Un año más de los incombustibles premios de Hollywood y un año más (como en Eurovisión), que nos quedamos sin estatuillas (a pesar de que éramos favoritos, como siempre lo somos en el Festival de la canción, que de ilusión también se vive). Y la ocasión la pintaban calva, con más opciones que nunca: «La Sociedad de la Nieve» y «Robot Dreams». Pero nada, agua…
Las triunfadoras
Los grandes premios han estado repartidos, pero menos. Lo que quiere decir que no ha habido un dominio apabullante de ningún film, aunque la película claramente ganadora ha sido «Oppenheimer», con 7 oscars de 13 nominaciones. «Pobres Criaturas», con 4 de 11, también se ha subido al podio, y, en tercer lugar debo citar «La Zona de Interés», con 2 de 5.
La película ganadora cuenta, en clave biográfica, la historia del genio de la Física teórica, que dirigió y coordinó el equipo de técnicos e investigadores que construyó la primera bomba atómica. El tormento psicológico que sufrió al sentirse culpable de los horrores de Hiroshima y Nagashaki, y el proceso al que fue sometido, acusado de traición, para retirarle la acreditación que daba acceso a los secretos de la máxima seguridad nacional están también perfectamente narrados. Premios a la mejor película, al mejor director (Christopher Nolan), al mejor actor protagonista (Cillian Murphy, inolvidable Thomas Shelby de «Peaky Blinders») y al mejor actor secundario (un irreconocible Robert Downey Jr.), además de a otras categorías técnicas.
«Pobres Criaturas», que, bajo mi punto de vista, es una obra maestra indiscutible, aúna ciencia ficción, terror, humor y drama, en una recreación original, iconoclasta y muy creativa del tema de Frankenstein, llena de apuntes de crítica social (no deja títere con cabeza sobre la educación victoriana, por ejemplo) y del feminismo más irreverente (en contraposición al aportado por «Barbie»). Un guion extraordinario, sin premio, pero estatuillas merecidísimas para una magistral Emma Stone y para el diseño de producción (la puesta en escena, para entendernos).
La «Zona de Interés» es la película que nos «robó» el oscar a la mejor película extranjera. Escalofriante y minimalista narración sobre el ambiente familiar del director de un campo de concentración de las SS, con ausencia de escenas explícitas y solo sonido (irreprochable galardón también) y «detalles» que los protagonistas ignoran en pro de su fingida felicidad (y/o normalidad).
La pedrea
Entre los pocos premios que dejaron para los demás los films ganadores cabe citar el de mejor guion adaptado, para «American Fiction», la historia de un escritor que, harto de los clichés que definen a los novelistas afroamericanos, decide crear (bajo seudónimo) una novela para demostrar que cualquiera puede escribir un «bodrio». Por supuesto, la novelucha acaba convirtiéndose en un «best seller». Estupenda sátira y gran trabajo de Jeffrey Wright (a quien vimos en la serie «Westworld».
«Anatomía de una Caída» es el drama, con elementos judiciales, sobre una mujer acusada del asesinato de su hijo, muerto en misteriosas circunstancias. Destacan la dirección de Justine Triet, la interpretación de Sandra Hüller y el guion (oscar al mejor original).
1 de 5 se ha llevado también la deliciosa comedia «Los que se quedan», que cuenta la historia de un profesor que debe quedarse las navidades cuidando de unos cuantos alumnos «abandonados» por sus padres. El contacto con ellos y con el personal del colegio (especialmente con la cocinera, oscar incuestionable para Da’Vine Randolph) le cambiará la vida. No hubieran sido inmerecidos los premios para Paul Giamati y para el excelente guion.
Las derrotadas
Debo meter a «Barbie» en esta categoría porque sus expectativas eran muchas, con 8 nominaciones. Empalagosa (aunque simpática y desenfadada) reconstrucción del mundo con el que crecieron generaciones y generaciones de niñas, y discutible intento de reivindicación feminista. Un solo premio (a la mejor canción, para Billie Ellish) debe saberle a muy poco a la directora, Greta Gerwig, que se debe conformar, de momento, con los 2 que ya tiene en el salón de su casa).
Sin embargo, la gran perdedora de la noche fue «Los Asesinos de la Luna». Injustamente es decir poco, y si no fuera porque el director es Martin Scorsese (el Santo Job), no habría que insistir más. «Taxi Driver», «La Edad de la Inocencia» o «Uno de los Nuestros» ya fueron ninguneadas. Pero es que con «Gangs of New York» ya se fue de vacío con 10 nominaciones. Y lo ha vuelto a hacer. Otro 0 de 10 para una gran película sobre los misteriosas muertes sucedidas a principios del pasado siglo en la tribu de los indios Osage, riquísimos propietarios de terrenos con abundante petróleo. Robert de Niro, Leonardo di Caprio, Jesse Plemons y Lily Gladstone están eminentes en sus papeles.
Otro gran disgusto se ha llevado Bradley Cooper, artífice máximo de una correcta biografía de Leonard Bernstein: «Maestro». Ningún oscar de los 7 posibles, para satisfacción de los melómanos puristas, que no han visto con buenos ojos los afanosos intentos del protagonista por dirigir una orquesta como mandan los cánones. Carey Mulligan borda, sin embargo, el papel de la sufrida esposa.
Sobre «Napoleón» (0 de 3) no tengo ya nada más que decir (ver reciente entrada dedicada). La puse a caldo, cosa que se merece. Ridley Scott ha tenido tiempos mejores. Que se conforme con la buena taquilla, y aquí paz y después gloria.
Hombre, lo cierto es que en Hollywood no sabe uno nunca a qué atenerse. El año de «Mee Too» nominaron a más mujeres que nunca; El año del asesinato de George Floyd nominaron a más afroamericanos que nunca; el año pasado gana una película coreana, siguen premiando a directores fuera del contexto de lo «políticamente correcto», como Woody Allen o Polanski; la sátira sobre los negacionistas del calentamiento global («No mires arriba») no fue precisamente despreciada por la Academia; las películas triunfadoras o revelaciones en Sundance (el Festival de cine Independiente y alternativo) cada vez son más premiadas en los oscars.. Y, últimamente, se han tenido que plegar al auge de las compañías de cine en «streaming», porque la batalla estaba claramente perdida.
De lo que no hay duda es de que la «cintura» de estos señores es delgada y flexible como un junco. Eso sí, dejan excelentes cadáveres por el camino.
En fin, dejando atrás todas estas absurdas disquisiciones, hay que ver «Pobres Criaturas».
Cómo de costumbre, siempre puntual y acertada opinión del “profe” . Que curioso el “vacío “ a Scorsese , aunque no pilla de sorpresa que la autocrítica política (y/o social) no “vende” en la “fábrica de los sueños” . El buen aficionado al séptimo arte sabrá , sin duda, la calidad en estas convocatorias en las que priman los intereses de productoras, distribuidores y mercados varios.