Liga Interna de Baloncesto (13)

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Los nervios de los novatos

Duelo en la cumbre. El amistoso 1º-2º no lo fue en absoluto. Y todo porque los «pequeños» presentaron un equipo más que «apañao» acompañando a su estrella. Yo era de los que pensaba que Alberto Cañal podía dar guerra a los campeones, pero si encontraba algo de colaboración. Y pasaron dos cosas. Primero, ausencias numerosas en los de 2º (hasta tres pivots de categoría se ausentaron, amén de Alejandro Serrano). Segundo, nutridísima asistencia en los debutantes (el «tirón mediático» de Alberto provocó que hubiera gente apuntándose hasta momentos antes de comenzar el partido). Cinco contra ¡once! lo cual no es grave necesariamente, salvo si entre los once se da la circunstancia de que todos saben jugar (y el que no, disimula bastante bien).

El encuentro terminó 35-31, tras tiempo adicional de cinco minutos. Los de primero aguantaron con el tanteo igualado todo el partido, llegaron a ganar en varios momentos y terminaron forzando la prórroga (que dos tiros libres de Fernando Trigos no evitaron). Los mayores, en heroica resistencia, luchando contra el calor y el cansancio, acabaron imponiendo sus veterania.

Quedó clara una circunstancia. La falta de partidos toda la temporada de los de 1º hizo que llegaran al tramo definitivo con los nervios a flor de piel. Las pérdidas de balón al final significaron que Alberto no recibiese el balón en todo el último minuto, cuando más lo necesitaba el equipo. No se puede quejar demasiado tampoco, pues los tres triples de sus compinches ayudaron lo suyo, pero la fatalidad, en forma de inexperiencia, fue decisiva.

Alberto Cañal estuvo impresionante, más o menos como se esperaba. 22 puntos anotados, un sinfín de rebotes (Raúl no le quitó ni uno en el «face to face»),  y echándose el equipo a la espalda cuando hizo falta. En defensa, secó al coco Orejana (tan atlético como él, pero más bajito) y tapó todo lo que pudo las vías de agua de agua que provocaron Miguel, Juan Carlos y Paula, aunque eso no fue suficiente.

Guillermo y Eduardo Paraíso estuvieron muy activos, defendiendo bien y anotando un triple cada uno. Más pasivos y sin anotar, cosa que hubiese venido muy bien a los suyos, Eduardo Mateo y Carlos Tejada (tres canastitas de cada uno hubiera sido lo normal si hubiesen jugado más partidos, porque saben de qué va esto). Samir Mohamedi intervinó mucho en la circulación de balón (excepto cuando hubiera sido imprescindible, en el último minuto) y metió un tiro de tres. Pablo Garrido y Álvaro del Amo se mostraron potentes y aguerridos, «pegándose» a los rivales. Víctor Soriano y Sergio intervinieron poco en el juego, pero colaboraron lo que pudieron, tanto defendiendo como en el movimiento de la pelota.

Por los ganadores, Raúl Orejana destacó, pero no en ataque, sino en defensa, y si lo digo es porque fue así. Primero, ganaron el partido, y eso quiere decir que en los momentos decisivos, algo tuvo que ver. Pero es que dificultó enormemente el tiro del Sr. Cañal (que falló algo bajo canasta) y le terminó cansando, de tanto luchar con él. Sin embargo, fue Paula Valdés, sin ninguna duda, la jugadora del partido. Buen manejo de balón, con una gran seguridad, buenos tiros de dos, alguna bomba en el mejor estilo «Juan Carlos Navarro», un triple, y hasta una espectacular entrada en bandeja con tiro adicional. Miguel Arjona y Juan Carlos Bernardino colaboraron en la anotación y en la defensa de Alberto, aunque con el gigante enfrente hubieran hecho falta más tiros y menos penetraciones. Fernando Trigos acusó su larga inactividad, pero luchó lo indecible y defendió muy bien.

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