Aunque estuvimos preocupados durante la final, a ninguno nos dió un infarto ni nos sangró la úlcera. España se merendó a los lituanos, equipo aguerrido y potente (quien les haya seguido durante el Campeonato lo sabrá), con más suficiencia de la prevista. Tremenda defensa y ataque más que decente. Problemas en el rebote defensivo que se equilibraron con las (habituales) pérdidas de balón de nuestros rivales, y Gasol, de nuevo, imperial y, esta vez, muy bien acompañado en la anotación.
Sin embargo, el partido que pasará a la historia será la grandiosa semifinal (con categoría de final anticipada) contra Francia, con la más tremenda de las hazañas individuales que se han visto en un deporte colectivo en nuestro país, los 40 puntos, ni más ni menos que la mitad de la anotación, de Pau, a pesar de lo bien defendido que estuvo.
Poco más se puede decir. Calderón, Navarro, Marc Gasol, Ibaka y Ricki Rubio podrían haber formado un equipo, solo ellos cinco, presumiblemente campeón. Pero no estaban, y nadie daba un duro por los de Scariolo. Heroica puesta en escena y durísimos partidos contra Alemania, Polonia, Grecia y los ya citados franceses, solventados con trabajadísimas victorias, basadas en una impresionante defensa (¡mérito del entrenador, que nadie lo olvide!) y en un líder que galvanizó, y de qué modo, a sus compañeros, con su lucha irreductible y su efectividad.
Os dejo con el vídeo completo de la prórroga que enmudeció a los 27.000 franceses que abarrotaban el pabellón de Lille en la semifinal.
Grande España. Enhorabuena.