Liga Interna 2015-16 (2)

 

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El vuelo del albatros

El albatros es un ave grácil, de vuelo elegante y planear suave y fácil, que cuando abre las alas es capaz de apagar el sol más rutilante. Raúl López voló el jueves con sus largos brazos, y negros nubarrones cayeron sobre sus adversarios. Fueron 4 los tapones que colocó y dos de ellos de altísima calidad, uno sobre el capitán contrario y otro, el más tremendo, sobre Juan Carlos. Ambos creyeron, por un momento, que se les venía encima no ya el cielo, sino el eclipse de superluna.

2ºX, el equipo formado con «retales», a última hora, pero con vitola de favorito (lo sigue siendo, si juegan todos), más que nada por la presencia en sus filas de «dos anillos», jugaba contra 4ºB, debutantes en la Liga, aunque el año pasado cayeron en un desafío (que no tuvo nada de amistoso) contra los de Carlos Bodega.

Nada tuvo que ver este partido con el citado, sobre todo porque los de 4ºsalieron a jugar con una seriedad y una organización notables.

El marcador estuvo igualadísimo hasta que Juan Carlos Bernardino, soporte de su equipo en la anotación, tuvo que abandonar el juego. Ante una defensa aguerrida y peleona, los de Guti dejaron ver sus vergüenzas, que no fueron otras que su falta de acierto en el tiro. Pero vayamos por partes, porque todo eso sucedió en el último cuarto.

El primer parcial terminó 7-7, con la estrella de 2º equilibrando el juego colectivo de sus rivales. En el segundo cuarto, el capitán de los de 4º, Carlos Martín, calentó motores, y su equipo se fue al descanso 1 arriba (11-12).

El tercer tiempo fue un recital del Sr. Bernardino, al que a duras penas replicaba Carlos. Dió la vuelta al marcador y dejó a los suyos ganado de 2 (20-18). Pero en cuanto se fue, los de 4º fueron una apisonadora. con una gran defensa y hasta cuatro jugadores colaborando en la anotación. El parcial de 2-10 les otorgó el triunfo, con un tanteo final de 22-28.

En el equipo de 2ºX, que estuvo un tanto anárquico (en su descargo hay que decir que nunca habían jugado juntos), ya hemos hablado de Juan Carlos. Espectaculares sus entradas a canasta, reboteó muy bien, especialmente en ataque. Carlos Gutiérrez, con más fundamentos que los que tenía su hermano a su edad, pero igual de caballero (aceptó sin inmutarse la entrada de un enemigo que no estaba anotado en el acta), defendió bien y estuvo correcto bajo los aros, pero en ataque prefirió tirar de lejos, y quizás en eso se equivocó. Alejandro Mansilla demostró, una vez más, ser un buen jugador de equipo, aunque no encontró buenas posiciones de tiro. Alejandro Álvaro y Daniel Uría estuvieron luchadores y colaboraron bien en defensa. Alonso Romero peleó lo indecible (parecía ser el único que no se resignaba a perder, en el último período), y estuvo algo más acertado que sus compañeros en ataque. Isaac Cruz y Billy Avellán dieron muestras de su potencia y echaron una mano (y más), como siempre, en el rebote. El primero, además, para no olvidar sus buenas costumbres, metió su canastita.

Por los ganadores, Carlos, enchufadísimo todo el partido y multiplicándose en su campo y en el ajeno, estuvo impresionante en ataque, sobre todo en el tercer cuarto (6 puntos en ese período, para un total de 10). De Raúl ya hemos dicho casi todo, salvo que en en el aro contrario también estuvo bien (7 puntos), lo que deja claro que fue el MVP (4 señores tapones son ocho puntos menos del equipo rival, quede claro). De los demás, mención especial para dos: Abel Alameda, serio, eficaz e inteligente, además de buen manejador del balón y anotador (5 puntitos) y Javier Martín, sobrio y seguro igualmente,  e imponiendo tranquilidad a sus compañeros en los momentos decisivos. Adrián Sevilla mostró buenas maneras y ayudó lo suyo en el movimiento de balón. Pepe Rodríguez, imperial en el rebote (cuando salta les saca a todos medio metro), siguió en su línea de intentarlo en ataque (no pares, sigue, sigue). Álvaro Rodríguez, aunque falto de suerte en ataque, metió su canastita, pero debe tirar más (y de más cerca) y colaboró también en la subida de la bola. Víctor Oñoro, por último, jugó con la precaución del convaleciente y se prodigó poco, aunque estuvo seguro y defendió bien.

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