Alevín Femenino SMBosque (14)

Al San Gabriel ya le conocíamos. Nos ganó 44-3 en la Liga Regular. Esta vez fueron más crueles, 50-0, y se dejó de anotar en la mitad del último cuarto.  Por no recordar las tácticas del Estado Mayor Japonés en la Segunda Guerra Mundial («Ayer avanzamos 5o kilómetros retrocediendo sobre nuestras líneas, para reagruparnos y lanzar un contraataque fulminante: ¡estamos ganando la guerra!), no voy a decir esta vez que se nota que vayamos mejorando, pero… Tres circunstancias fueron relevantes (y/o atenuantes), a saber:

  1. Ellos solo presentaron siete jugadores. A mí me dan pánico estos partidos, porque los que suelen ir a jugar son los jugadores veteranos, los que no se pierden una, mientras que los novatillos y desmotivados son los que se van de «finde» al chalet o al pueblo. Con lo cual, siete «fieras» contra nueve nuestras, de las cuales, todas debutantes (alguna incluso ya ha jugado al baloncesto antes).
  2. El plus de extenuación de jugar con nueve te va pasando factura. Las bajadas a defender cuando ellos contraatacaban en los dos últimos cuartos fueron penosas (Nicole o Carla «trotaban» ostentosamente con la lengua fuera, por citar dos ejemplos). Luego, pregúntales tú en los descansos que quién está cansada, porque a mi me da la risa floja (¡1, 2, 3, al escondite inglés!)
  3. Tuvimos mala suerte, jopé. Veinte tiros y que no entre ni uno, no es ni medio normal. Así que el resultado correcto hubiera sido 40-10 o algo así, lo cual hubiera expresado mejor nuestro progreso desde el anterior partido contra nuestro rival. La última jugada, con tres rebotes seguidos debajo del aro contrario (contra los «castillitos» adversarios), dejó bien a las claras que los hados no eran los propicios.
  4. El campo estaba embarrado, y así es imposible jugar.

Bueno, la verdad es que estoy contento con la muchachada. Cuando se corre y se lucha como ellas lo hicieron, hay que sentirse satisfecho. Muchas jugadas tras dejada, excelente defensa estática por momentos y disciplina espartana siempre. Los rivales metieron 30 de sus puntos al contraataque, lo que de momento no tiene mucho remedio. Hay que tener en cuenta, además, que este que les habla les exige, a muchas de ellas, desarrollar funciones muy diferentes (a alguna le tocó jugar hasta en cuatro posiciones) e incluso hacen lo que tienen que hacer. Jugaron así:

Teresa González, muy atenta en defensa, ayudó considerablemente en el rebote y cumplió jugando de pivote. Tiró cuando tuvo ocasión (que es lo que tenía que hacer). Marta Garrido estuvo notable, corrió como una posesa arriba y abajo, manteniendo su posición en ataque correctamente (si no recibió más balones no fue su culpa) y luchó en defensa lo que pudo y más, siempre contra rivales mucho más altos y expertos. Laura Pineda cogió muy bien un par de pases de «bolos», robó algún que otro balón en defensa y pasó muy bien cuando tuvo ocasión. Se llevó un golpe fuerte al bajar a defender como una exhalación y tropezarse con un chico más lento que ella (¡Sí!). Desirée Fernández, más atenta que de costumbre a las órdenes recibidas, corrió también mucho y tiró cuando pudo. Carlota Escohotado, veloz y habilidosa, tuvo enfrente a los gallitos del equipo contrario, con los que pudo claramente en ataque, y contra los que sudó la gota gorda en defensa, pero estuvo sobresaliente, tanto en la conducción del balón como suministrando pases a sus compañeras. Lucía Sánchez Lasheras no metió tres canastas porque Dios no quiso. Subió bien la pelota, hizo buenas dejadas y, de pivote, estuvo perfecta. Carla del Tronco, excelente de base y jugando cada vez mejor, aguerrida en defensa y saltanto a por los rebotes como los ángeles. solo le faltaron las dos canastas que intentó, que estuvieron muy bien tiradas. Nicole Marinova, defendiendo a los «tochos» adversarios, no les dejó tocar bola en nuestro campo (y no le quitaron ni un rebote cuando saltó con ellos). Se llevó más de un tapón, por tirar cuando debía hacerlo (y quiero que vuelvas a hacerlo así la próxima vez también, que esa es la única forma de meter canastas). Y Candela Moreno, tremenda como siempre en defensa, colaborando mucho en el rebote y cumpliendo también con notable cuando le tocó jugar de pivote. Imprescindible en su labor de «comodín» (es la jugadora más polivalente que tenemos), solo le falta que le pida un día que juegue de uno.

Y eso es tó, eso es tó, eso es todo amigos. Muchas gracias por vuestra colaboración y nos vemos el año que viene.

Y  a vosotras, chicas, que sigáis así y llegaremos lejos (¡hasta el infinito y más allá!)

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