Si mi mamá me mima, mis dos mamás me mimarán el doble. ¿Es así el tema, no? Bueno, fuera bromas, que la cosa va en serio. Se pueden tener 2 mamás. Si se «deben» tener ya es otro cantar (con la bioética topamos), pero el hecho es que la medicina reproductiva ha encontrado el camino para terminar de una vez con unas cuantas de esas patologías llamadas «raras» que lastran y llenan de sufrimiento la vida de muchas familias: las enfermedades mitocondriales. Transmitidas solo por la madre, pues el citoplasma del óvulo se hereda (y es donde se encuentran las mitocondrias defectuosas), mientras que solo el núcleo del espermatozoide pasa a constituir parte del huevo fecundado, ahora pueden ser eliminadas.
El método requiere, no obstante, la colaboración de una donante, que pone un óvulo. A este se le saca el núcleo, y se sustituye por el pronúcleo de un óvulo que acaba de ser fecundado (de los padres biológicos, por ejemplo). Que no habéis entendido nada. Yo, poco. Pero para eso está el artículo que explica el caso (por cierto, con vídeo y gráficos interactivos muy buenos y fáciles de comprender). O si lo preferís, un reportaje de TV que lo cuenta fetén.
http://elpais.com/elpais/2015/02/03/ciencia/1422963738_504035.html