La 3ª ronda deparó el enfrentamiento entre Hugo Cardiel y Cristina Lova, resuelto a favor del primero, que «abusó» del desconocimiento de su rival del mate del pastor (pagó la «penitencia» correspondiente, que consiste en la subsiguiente explicación de lo sucedido y de cómo evitarlo). Lucía Gómez se enfrentó, por su parte, a Elías Zaragoza, que ganó con facilidad, aunque tuvo que ver, con envidia, el disfrute y alegría con los que vive las derrotas su, en esta ocasión, enemiga.
La partida que jugaron Rubén Pérez y Pablo Prieto estuvo protagonizada por los fallos que encadenó, desde el principio, el Sr. Pérez. El desequilibrio solo existió en el tablero, pues el nivel ajedrecístico de ambos no está tan lejano. Dicho esto, hay que hacer notar, también, que don Pablo está mostrándose seguro y confiado, y que es uno de los serios favoritos al título.
El mate imposible
Jorge Vallejo, como no, se metió en uno de sus laberintos habituales (este periodista agradece enormemente su sentido del espectáculo). Ante un encuentro que tuvo perdido, le salvaron la suerte (en forma de erráticas maniobras de su adversario) y cierta habilidad final para encerrarse y conseguir las tablas por rey ahogado. Daniel Cobos, con ventaja de caballo y dos peones, no supo, primero, conservar ambos a la vez), y segundo, coronar al menos el que le quedaba. Enfrascado en jaques inútiles con su caballo ante un rey encantado de ir contando los 50 movimientos, tuvo la victoria a su alcance, de haber maniobrado de otra forma. En el momento culminante de la partida, el mate se volvió imposible, a no ser por error impensable de las blancas.
Negras: Daniel Cobos
Jorge movió Rg8 (42), a lo que las negras contestaron con Ph7+. Si las blancas hubiesen podido huir hacia la izquierda, otro gallo hubiese cantado, pero la situación del caballo negro imposibilita el asunto.
Daniel, obligado (por la cercanía de las tablas por 50 movimientos) a intentar coronar el peón, no ve las lógicas jugadas alternativas del caballo, Cg7 ó Cf8¡, esta última brillante trampa, pues si el rey se lo come, las negras tienen la posibilidad de ganar (aunque quizás con gran dificultad antes de los 50).
Jorge mueve Rh8 y se declaran las tablas por rey ahogado. La situación final no admite dudas, salvo un movimiento final, desesperado e inútil, del rey negro a la fila 5, que conduciría a las tablas por 50 movimientos en cuanto el blanco se comiese el peón.
Muchas gracias. Seguiré así.
Ay, me encantan sus comentarios! Con ese sentido del humor…