Otra vez los del Curris Jaen A (esta vez en la copa de Primavera) y casi repetición del tanteo del otro día: 44-12.
Les di una sorpresa a las chicas, porque intentamos (por primera vez) una presión en todo el campo. No salió mal. A ellos les costó sacar el balón jugado y nosotros recuperamos alguno que otro (hasta hoy, casi todas las luchas eran bolas recuperadas por nuestros rivales; bueno, pues esa estadística está en franca recesión, como la crisis, je, je).
Casi todas sus canastas fueron como consecuencia de contraataques («penitentia pecata nostri»). Las demás, por lo que tardamos después de los cambios en enterarnos de a quién nos tocaba defender (pasan minutos a veces hasta que se organiza la defensa). Ah, bueno, y la pequeñita, pero solo metió 20 puntos o así.
Estoy hoy un poco borde, me lo noto. Y el caso es que no es para tanto. Nuestras anotadoras estuvieron muy bien, en su línea de los últimos partidos. Andrea Díaz, dos puntos y un tiro libre (además de defender muy bien y poner unos cuantos «pinchos de merluza»). Teresa González, una canasta, muchos rebotes y buen juego de «pivote»(mucho mejor que de uno). Desirée Fernández, una canastita del «pescador» (aprovechando fulminantemente un despiste defensivo de las adversarias). Y Carlota Escohotado, con dos canastas (uno de ellas, estupenda, con tiro adicional) y un punto desde la línea de personal, yéndose de los rivales cómo, dónde y cuándo quiso (como siempre).
Esta vez no abundaron mucho las dejadas entre los bases, aunque nuestras llegadas en velocidad (Carlota y Andrea) fueron muy eficaces. Lo que si estuvo estupendo fue el juego con los pivotes. El suministro de balones a esa posición fue bueno cuando estaba Teresa (tuvo varias opciones de anotar), pero fue francamente extraordinario cuando jugo ahí Andrea Parrondo. La hija de la profe estuvo genial (e inteligente) en las dejadas (una de ellas estuvo a punto de provocar una canasta espectacular), pero es que además reboteó de maravilla.
El juego de las que jugaron de 4 y 5 destacó sobremanera. Laura Pineda estuvo tremenda, y no marcó una canasta de milagro, pero la jugada fue de «órdago». Marta Garrido cogió un pase «de bolos», aunque le llegó tarde. Ambas lucen mejor cuando la defensa está ordenada que cuando tienen que volver a nuestro campo (pero tampoco tiene nada que ver la velocidad que tenían hace seis meses con la que tienen ahora (ya me atrevo a gritarles que lleguen, antes ni abría la boca). Lucía Sánchez-Isasi defendió como una leona (está más atenta que nadie) y robó un balón (arrancando una lucha fantástica). Mercedes Palomo sigue notando el largo período de inactividad que tuvo por su lesión, y lucha lo que puede (y corre más de lo que puede).
Camila Pajares tuvo, esta vez, el papel más sacrificado. En ciertos momentos del juego tuvimos necesidad de que jugara de uno, y cumplió en esa labor, aunque me consta que ella se encuentra más cómoda de 2 o 3. Defendió muy bien y colaboró estupendamente en ataque.
¡Hasta la próxima, que será el día 9 de mayo!