La escritura ogámica, Ogham u Ogum fue un sistema de signos alfabético utilizado para representar gráficamente los lenguajes irlandés y picto sobre monumentos pétreos, en su mayoría entre los años 400 y 600 y de la E.C.
En su más simple forma, consiste de cuatro grupos de trazos o muescas, cada conjunto incluye cinco letras estructuradas a partir de una hasta cinco marcas, creando de este modo 20 grafías.
El origen del alfabeto Ogam es atribuido, en “El Libro de Ballymote”, un manuscrito medieval irlandés, a “ Ogma, Cara de Sol hijo de Breas” -uno de los dioses goidelicos (irlandeses) más antiguos. De acuerdo a Luciano -en el siglo II E.C.- Ogma era representado como Hercules, con un mazo y capa de piel de león.
EL uso del ogam parece haber sido considerado un secreto, algo reservado casi exclusivamente para comunicaciones entre los «sabios entre los sabios» de los celtas (ya sea los druidas o los bardos) dado que, se suponía, daba acceso a secretos profundos. Así, por ejemplo, incluso el nombre de las letras no es dado directamente, si no a través de una serie de kennings (conocimiento o adivinanzas) que, se supone, comienza a dar al estudiante acceso a ese conocimiento.