Final a Tres
Hay que explicar primero que el espectáculo multimedia- circo de tres pistas+ castillo de fuegos artificiales que se montó el último día fue posible porque el campeón de la Liga Regular, que fue Mr. Díaz (don Jesús) accedió a disputar la Final con sus inmediatos perseguidores. En el deporte, como en la política (palabras de Julio César), no solo hay que ser honrado, sino parecerlo, y el campeón (pues para mí lo es) demostró un señorío, una deportividad y una madurez absolutamente impresionantes para su edad. Así se lo quiso demostrar quien esto suscribe con el sentido abrazo que le dio al entregarle el trofeo al final.
Sorprendente desenlace
Quien hubiera apostado por el orden definitivo de la clasificación basándose en los resultados previos no hubiera dado ni una. Y es que, a pesar de su irregularidad, Miriam Solera había ganado a sus dos contrincantes de la Final en sus enfrentamientos previos. Por su parte, Jesús Díaz, a pesar de oler a cadáver en muchas de sus partidas, se había rehecho en todas (menos con Miriam), y había ganado al otro finalista en la que les enfrentó. Así las cosas, Alberto Gallego, el que había demostrado mayor regularidad en el Campeonato, y un juego más sólido, salía como víctima propiciatoria, es decir, como máximo candidato al tercer puesto.
Con toda la parafernalia preparada, es decir, dos filas de asientos y pizarra gigante magnética para ir mostrando al público las partidas, Alberto y Jesús juegan la primera. Tras un comienzo igualado, el campeón de la Primera Fase comete uno de sus habituales errores en el medio juego y pierde la reina. Ante el estupor general, Alberto, en vez de seguir las académicas reglas que aconsejan intercambiar piezas (para conservar la ventaja), se dedica a alargar el juego. El dislate casi le sale caro, porque momentos después él también pierde la dama, aunque come una torre. El final dictamina una victoria por puntos, a pesar de esos apuros. La impresión de todos los observadores es que, con cinco minutos más, no se sabe lo que hubiera pasado.
Miriam, que había llegado, sofocada, diez minutos antes de lo esperado (ha comido a «matacaballo»), es presa de los nervios. Su primera partida es contra Jesús, que, a pesar de jugar con negras, obtiene rápido cumplida venganza de su derrota de hace unas semanas. El público, extasiado, no se lo cree, pues el mate final es una variante del «mate del pastor».
Pero la estupefacción no había terminado ahí. Alberto, jugándose el título contra Miriam, saca la reina inmediatamente, y ataca la misma posición, con caballo, además de alfil y dama. Parece como si fuera un secreto a voces que la Srta. Solera tiene problemas para defenderse del mate en cuestión. Miriam elimina la amenaza del alfil (saca el peón del rey), pero no puede evitar el mate con reina, defendida por caballo. Alberto Gallego ha ganado el Campeonato. Su rival, que termina tercera, reconoce que no ha podido con la presión.
El palmarés definitivo ha quedado como sigue:
Campeón: Alberto Gallego
Subcampeón: Jesús Díaz
3ª: Miriam Solera
En 5º curso, la clasificación ha sido.
1ª: Isabel Díaz
2ª: Amanda Pineda
3ª: Paula Rodríguez