El Papa Francisco ha echado el resto para intentar salvar este mundo que se nos escapa. Acaba de publicar su primera encíclica, «Laudato si» (Alabado seas), con un contenido que no deja lugar a dudas sobre su compromiso con el medio ambiente y su decidida apuesta contra los países y las empresas culpables de la contaminación y del deterioro de los recursos ambientales. Dicen los entendidos en teología que desde Juan XXIII no se ha visto nada igual.