Jornada 23
En aplazada partida, Álvaro Granizo ganó a Pepe Rodríguez. Empezó adquiriendo una ligera ventaja el de 4º, pero un descuido permitió que su adversario le birlase la reina. Los intercambios finales de piezas, favorables siempre al que lleva ventaja, permitieron la victoria por puntos del hasta ahora segundo clasificado.
Silvia Rodríguez esperó con decepción (e infructuosamente), la llegada de su rival Marta Vallejo, pues siempre son agradables sus encuentros. Su victoria más fácil del campeonato (incomparecencia) queda anotada en la clasificación.
Accidentado fue el enfrentamiento entre Alberto Sebastián y Pedro Sánchez. Primero, porque una confusión casi provoca la segunda ausencia a una partida del primero (con la inevitable expulsión), y segundo, porque la velocidad y atropello con la que acudió Alberto al tablero donde le esperaba su «amigo» (que demuestra en algunas ocasiones no tener amigos) casi le cuesta un atropello (valga la redundancia). Tras la tensión producida por la sudorosa llegada (no consta mal olor), y, ante la desbandada general (Silvia se fue a lugares más tranquilos, abandonando a su suerte al desvalido árbitro, que no sabía dónde meterse), el encuentro se disputó, e incluso, un servidor se permitió, haciendo de tripas corazón, marcharse a clase dejándoles solos. Tras una gran ventaja inicial de Sr. Sebastián, su rival remontó la partida y consiguió una importante victoria, que le permite seguir aspirando a casi todo (léase, «2º puesto»).
El abuelo ya peina canas
Yolanda García bailó «con la más fea», que no es otra que Santiago Prieto. Este amenazaba con irse (hubo que disuadirle con la amenaza de la descalificación, pues lleva ya un «no presentado»), ante la virtual y matemática primera plaza que ya es suya.
Negras: Santiago Prieto
El movimiento que hacen las blancas es una muestra de su deseperación: Dd7+?. (Quizás hubiera sido mejor el enroque, a costa de perder el alfil, por las posibilidades de resistir que ofrecía. O incluso ¡el intercambio de damas!, que provoca la inmediata ganancia de un alfil, aún a costa de perder después la torre de a1). El regalo es goloso, pero don Santiago ya está mayor para andarse con tonterías, y replica que «a otro perro con ese hueso». Yolanda estuvo hábil planteando esa trampa, que la libraba, aparentemente, del mate inminente (tras RxD, Td1+), pero su rival mueve Ta8++ y la cosa no pasó de ahí.
Jornada 25
Pepe Rodríguez, haciendo del trabajo a destajo un arte (que para eso estuvo en Italia), jugó con Yolanda García nada más terminar su partida aplazada, y no le fue nada mal, pues su rival, en un mal día, perdía la reina a las primeras de cambio. El mate fue inevitable, tras un rato de infructuosa resistencia. La gentil jugadora de 3ºC, igual que todos sus compañeros de Inglés de los viernes, no ha vuelto a ser la misma desde que empezaron esas clases («of the hell»). El obligado ayuno a ciertas altas horas hace pupa en el «celebro». Solo Pedro, de los cuatro afectados, resiste (quizás por oscuros intereses relacionados con el podio).
El hambre hace estragos
Marta Vallejo y Pedro Sánchez se las vieron en el segundo tablero. Ella tuvo un buen comienzo (que hizo a Álvaro concebir esperanzas de conservar la vitola «momentánea» de subcampeón), barriendo el tablero de peones enemigos. Su adversario los desprecia (hace «mu malamente»), en aras de un despejado (y siempre desmesurado) ataque. La partida se alargó y Pedro consiguió remontar. Se produjo una situación interesante, que paso a comentar:
Negras: Marta Vallejo
Blancas: Pedro Sánchez
La igualdad a puntos en el tablero es engañosa, como se puede apreciar fácilmente, pues la situación de las blancas es sumamente favorable. Las posibilidades de defensa de Marta están muy disminuidas, pues la reina está en «fuera de juego» y el rey muestra bien a las claras «sus vergüenzas». Pero dos jugadas le salvaban: Cg5 ó Pg5. Con la primera hubiera obligado a Pedro a comer el caballo con su alfil (para no tener que retirar la torre, lo que facilitaría la salida de la encerrada dama negra). PxA ya era una solución, pues la casilla g5 ya no hubiera sido un punto débil (alfil y reina la defenderían). Con la segunda también se hubiese imposibilitado el ataque blanco, y Pedro no solucionaba nada sacrificando su alfil (AxP), pues era harto dudosa la utilidad de seguir manteniendo la iniciativa en esas condiciones.
Pero Marta movió Tf8??, firmando su sentencia de muerte (¡solo el hambre justifica ese movimiento!). Dg7++
La partida más interesante de la jornada era, «a priori», la que enfrentaba a Alberto Sebastián con Álvaro Granizo. Y al principio no defraudó, pues el primero provocó un intercambio de reinas (cosa desagradable siempre para el que ahora ocupa la segunda posición). Quizá por esta razón, quizá por continuar con la errática forma de jugar que muestra, desde hace un tiempo, el Sr. Granizo, momentos después se firmaban unas asombrosas (¡y deshonrosas!) tablas por repetición de jugadas. Decepcionante. El público presente (si lo llega a haber), despidió con un abucheo a los contendientes.
¡Mamá, yo no quiero perder la dama!
Silvia Rodríguez y Santiago Prieto firmaron un igualadísimo comienzo, con el líder (campeón «in péctore») más tranquilo que una sardina, a pesar del juego desesperante de su enemiga. La siguiente situación mostró, no obstante, una situación ventajosa que Silvia no supo ver:
Negras: Silvia Rodríguez
Blancas: Santiago Prieto
Mueven negras. Intercambiar las reinas no le gusta a la chica de 2º de Bachillerato. Por eso ni se lo planteó. Y está claro que si DxD y CxD, luego AxC.
Silvia movió Rd7. Santi, que si vió el peligro, movió el caballo a f3. Y con los escasos momentos de debilidad que muestra el Sr. Prieto (¡pero es que los tiene en todas sus partidas, y sus contrincantes no se percatan!), otro más que se fue.
Momentos después, otrosí
Que quiere decir «más de lo mismo»:
Mueve Silvia, que ahora va perdiendo ligeramente, Pb4, parece que interesándose en las posibilidades de un (incierto) ataque por ahí de su reina. Desprecia (o no ve) la jugada que equilibraría de nuevo las cosas: Cf2¡, o sea, doble amenaza dama-torre, que hubiera obligado a Santi a comer TxC y a perder la susodicha con el alfil negro.