La deseperación es no poder hacer nada. Si la frase es mía, desde luego es muy buena. El caso es que tengo la impresión de que jugamos cada vez mejor, pero tenemos un problema. Parece que cada día nos toca jugar contra un equipo mejor que el anterior. Así que parece que no progresamos. Pues, no señor, no es así.
50-0. Y esta vez en el segundo cuarto. «Marianistas B» (al «A» ni me lo imagino). Chicas potentes, un chico muy rápido, todos con buenos fundamentos. Favoritos, en mi opinión, para ganar la liga. El caso es que no pudimos hacer más. Sin pasar de campo no se puede llegar al aro contrario. Y sin llegar allí no se pueden tener ocasiones de tirar.
Las chicas se partieron el pecho. Siete al principio (si llegamos a ganar, nos hubieran dado el partido por perdido; eso es un consuelo, no me digáis que no), aunque luego llegó Desirée Fernández y alivió el panorama (que luego empeoró otra vez con la lesión de Nicole Marinova). Para Andrea Díaz y Lucía Sánchez Lasheras solo tengo palabras de agradecimiento y admiración (¡no querían descansar, y se las veía exhaustas!; Lucía, además, jugó con laringitis). Candela Moreno, con su lucha y rapidez habituales. Camila Pajares, defendiendo bien y ayudando a subir el balón. Nicole, colaborando eficazmente en el rebote y en el bote, hasta que se tuvo que retirar. Sheila Rodicio, colaborando bien en defensa hasta que estaba con la lengua fuera. Laura Pineda, ocupándose bien de la chica asignada en nuestro campo (ni una sola distracción) y sin errores. Y Desirée, mucho más atenta que de costumbre el tiempo que estuvo en el campo.
Una cosa más. Cuando pedía tiempo muerto, para tomar aliento, sobre todo (disimulo diciéndoles alguna tontuna), me encontraba con que todas querían jugar, ninguna quería que la cambiase por cansancio. Con la que nos estaba cayendo, si no hago los cambios que exigen las rotaciones, allí mueren todas de un infarto. ¡Madre mía, mis chicas!
Y lo último, que si no lo digo reviento. No soy comentarista de atletismo, soy entrenador de baloncesto. Un olé por todas las muchachas que han preferido el partido a la carrera. Sí, ya sé que algunas estabais apuntadas, pero el calendario de basquet está puesto desde el principio de temporada. También es verdad que yo pensaba tener gente suficiente, y luego las cosas se han torcido de una forma tremenda, pero vamos, miedo me da la llegada del buen tiempo, a ver si os vais a ir todos al campo o al pueblo, (o a algún sitio más apetecible que el altar de nuestras derrotas) y me dejáis en cueros.