Las triunfadoras
La más laureada fue «La La Land» (6 oscars de 14 nominaciones), seguida a cierta distancia por «Moonlight» (3 de 8), aunque el galardón más codiciado, el que se otorga a la mejor película fue para esta última.
El musical de Damian Chazelle cuenta, de manera poco convencional y en clave de jazz, la romántica relación entre una aspirante a actriz y un pianista. Una gran coreografía, buenas canciones y estupendas interpretaciones de Ryan Gosling y Emma Stone, que, sin ser Fred Astaire ni Ginger Rogers, se defienden bastante bien bailando. Esta es «La La Land»:
https://www.youtube.com/watch?v=IHbHn5SLhZo
«Moonlight» es una historia de supervivencia, superación y descubrimiento personal de un chico (luego adulto) que crece en una familia conflictiva y a quien las cosas le han sido enormente complicadas en el colegio y en el barrio. Narrada con gran sensibilidad, cuenta con un excelente guión y estupendas interpretaciones. Ahí está:
Dos grandes películas (y dos breves comentarios)
Otras cuatro películas merecen que me ocupe de ellas. Las dos primeras hubieran sido merecedoras de más premios. Gran derrotada (0 de 6), la primera, y bastante derrotada (0 de 4), la segunda.
«Comanchería» es un magistral mix entre western y trhiller, con unos personajes memorables retratados a la moda, es decir, ni los malos son tan malos, ni los buenos son un pedazo de pan, y con un trasfondo social contemporáneo (la pobreza, la derrota, la crisis…). Grandes interpretaciones (no hubiera sido injusto el óscar a Jeff Bridges), estupendo guión (tampoco hubiera desentonado en el palmarés) y mucha intensidad. Ahí la véis:
La australiana «Lion» cuenta la conmovedora historia de un niño de 5 años que se pierde, pero mucho, bastante, y largo tiempo después decide buscar a su familia, basándose en los últimos adelantos tecnológicos y en sus difusos recuerdos infantiles. Dev Patel (Slumdog Millonaire) está fantástico y su madre adoptiva (Nicole Kidman) no le va a la zaga. Y solo por la escena final ya merece la pena verla.
Un tercer film «Manchester frente al mar», bien situado en el palmarés (solo 2 oscars, pero de los gordos, de 6 nominaciones) cuenta, de manera convincente, el complicado «marrón» que le cae encima a un inmaduro e inestable individuo al tener que volver a su pueblo para hacerse cargo de su sobrino adolescente. Mientras se enfrenta a un pasado que nunca asumió, la relación con su tutorado se vuelve cada vez más conflictiva. Merecidísimos los premios a Casey Affleck y al mejor guión original.
Y una cuarta. «Hasta el último hombre» es la increíble (pero verdadera) historia del temerario heroísmo de un objetor de conciencia durante la Segunda Guerra Mundial. Filmada con el realismo habitual en el cine de Mel Gibson, la conmovedora narración, que hubiera sido un gran alegato pacifista, se convierte, gracias a las impactantes e innecesariamente sangrientas imágenes de la conquista de Okinawa, en una película bélica más, eso sí, de muy buena factura. Consiguió dos merecidos oscars técnicos.
Dos maravillas olvidadas
«Captain Fantastic» cuenta la azorosa pero primorosa educación de seis hijos a cargo de unos padres muy pero que muy alternativos. Durante casi una hora asistimos estupefactos e hipnotizados a las estrategias nada académicas y casi pseudomilitares de un Viggo Mortensen que está genial. La corrosiva crítica a la pedagogía convencional es aleccionadora y emocionante (impresionante la escena de la comida de las dos familias), pero la realidad pronto nos baja de las nubes y la cruel lógica termina por aparecer (¡cuidado, spoliler: ganan los malos!). Gran película.
Pero el mejor film del año ha sido, en mi opinión «Animales nocturnos». Cuenta, en los papeles principales con Amy Adams y Jake Gyllenhall, que están que lo bordan, y se trata de un impresionante «tour de force» que cuenta dos historias por el mismo precio. Una es sobre la relación entre una mujer aburrida de la vida que lleva y su ex-marido, un escritor que le manda una novela para que le dé su opinión. La otra es el tremendo relato narrado en dicha novela, que resulta ser un un trhiller escalofriante. Amy Adams La acción de ambas tramas se va sucediendo sin dejar el más mínimo respiro al espectador. Una obra maestra absolutamente recomendable.