Campeonato de Ajedrez 3º – 4º ESO (14)

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Jornada 19

El suicidio asistido

La táctica de Marta Vallejo, que, perdiendo claramente, se dedicó, durante un buen rato, a intercambiar piezas alegremente con Santiago Prieto, bien puede calificarse así. Es una precaución estratégica básica que cuando se está en inferioridad hay que ser conservador, y esperar el momento propicio para intentar igualar las cosas. Marta fue acercándose, poco a poco, a un final que ella misma aceleró (involuntariamente, creo). Y Santiago se aproxima, inexorable, a un triunfo casi seguro, pues no se vislumbra nadie capaz de poner en duda su solidez.

La partida entre Yolanda García y Pedro Sánchez acabó con la victoria del segundo, no sin sudar lo suyo, pues, por un lado, la voluntad siempre férrea de resistir de su rival no puso las cosas fáciles, y, por otro, el «empanamiento» del tercer clasificado le hizo cometer despropósito tras despropósito. Yolanda bien pudo aprovechar los momentos de debilidad de su compañero, pero no lo hizo, quizás porque se esperaba una pelea más desigual.

El tercer duelo fratricida del Campeonato, es decir, el que enfrentó a Silvia y Pepe Rodríguez, se esperaba más equilibrado. La captura de la dama del segundo fue decisiva, aunque Pepe organizó bien su defensa y Silvia tuvo que ser más hormiguita que nunca. Veamos la siguiente situación, que expresa cómo estaban las cosas:

Negras: Silvia Rodríguez

Blancas: Pepe Rodríguez

Mueven blancas. La inferioridad de Pepe no da indicios de constituir un peligro urgente, a no ser que el alfil de a6 logre llegar a c4. La defensa de ese peón si es importantísima, pero  el alfil blanco de a7 está amenazado, y Pepe lo mueve a c5. Las posibilidades de ataque blanco están enormemente limitadas, por el peón pasado de b4 y por el peón de d5. Inmovilizados los caballos, poco le queda al rey pálido, salvo luchar por eliminar, al menos, el peón central. La contienda se prolongó largo rato (jugando Silvia, es lo que hay), pero las negras acabaron, lógicamente, ganando por puntos.

Peces al sol

Una larga y lenta agonía. Es lo que tiene ser pez. Y algo así es lo que sucedió en el gran duelo de la jornada, en el que se enfrentaron Álvaro Granizo y Alberto Sebastián. El de 3º volvió a ser el gran jugador que es y, jugando un ajedrez espléndido consiguió., después de una inicial etapa de tanteo, una notable ventaja. Así se aprecia en el siguiente diagrama:

Negras: Álvaro Granizo

Blancas: Alberto Sebastián 

Mueven blancas. Encerradas aún las torres y enormemente dificultados los movimientos de los caballos, las posibilidades de ataque a corto plazo de Alberto parecen limitadas a llevar su alfil a g5, pero tal intento estaría condenado al fracaso, pues la respuesta con Pf6 abocaría al alfil a una humillante retirada. Tampoco parece buena Pf4, pues la presencia del caballo negro en g4 sería más que amenazante, liberando además a su reina.

Por el otro lado, las negras tampoco están para juegos florales. Cualquier salida intempestiva de la reina puede provocar una catástrofe. La defensa parece sólida, aliviada por la falta de artillería enemiga, pero el caballo de d4 es un grano muy gordo.

Alberto mueve Af4!. No es fácil responder a eso, pero si De7, CxP, CxC+!, y eso hubiera salvado el caballo negro.

Álvaro arriesga moviendo CxP+? (¡deja expuesta la reina!). Las blancas responden Re2, y las negras, en vez de capturar el alfil con el caballo (dando jaque desde una posición defendida por la dama) o mover DxA (peor jugada, pues se pierde el caballo), desplazan la reina a f6? (con intención claramente defensiva). Momentos después se produce la siguiente situación:

Alberto mueve Tae1+, y la situación se pone fea para el rey negro. En d7 está el mate (Db7++), así que solo le queda f8. Es evidente que las blancas deben avanzar el caballo a c6 (CxP), y así lo hacen. Álvaro realiza ahora la única jugada que le permite resistir: Rg7!

Sin embargo, la desventajosa posición solo indicaba una larga agonía, que se hubiera solucionado, posiblemente, con el peón de la columna b (mejor eso, en mi opinión, que sacar la otra torre). La partida acabó en una situación similar a la mostrada a continuación, con la dama negra asestando alguna puñalada postrera (sin posibilidad de futuro, como muestra cualquier análisis). Ganó por puntos el Sr. Sebastián.

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