Liga Interna 2015-16 (7)

A la espera de empresas accesibles

4ºM, el equipo de las chicas (con ayudante cualificado), se enfrentó a uno de los favoritos para ganar el torneo (indebidamente colocado en el mismo grupo), es decir, 2ºA.

A destacar el resultado, 51-28, nada deshonroso para las vencidas, que opusieron a la doble apisonadora (Juan Fran y Raúl) su ardor habitual en la batalla y una notable precisión en las acciones de ataque, que les llevaron prácticamente a empatar la segunda parte (20-18).

Bien es cierto que después del primer cuarto, en el que los mayores, con sus dos «monstruitos» funcionando a toda mecha, dejaron claro que no estaban dispuestos a dejar que peligrase la victoria (15-2), las cosas se relajaron un tanto, sobre todo en sus filas.  A pesar de ello, nuevamente Raúl pidió a sus chicos presión en todo el campo y robos de balón (??).

Brillaron, en este primero y el segundo cuarto, los contraataques tras intercepciones o en transiciones rápidas de Juan Francisco y los triples de Raúl. Por 4ºM tiró del carro Lucía, y con alguna colaboración de Irene y de Celia, los pequeños evitaron un tanteo más abultado. Al descanso se llegó con 31-10.

La segunda parte fue otra cosa. Un toma y daca anotador, con muchos jugadores encestando y la igualdad antes mencionada.

Los de 2ºA esperan ya empresas mayores, a pesar de que que les queda aún un partido. Están dejando constancia de su superioridad en este grupo, y nadie duda que serán un enemigo de cuidado para los gallitos del otro. No es imposible que consigan el título.

Los de 4ºM tienen a tiro el Campeonato pequeño, y también están a la espera de saber quién será el «outsider» a batir (recordemos que del grupo de los mayores baja un equipo). Tienen aún por delante arduas batallas, aunque han demostrado con creces que los chicos de su nivel pueden ser carne de cañón, especialmente si siguen con este acierto en el tiro.

Los de negro, en el contexto de una táctica que buscaba evitar al pivot de los rivales para pasarse el balón en cuanto se acercaban al aro contrario (culminado las ofensivas con asistencias o tiros a tres metros), estuvieron inteligentes. Acertadísima su forma de atacar a un equipo con un pivot dominador. Jugaron así:

Irene López fue el motor de los suyos. Hiperactiva y luchadora incansable, subió el balón, lo movió, penetró, pasó, dio asistencias, robó balones y metió su canastita.

Natalia Hernández estuvo muy segura y rápida en el bote y el regate. No muy acertada de cerca frente al aro contrario, metió una bonita canasta a media distancia.

Lucía Fernández estuvo quejica de la potencia desatada a la que tenía que enfrentarse. Bailó con la más fea, es cierto, pero destacó en la complicadísima misión. Sobresaliente en el tiro y también bajo ambos aros, fue, nuevamente, máxima encestadora de los suyos, con diez puntos de todos los colores. Hacerle diez al Sr. Orejana no es ninguna tontería, pero es que le quitó rebotes y le hizo sudar lo suyo.

Celia Martín hizo nuevamente una exhibición de sus fundamentos. Garra defendiendo y recuperando balones (¡¡ese espectacular balón que le arrancó a Guillermo de las manos!!), acertó también en el aro contrario, penetrando bien y tirando mejor (ocho puntos).

Marta Vallejo luchó también lo indecible. Sus entradas a canasta siguen siendo espectaculares (como las de Natalia), pero le falta «toque», ese tirar fino con el que se hartaría de anotar. Robó balones, hizo valer su velocidad y defendió con intensidad, como siempre. Metió su canastita.

Carlos Masía echo el resto. No se arredra con la ingrata función que le toca entre las muchachas. Su potencia y rapidez le permiten robar balones y capturar rebotes a «cascoporro» (que es como «a porrillo», pero en el lenguaje chanante). Muy duro en defensa (se jugó una antideportiva, poor un «hachazo» a Raúl), colaboró muy bien en ataque, con dos buenas canastas. En el ardor de la batalla, se lesionó y no pudo acabar el partido.

Los de 2ºA, que jugaron de blanco, estuvieron de aquesta manera:

Rubén Santamaría, alias «correcaminos», es inalcanzable cuando mete la «directa». A pesar de que parece tosco de fundamentos, tiene muy buen bote de balón, y suple sus limitaciones a base de inteligencia. Estupendo jugador de equipo, un triple y una canasta de dos fueron su firma en el acta.

Guillermo Marín puso empeño y lucha. Incansable y combativo, defendió con garra y cogió muchos rebotes. Colaboró también en ataque, metiendo su canastita.

Víctor Soriano fue el fiel escudero que necesitaba Raúl debajo de los aros. Su potencia de salto le permite ser imbatible cuando coge la posición. También sabe agazaparse e interceptar pases de los rivales. Defiende que es una lapa y además tira fino y preciso (dos canastas).

Raúl Orejana estuvo a su nivel, lo que ya es mucho decir, si hablamos de su faceta anotadora y reboteadora. Pero es que además se reveló como gran tirador de tres (cuatro triples, lo que supone un récord en la historia de la Liga Interna). Su insistencia en no «abusar» bajo canasta le llevó en ocasiones a no saltar al tirar, llevándose más palos que una estera (¡sí, sí, eso está muy bien, pero lo de la presión ya me contarás por qué!). Veinte puntos fue su cosecha.

Mario Sanz puso voluntad y empeño. Es un buen jugador de equipo. Duro y esforzado defensor, colaboró en el rebote y estuvo a punto de meter alguna canasta que otra, aunque le falta finura (¡hay que meter las de cerca primero, no se puede empezar la casa por el tejado!)

Juan Francisco Sánchez, la sorpresa del Campeonato hasta el momento, ofreció otro recital de canastas del más puro estilo Brooklyn, con robos limpísimos en la salida de balón de los contrarios (su presión fue un calvario para las chicas). No obstante, hay que decir que si le toca entrar por la izquierda su efectividad no es la misma (como le pasa al «manco» Raúl por la derecha). Esta vez tiró algo peor, pero sus penetraciones bastaron para endosarle nueve canastas (y dos tiros libres) al equipo rival.