Obeliscos

Aunque el transporte de obeliscos contemporáneo suponga un gran despliegue de medios técnicos, son muy pocos los que se han realizado en la edad moderna y contemporánea en comparación con los realizados durante el Imperio Romano. Durante el Imperio, la relación de Roma y Egipto era en algunas ocasiones tensa, en otras amigable y en muchos casos, Roma actuaba como dominadora implacable, disponiendo de un Imperio, que sin haber sido conquistado expoliaba de manera indiscriminada. Se tiene constancia de hasta 8 obeliscos genuinamente egipcios traídos por el Imperio a la ciudad de Roma, aunque muchos otros fueron trasladados. Dentro del resto se catalogan 5 que fueron comprados por gente adinerada del Imperio o que fueron copiados de otros que habían llegado a Roma con otros fines. Las copias solína realizarse en Egipto, de manera que su traslado era idéntico al de los orginales. Los obeliscos egipcios traídos por los romanos, siguen en pie en Roma, aunque no en sus posiciones originales.

El traslado de los obeliscos a Roma, se hacía por mar, a través del Mediterráneo, en grandes barcos, de cubierta muy amplia. Las descripciones de estos grandes barcos, fueron recogidas por los historiadores de la época como Ammianua Marcellinus (330-393) o Plinio el Viejo (23-79). Estas construcciones destinadas al transporte de obeliscos se hacían a imagen de los barcos de carga egipcios, más bajos, y pensados para el transporte de piedra a través del Nilo desde las canteras. En la tumba del Faraón Una en Saqqara, pueden verse representaciones de dichos barcos, que llevaban piedra u obeliscos.

Los barcos eran una estructura compleja, formada a partir de tres “semibarcos”, solían tener una cubierta rectangular, de 5m de ancho y 37m de largo. Se colocaban dos barcos en paralelo, y en medio se ataba longitudinalmente el obelisco. EL tercer barco se colocaba en el frente, se ataba a los otros dos barcos. EL tercer barco se utilizaba para asegurar el atado de los dos primeros barcos y proporcionar una tercera nave dotada de remos, multiplicando notablemente la fuerza disponible para mover el conjunto.

Los obeliscos más notables trasladados por el Imperio Romano son los siguientes:

El obelisco de la plaza de San Juan de Letrán, el más alto de los que se encuentran en la ciudad de Roma, pertenecía al templo de Amón en Karnak, y fue traído desde Alejandría en el año 357 junto con otro obelisco de menor importancia bajo el mandato de Constantino II. El obelisco formaba parte del conjunto ornamental de la espina del Circo Máximo hasta la caída del Imperio romano, en que el vandalismo y el abandono lo dejó olvidado. En 1587 es restaurado, ya que se había partido en tres piezas, por iniciativa del Papa Sixto V, quien ordena su colocación en el entorno del Palacio de San Juan de Letrán, eliminando la estatua ecuestre de Marco Aurelio que es trasladada a la plaza del Capitolio diseñada por Miguel Ángel.

Obelisco de San Pedro

El obelisco de San Pedro, se encontraba en el Forum Iulium, en Alejandría, y su construcción fue ordenada por Cornelius Gallus, bajo mandato del emperador Augusto en el año 30a.C. Aproximadamente sesenta años más tarde es trasladado por el emperador Calígula a Roma, para formar parte de la espina del que luego pasó a llamarse circo de Nerón (su construcción se había iniciado en tiempos del emperador Calígula), que se encontraba en el actual Vaticano. Al tratarse de un obelisco relativamente moderno, construido en tiempos romanos, no tiene jeroglíficos. En la edad media, se le colocó el orbe que lo remata en la punta. Unos siglos más tarde fue trasladado al centro de la plaza de San pero por orden del Papa Sixto V y bajo el diseño del arquitecto Domenico Fontana.

Obelisco, Plaza del Popolo
El obelisco de la Plaza del Poppolo, se encontraba en Heliópolis, actual El Cairo, y fue traído a Roma por el Emperador Augusto en el año 10a.C, al igual que el obelisco de San Juan de Letrán formaba parte de la espina del circo Máximo. Encontrado al mismo tiempo que el obelisco de San Juan de Letrán, éste estaba partido en dos piezas, el Papa Sixto V, ordenó su traslado a la plaza del Poppolo en 1587, la base y el resto de ornamentación fueron añadidos en 1818.

