Los árboles que no dejan ver el bosque
La jornada 17 no ha servido aún para delimitar posiciones definitivas, ni por arriba, ni por abajo, ni por enmedio. La emoción se desbordará quizás la próxima jornada, con ese decisivo (y esperado) duelo Pablo-Santi.
La circunstancia más interesante, con mucho, se produjo en el enfrentamiento que mantuvieron Javier Sánchez y Jorge Miguel del Corral. Antes del desenlace, el dominio del de 2º era abrumador, con una ventaja de torre, alfiles y ¡8 peones! (llama la atención, presumo, el desprecio de Jorge por los peones; es increíble que no le hubiera podido, o querido, comer ninguno a su adversario)
Negras: Javier Sánchez
Blancas: Jorge Miguel del Corral
Mueven blancas. Despreciando el peligro, juegan Db4. Es el todo o la nada. Javier no ve la excelente continuación que le suponía P2d+¡¡, con ganancia inmediata de torre o las posibilidades de Ae1+¡¡ (si TxA, DxT+ e intercambio de damas, lo que ya hubiese conducido a un triunfo inapelable de las negras), o incluso las de DxT+¡, y mueve T6b?? En principio, una jugada así no hubiese sido mala, sino solo discreta, por el simple hecho de no haber efectuado alguna de las dos anteriores, pero la diagonal mortal que comparten la reina y el alfil blancos, la convierte en fatal. Y es que cuando la superioridad es tan abrumadora, la confianza en las propias fuerzas provoca una sensación de tranquilidad y relajación contraproducente. Demasiados árboles que no dejan ver el bosque, o el desprecio del peligro que supone un león herido. Efectivamente, el zarpazo se produce de inmediato, porque Jorge hace el movimiento definitivo: De7++
Después de esto, ¿se puede considerar a Javi vencedor moral? Pues quizás si. Y, por otro lado, ¿tendríamos que creernos a Jorge cuando sostiene que planificó toda la partida pensando en ese desenlace? Juzguen ustedes mismos.
El resto de las partidas no careció de interés. Es de destacar el gran dominio durante todo el juego que sostuvo Yolanda García (que no está jugando nada mal) en su duelo con Marta Vallejo. La excelente ajedrecista de 2ºC llegó a estar más muerta que viva, pero no se rindió, y su resistencia obtuvo el premio de la victoria. La derrota no empaña la gran partida que jugó Yolanda.
Hori Belchi, gran jugador, perdió, de manera incomprensible, al inicio del juego, con Francisco Tielas (que, a su vez, se está volviendo especialista en dar una de cal y otra de arena). Fue una variante del «mate del pastor». También tuvo un inicio (y un final) parecido el encuentro entre Gabriel Prieto e Isaac Romero, que ganó el primero, lo que le permite continuar disputando a Fran la tercera plaza. Respecto a Isaac, sus fallos de concentración le impiden obtener los resultados que merece.
Arturo Gómez venció a Diego Prats, a pesar de la buena defensa montada por el de 1ºC. El vencedor sigue bien colocado en la tabla, mientras que Diego, algo falto todavía de práctica, mejora a ojos vista su juego y mantiene alta la esperanza de conservar la buena posición que «heredó».
Pablo Porras no fue está vez la apisonadora irresistible, aunque su seguridad y su paciencia le permiten obtener difíciles victorias, como la que consiguió ante Álvaro Romero, que estuvo espléndido y ofreció espectáculo con su dura resistencia.
También fue muy disputada la partida que enfrentó a Alejandro López con Pedro Sánchez, que ganó el segundo, no sin grandes dificultades. Buen juego el de Alejandro, que sigue situado en el centro de la clasificación. Pedro aspira a la cuarta plaza, en dura pugna con Gabi y con Alberto.
Mauricio Morante consiguió una importante victoria (por puntos) sobre Joaquín del Castillo. El de 1ºC se parece muy poco al jugador que comenzó el torneo. Ha encontrado la regularidad en su juego y se ha convertido en un enemigo de cuidado para cualquiera. Joaquín sigue irregular, capaz de lo mejor y de lo peor. En esta ocasión presentó batalla, pero no fue suficiente.
Santiago Prieto, en una preciosa partida que se resolvió por el destrozado flanco derecho de su rival, obtuvo la victoria frente a Ray Barrientos. El de 1ºB no debió descomponer su defensa, sobre todo pensando en quien era su adversario. A Santi le gustan los espacios libres y le crean más problemas las defensas cerradas (como a todo el mundo).
La partida entre Alberto Sebastián y Alejandro García empezó de manera irregular e improcedente, pues el de 2º, haciendo gala de gran desfachatez, jugó mientras se ventilaba un tremendo bocata tortilla. Alejandro aguantó estoicamente la afrenta y movió las piezas con contenidos nervios, gran paciencia y exquisita deportividad. Bueno, fuera bromas, hay que decir que tuvo sus opciones el de 1ºB, pero ganó, al tener un ataque más organizado, su rival.