabalgamientos que se dan en estos tres poemas y especifica
si son suaves o abruptos:
■ Fíjate en todos los encabalgamientos que has señalado e indica
qué palabra o grupo de palabras se intenta destacar en cada caso.
■ Explica qué impresión te produce cada encabalgamiento.
Pido la paz y la palabra
Escribo
en defensa del reino
del hombre y su justicia. Pido
la paz
y la palabra. He dicho
«silencio»,
«sombra»,
«vacío»,
etcétera.
Digo
«del hombre y su justicia»,
«océano pacífico»,
lo que me dejan.
Pido
la paz y la palabra.
Blas de Otero
El mar. La mar
El mar. La mar.
El mar. ¡Solo la mar!
¿Por qué me trajiste, padre,
a la ciudad?
¿Por qué me desenterraste
del mar?
En sueños, la marejada
me tira del corazón.
Se lo quisiera llevar.
Padre, ¿por qué me trajiste
acá?
Rafael Alberti
El libro
Irás naciendo poco
a poco, día a día.
Como todas las cosas
que hablan hondo, será
tu palabra sencilla.
A veces no sabrán
qué dices. No te pidan
luz. Mejor en la sombra
amor se comunica.
Así, incansablemente,
hila que te hila.
José Hierro
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