Posted on septiembre 10, 2012 by lidernostri
Es posible que Espartaco sea el esclavo más famoso de la Historia, o cuanto menos está entre los primeros de la lista. Un gladiador que supo organizar una resistencia seria contra Roma en la propia Italia, derrotando en numerosas ocasiones a las fuerzas que la decadente República lanzaba contra él y los suyos. Qué sabemos de él… pues realmente poco para un personaje tan famoso. Sabemos que se entrenaba en un Ludus (colegio de gladiadores) propiedad del lanista Léntulo Batiato, y que junto a unos setenta compañeros escapó, iniciando una campaña de pillaje por la zona de Campania, donde los ricos romanas tenían lujosas propiedades para sus descansos. Es deducible que, ante las dotes militares que mostró, y su capacidad para organizar el ejército, hubiera tenido contacto previo con las legiones romanas. La reacción de Roma ante la huida de los gladiadores, enviando una milicia (que no era más que una horda de romanos armados con escasa formación militar) nos dice que la propia Roma no estimaba que este capítulo fuera más que una anécdota, nada de lo que preocuparse. A la vez, la poca preocupación mostrada nos indica que el hecho de que unos gladiadores se escapasen no era algo inusual, y que la respuesta era prácticamente siempre la misma. Y este fue el error de Roma; Espartaco mostró desde el principio brillantes dotes estratégicas, aprovechando los recursos a su alcance. Las victorias iniciales frente a los romanos produjeron el efecto llamada para que otros esclavos se unieran a la rebelión.
Parece igual de cierto que los éxitos militares de Espartaco fueron a la vez su propio principio del fin. Mientras los romanos se desesperaban ante la incapacidad de sus magistrados (cónsules y pretores) para aplastar la rebelión, el ejército de esclavos mostraba que no tenían un objetivo común. Espartaco parece que perseguía salir de Italia ya que era consciente que una guerra larga contra Roma era una condena a muerte segura, mientras que Crixo – otro gladiador que había escapado junto a Espartaco – posiblemente ante el éxito que estaban teniendo, creía en la posibilidad de mantener su posición y derrotar definitivamente a Roma. La cuestión se zanjó con la división del ejército… y la muerte de Crixo y su ejército a las primera de cambio. Las tropas de Espartaco estaban mermadas, y es lógico pensar que la división de las fuerzas y el destino de Crixo hubieran causado mella entre los soldados. Los romanos, pese a la victoria sobre Crixo, entendieron que la cuestión se estaba alargando demasiado (tres años) por lo que reunieron prácticamente todas las fuerzas militares disponibles, incluso enviaron a un joven y brillante militar recién llegado de Hispania donde había aplastado la rebelión de Quinto Sertorio, un tal Cneo Pompeyo. Roma estaba decidida a acabar de una vez por todas con el problema y reunió veinte legiones para atacar a Espartaco. El ataque fue definitivo, los autores hablan de unas 60.000 bajas en el ejército de esclavos, incluidos el propio Espartaco – aunque su cadáver no fue encontrado -. Como escarmiento, los 6.000 prisioneros fueron crucificados a lo largo de la Vía Apia, entre Roma y Capua.
Que los planes de Espartaco fueran truncados nos dificulta mucho saber cuales eran; solo sabemos que quería salir de Italia, no sabemos si para organizar una resistencia más duradera en un territorio más propicio o, simplemente, para escapar a su hogar. Lo que parece más improbable es que buscase la abolición del sistema esclavista, simplemente estaba organizando una resistencia contra Roma y los esclavos eran los únicos dispuestos a luchar a su lado en Italia. Algunos autores modernos establecen que el principio del fin de la esclavitud se inicia con Espartaco, lo cual es una exageración; cierto es que a raíz de estos hechos, los romanos empezaron a cuidar mejor a los esclavos (algo que había empezado con anterioridad), y que se auto-limitaban en el número de esclavos rurales (que fueron los que se amotinaron), pero pasarían siglos antes que Roma aboliese definitivamente la esclavitud, y en ese tiempo pasaron cosas como el fin de la República y la adopción del Cristianismo. Espartaco fue un toque de atención a una República prepotente, donde los magistrados públicos no eran capaces de dar respuesta a los problemas que aparecían. La República se hundía – y era hundida – por la ambición desmesurada y la corruptela institucionalizada. Espartaco fue un episodio que se pudo cortar de raíz, pero la incompetencia del Senado, enfrascado en sus propios asuntos, supuso un balón de oxigeno a una revuelta de 74 gladiadores que acabó formando un ejército de 70.000 soldados.