El ROSCÓN

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El origen del roscón parece estar relacionado con las saturnales romanas que eran fiestas dedicadas al dios Saturno con el objeto de que el pueblo romano en general pudiera celebrar los días más largos que empezaban a venir tras el solsticio de invierno. Para estos festejos, se elaboraban unas tortas redondas con higos, dátiles y miel, que se repartían por igual entre los plebeyos y esclavos. Ya en el siglo III, en el interior del dulce se introducía un haba seca, y el afortunado al que le tocaba era nombrado rey de reyes durante un corto periodo de tiempo establecido de antemano. Desde los romanos existían juegos del haba en la península ibérica.

Era en el Reino de Navarra, donde en 1361 se designaba Rey del Faba al niño que encontraba el haba en el roscón (esta tradición puede remontarse a la época romana) y era el rey de la reunión (lease Caro Baroja «El Carnaval»). Pero hoy hay lugares de España en los que hasta se ha llegado a insertar dentro del roscón dinero en efectivo, haciendo que la grata sorpresa de la persona que lo recibe se duplique aun más.

Originalmente, la sorpresa se hacía de porcelana o cerámica, y actualmente suele ser de barro o de plástico resistente al calor. Se cree que la sorpresa representa al Niño Jesús, que tuvo que ser escondido y protegido en los días de su Nacimiento.

En algunos lugares se incluyen dos sorpresas: el haba y una figurita. Cuando encuentras el haba has de pagar el roscón  mientras que si es una figurita, te da el derecho a ser  coronado Rey durante un día.

Fuente: Mantecadas P, S.A.

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