El espíritu de superación consiste en una actitud entusiasta de la persona para el logro de determinadas metas que ella misma se propone. Sus claves son:
La iniciativa: impulso, deseo de ponerse en marcha, comenzar ocsas nuevas.
El valor: no tener miedo a cambiar o fracasar es importante para no caer en la mediocridad. Se trata de responder a los problemas, incluso cuando son graves, de manera que aprendamos y nos recuperemos.
La humildad: ser capaces de aceptar nuestras limitaciones y afrontar con buen talante los reveses de la vida.