La doctora rumana Ana Aslan se hizo famosa hace ya 80 años con un medicamento que, presuntamente, alargaba la vida. Se decía que gente famosísima lo tomaba y, hasta que la FDA americana no tomó cartas en el asunto, el producto fue un «boom» de ventas.
Hoy día, considerado como fraude «a medias» (se usa aún para estimular el rendimiento cerebral en personas sanas), al Gerovital ya no se le considera, como entonces, el «elixir de la juventud», y la doctora en cuestión cayó en el desprestigio de la publicidad engañosa.
Viene a cuento el asunto por el sensacional experimento realizado en el Laboratorio de Ciencias Médicas de Londres, en colaboración con la Facultad de Medicina Duke. de la Universidad de Singapur. Inyectaron una vez al mes el anticuerpo X203 a ratones de año y medio de edad (el equivalente a 55 años humanos). Dicha sustancia consigue, al parecer, bloquear una proteína denominada interleukina 11, relacionada con el envejecimiento celular. Los resultados fueron un alargamiento de la vida de los ratones en un 25%, además de una disminución de la incidencia de cáncer, una bajada del nivel de colesterol y un aumento de la potencia muscular.
El revolucionario experimento abre una vía de investigación de tremendas implicaciones. Según Jesús Gil, bioquímico del equipo autor del estudio, no hay razones para pensar que los humanos no respondan igual que los ratones. Hay, además, varias compañías farmaceúticas interesadas ya en el asunto (el tratamiento contra el Alzheimer y otras muchas enfermedades están en la diana).
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