Algunos de sus números marean. Será capaz de llevar 8.500 personas (bastante más del doble de los que llevaba el Titanic), y tendrá 2.747 camarotes (solo para los pasajeros) y 30 restaurantes. Con sus 360 metros de eslora (mucho más alto que la torre Eiffel), sus propietarios planean convertirle en el rey de los cruceros rápidos (una semana) por el Mediterráneo.
El «milagro» flotante tendrá base en Barcelona, según ha comunicado la «Royal Caribbean», y, a falta de los «remates», 900 millones de euros han tenido la culpa.