Campeonato de Ajedrez ESO (10)

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Duelo en la cumbre

Santiago Prieto – Pablo Porras. El líder contra el 2º. Inusitada espectación para la partida del año. La organización preparó un acto especial, homenaje anticipado también para los dos más brillantes (y regulares, porque momentos geniales e inspirados los han tenido todos) jugadores, y el éxito fue sorprendente. Primero, porque, salvo esperadas excepciones (hubiera sido una sorpresa que Fran acabase viendo el final), el comportamiento del público fue intachable. Segundo, porque el interés ajedrecístico de los asistentes fue altísimo en todo momento (los «mensajes» bolígrafo en mano y los susurros entre compañeros, cada vez que se sucedían las jugadas, «llenaron» el abrumador silencio. Y tercero, y fundamental, porque el nivel de juego fue extraordinario, con algunos movimientos verdaderamente brillantes.

En el sorteo inicial tuvo mala suerte Pablo. Entre jugadores de cierto nivel, jugar con blancas es una ventaja no desdeñable. Sin embargo, a pesar de que la iniciativa la llevó siempre Santi, fue su rival el que consiguió las primeras ventajas. El asombro llenaba la sala ante la ventaja, de  tres peones primero, y, momentos después, de cuatro puntos que tuvo Pablo alrededor de la décima jugada. El de 2ºB no se arredró (¡qué bien ataca!) y, maniobrando hábilmente con su reina y un alfil, descompuso el flanco izquierdo de su adversario (a la postre, ese destrozo se reveló fundamental, pues por allí coronó un peón cuando Pablo a duras penas se defendía en la otra esquina.

A mitad del juego se produjeron dos circunstancias que hay que comentar:

Una, importante, si hemos de creer al que ganó, fue el inminente mate que no vió el Sr. Porras («¡me tuvo a tiro de dos!», aseguraba el líder). No se percató nadie, y debo pedir disculpas, porque si no llego a estar liado con la colocación de las piezas sobre el tablero gigante (misión que quizás debería haber encargado a algún colaborador cualificado, que allí los había), me hubiera dado cuenta. Y es que a veces la velocidad empleada por los dos jugadores era de vértigo, y apenas nos daba tiempo, a los que allí estábamos, a analizar las jugadas.

La otra, emocionante, cuando Pablo, ya en posición claramente inferior, soltó una torre tras moverla inadecuadamente. Se dió cuenta inmediatamente de su error y volvió a cogerla, pero yo lo había visto. La improvisación no es mi fuerte (y, en un deporte tan reglado como el ajedrez, no es frecuente ver algo así), pero habréis de reconocer que estuve sembrado. En voz alta dije: «la ha soltado». Santi confirmó: «si, la ha soltado». La expresión con la que me miró Pablo era de terror, más que de súplica. Rápido le pregunté a Santi: «¿se la perdonamos?» El de 2ºB no lo dudó ni un momento (por su proverbial nobleza y porque no era una pieza decisiva para su victoria, eso también hay que decirlo). El aplauso que le pedí al público me salió del alma y el resultado fue mágico. Todos contentos con el detallazo de uno, y satisfechos, además, de que se le permitiese al otro aguantar un poco más.  Y tengo que decir que, lo que sucedió, hubiera sido imposible con otros dos jugadores en el tablero. ¡Confesadlo!

Lo ideal hubiera sido grabar toda la partida y poderla reproducir íntegra, porque pasaron muchas más cosas. Un par de intercambios de piezas desfavorables para las negras tuvieron una influencia decisiva. Un jaque con la dama que le hacía recuperar la iniciativa a Pablo en un momento delicado fue ilegal, porque esa pieza defendía, en ese momento, a su rey de un jaque del adversario. En fin…

En el momento definitivo, la posición era la siguiente:

  Negras: Pablo Porras

 Blancas: Santiago Prieto

Las blancas acaban de coronar, aprovechando la incapacidad para evitarlo de las piezas negras, ya en situación desesperada. Acaban de mover la nueva dama a d4. Pablo no puede hacer mucho, salvo provocar unas improbables tablas por rey ahogado, harto complicadas (mucho más de lo que parecían en directo, pues la mejor opción,  P5d, aún en el improbable caso de que Santi comiese el peón con el alfil o la reina, dejaría al alfil negro libertad para mover).

Negras mueven P6d. Blancas ganan: DxA++.

Solo queda decir que, con esta victoria, Santiago se ha proclamado campeón, a falta de una partida. Pablo, su dignísimo rival (que demostró ser un espléndido caballero en la derrota), deberá esperar hasta la última jornada para confirmar su segundo puesto.

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2 respuestas a Campeonato de Ajedrez ESO (10)

  1. ciencias dijo:

    Of course, Mr. Prieto.

  2. santiago prieto ayra dijo:

    el viernes podría jugar una partida contigo

    ???????

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