Circo Massimo
El obelisco de la Plaza de Montecitorio, también se encontraba en Heliópolis, fue traído igualmente a Roma en el año 10a.C. Este obelisco formaba parte del célebre Gnomon, un reloj solar situado en el Campo de Marte. Redescubierto por el Papa Pio VI, fue trasladado a la plaza del Palacio de Montecitorio en 1792.

El obelisco Macuteo, se encontraba en el templo de Ra, en Heliópolis. Fue tramsladado a Roma, al templo de Isis. Descubierto en 1373 cerca de San Macuto, fue trasladado a las inmediaciones de la iglesia de Santa María in Aracoeli en el capitolio. En 1711 el Papa Clemente IX decide moverlo a la plaza del Panteón, y colocarlo como remate a la fuente diseñada por Filipo Barigioni.

El obelisco de Santa María Sopra Minerva, fue traído a Roma desde Heliópolis, junto con su gemelo, que se encuentra en los jardines del Boboli en Florencia. Colocado originalmente ante el templo de Isis en el foro romano, es trasladado en 1883 cerca de la estación de Termini, y trasladado nuevamente a los baños de Diocleciano en 1924.

El obelisco Matteiano, pertenecía al templo de Ra en Heliópolis: Gemelo del obelisco macuteo fue colocado ante el templo de Santa María Sopra Minerva, y en el siglo XIV trasladado al capitolio. En el siglo XVI fue trasladado a Villa Celimonata. Destrozado, fue hallado en 1820 y montado de nuevo.

El obelisco de la Piazza Navona, es una copia encargada por el emperador Domiciano del obelisco que se encontraba ante el templo de Serapis. Trasladado desde Egipto, formaba parte de la espina del Circo Maxentius. El marqués de Arundel, compró la pieza en 1630 y ordenó cortarla en cuatro aprtes para ser llevada a Londres, sin emabrgo, Urbano VIII prohibió tal transacción. Desde 1651 forma parte de la Fontana de los cuatro ríos de Bernini.

El obelisco de la plaza del Quirinal se encontraba a la derecha de la entrada del Mausoleo de Augusto, y era el gemelo del obelisco del Esquilino. Encontrado en 1527, se trata de una copia de un original egipcio. En 1786 el Papa Pio VI manda colocarlo en la colina del Quirinal cerca de las estatuas de los Dioscuros (pertenecientes a los Baños de Constantino).

Obelisco, Circo Angoalis

El obelisco de la Plaza del Esquilino o de Santa María la Maggiore, era el obelisco gemelo del que se encuentra en el Quirinal. Igualmente una copia, fue encontrado en el año 1527 y trasladado por orden del Papa Sixto V a la trasera de la basílica de Santa María la Maggiore.

Obelisco egipcios, Norden

El obelisco de la Plaza de España, es una copia hecha en la época de Marco Aurelio, del obelisco Flaminio que se encuentra en la Piazza del Popolo. Fue trasladado a la plaza de San Juan de Letrán, donde permaneció unos alños, pero en horizontal, en 1789, fue trasladado a su ubicación actual en la coronación de los pasos españoles.

El obelisco del monte Pinciano, fue encargado por el emperador Adriano y colocado en Tivoli ante la tumba de su amante, Antinous. Elagabalus decide trasladarlo a Roma, para decorar la espina del Circo Variano. Al ser encontrado en el siglo XVI, en Porta Maggiore, es llevado al Palazzo barberini, y más tarde el Papa Clemente XIV ordena su traslado al Vaticano. Finalmente en 1822 el papa Pío VII ordena su colocación en el monte Pinciano.

Además de los obeliscos egipcios, también hay un obelisco de origen etíope en Roma, el obelisco de Axum colocado en la Porta Capena y trasladado de la misma forma que los obeliscos egipcios, pero en 1937, durante la ocupación de las tropas italianas. En Mayo de 2002 le impactó un rayo, fue desmontado restaurado y devuelto a Etiopía en Abril de 2005.

Acerca de Florencio Azores

CULTURA CLÁSICA DE 4º de ESO en el colegio Stª Mª del Bosque.
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