Buenos días (tardes o noches.
Aquí tenéis parte del el trabajo de esta semana. Son dos textos con unas pocas preguntas.
OCIO Y ESTRUCTURA SOCIAL
Para comprender mejor la noción que los romanos tenían sobre el ocio y el trabajo, es necesario adentrarnos por un momento en el mundo de la Grecia antigua (entre los siglos IV y V AC). La estructura social de los griegos se dividía en dos clases. Por un lado, los aristócratas o ciudadanos, por el otro los esclavos o servidumbre. Sin embargo, para llegar a ser un esclavo había que cumplir ciertos requisitos tales como haber sido derrotado en batalla y declarado vencido. El apego que los esclavos tenían hacía el trabajo no era una cuestión de elección sino de obligación (ascholé), éste no poseía bienes, no podía contraer matrimonio ni mucho menos practicar el ocio. Por el contrario, los aristócratas tenían como su principal premisa repudiar el trabajo. Para los griegos entonces, la vida de ocio o scholé, consistía en la contemplación teórica (theoria) de la vida y la especulación filosófica (Jiménez Guzmán, 1986:24) (Munné, 1999) (Korstanje, 2007b).
Este mismo espíritu se encontraba presente en el mundo romano aunque debe aclararse que la esclavitud correspondía a un estado específico propio de la guerra. En efecto, para llegar a ser o convertirse en un esclavo primero había que cumplir un requisito fundamental: haber sido un enemigo. Una vez derrotado, el sujeto tenía la posibilidad de escoger entre la muerte o la esclavitud (Hobbes, 2004:483)10. La civilización romana (entre el II y el I AC) fue construida tomando varios aspectos de la cultura helénica, sobre todo basados en una estructura jerárquica. La organización social estaba configurada alrededor de la noción de civitas. (Jiménez Guzmán, 1986:25). Unos de los autores que más trabajaron el concepto helénico de ocio en sus escritos, fueron Séneca y Cicerón. “Séneca y Cicerón fueron quienes más elaboraron el concepto del otium entre los romanos. Séneca intentó trasladar a Roma el ideal griego del ocio, pero no logró superar la aceptación que ya tenía la idea de Cicerón (106-43 AC) (Khatchikian, 2000: 35).
A grandes rasgos, los conceptos que vinculaban al ocio con la intelectualidad en Grecia, no serán los mismos para Roma. En efecto, el ocio romano era concebido como un práctico lapso de descanso, placer y ostentación en vez de un proceso de desarrollo cognitivo. Particularmente, Roma ensaya, por primera vez, una especie de ocio popular en forma masiva con arreglo a intereses políticos institucionales (Munné, 1999: 43). La sociedad romana estaba fundada alrededor de ciertos valores que sostenían su estructura social como por ejemplo la negociación y la adulación. El romano medio, sin poder y sin riquezas, para sobrevivir debía tejer una estratégica red de relaciones y alianzas. Muchas veces, intercambiando familiares en matrimonio para garantizar la paz, en otras por medio de la adulación y la amistad. Cada día por la mañana, el cliente (siervo) abrazaba las rodillas de su amo besándole las manos y el pecho como símbolo de lealtad (Mehesz, 2003). Básicamente, su estructura social se formaba de cinco estratos cuyo criterio de pertenencia se basaba en linaje, riquezas y logros políticos: los patricios (nobles), los plebeyos, los esclavos, los clientes y los libertos. Las últimas dos fueron casi relegadas totalmente del poder político.11
En sus comienzos, los espacios destinados a la práctica del ocio estaban ubicados dentro de la ciudad (El Foro, los baños termales, el Coliseo). No obstante gradualmente crecía la ciudad fueron necesarios nuevos lugares en sus afueras. Los nobles se esmeraban en construir villas, casas de campos tales como Tivoli, Tusculum y Praeneste entre otras. Los patricios o emperadores poseían su villa de veraneo propia como Centumcellae para el emperador Trajano y la Villa Hadriana para Adriano (de la dinastía Antonina)12. El fenómeno continuó extendiéndose hasta formar “una cadena de lugares” destinados al placer o habilitados exclusivamente para el ocio: Baias, Cumae, Ostia, Antium, Misenum y Pompeia (Jiménez Guzmán, 1986:26).
Mantener al pueblo ocupado y lejos de las reyertas parecía ser uno de los objetivos que el poder político tenía para organizar esta clase de festivales. No obstante en ocasiones singulares, eran ellos mismos producto del inicio de sublevaciones populares internas. En épocas de Domiciano, un hombre que increpó públicamente al emperador en el Circo diciendo que un Tracio podía luchar contra un Mirmilón, fue obligado a combatir en la arena contra dos perros con un cartel que decía “defensor de los tracios, impío en su palabras” (Suetonio, Flavio, X).
Si bien los espectáculos estaban abiertos a gran parte del pueblo, las estructuras y jerarquías sociales eran estrictamente observadas. Usurpar por error o por malicia un lugar destinado a un ciudadano de mayor jerarquía significaba lisa y llanamente una muerte segura. Existen relatos históricos, nos explica Suetonio, que narran la manera en que eran fomentadas las revueltas populares. En ocasiones, éstas comenzaban cuando algún soldado ocupaba alguna banca que no le correspondía. Es el caso, de las revueltas organizadas en contra de Octavio antes de romper su alianza con Marco Antonio (Suetonio, Augusto, XIV).13
Contesta a las siguientes preguntas de la forma más extensa posible.
¿Cuáles eran las clases sociales en Grecia y cuáles son sus principales características?
¿Cómo puede caer en la esclavitud un ciudadano romano?
Principales características del ocio popular en Roma
Señala los principales edificios y ciudades de ocio en Roma.
Desarrolla en no menos de 7 renglones la obra y características de Séneca, Cicerón y Suetonio.
¡Venga, ánimo! Ya va quedando menos. Cuidado el sábado cuando podáis salir.
Por favor, no os saltéis las recomendaciones de las autoridades, seguid dando ejemplo.
Un fuerte abrazo, os echo de menos