Este es «Rakus», un orangután de Sumatra. Herido, se supone, en una pelea con otro macho, apareció así, con una fea úlcera bajo el ojo, ante los científicos que le observaban. Durante días, el simio estuvo preparando y aplicándose un emplasto con hojas de una hierba medicinal, la «fibraurea tinctoria», de propiedades antiinfecciosas y antiinflamatorias, empleada por aborígenes locales. Rakus masticó las hojas y se aplicó, primero, su jugo sobre la herida, y luego, para protegerla de las moscas, una especie de cataplasma que la cubrió.
El resultado, un mes después, es espectacular, con el orangután mostrando una excelente cicatriz bajo su ojo.
Los biólogos que han presentado el estudio, del Instituto Max Plank de Conducta Animal, en Alemania, añadieron a sus observaciones un aumento de horas de sueño y una disminución de sus actividades habituales, es decir, que Rakus había optado por todo un conjunto de medidas terapeúticas que ni el veterinario más experto habría sugerido.
A pesar de todo esto, los científicos aseguran que esta conducta, con ser rara, no es la primera vez que se da. Hace unos años ya se vio cómo varias hembras y un macho de orangutanes de Borneo se aplicaban sobre la piel la mezcla con saliva de hojas de un arbusto de propiedades analgésicas y antiinflmatorias.
Aquí tenéis un breve vídeo sobre este simio metido a médico y un completo artículo sobre el asunto.