Las razones más esperadas por los sufridores padres que esperan que hagamos frente de verdad alguna vez a los equipos rivales.
1ª) El baloncesto femenino surgió en el Colegio como una manera de hacer participar a las chicas en el deporte, porque los niños se apuntaban todos a fútbol.
2ª) En cuanto a la decisión de inscribir equipos en las competiciones del Ayuntamiento, fue la que con toda lógica cabía tomar. Dado que son las chicas, mayoritariamente, las que se apuntan y van a las clases, que sea con ellas con las que se formen los grupos que representen al colegio.
3ª) En alguna ocasión puntual se ha completado un equipo femenino con niños, con buen resultado deportivo, pero con nefastas consecuencias, pues al año siguiente se tuvieron que quedar fuera (demasiadas chicas apuntadas)
4ª) Hay que partir de la base de que somos una Escuela de Baloncesto y estamos para enseñar a jugar, no para ganar partidos. Si queréis que ganemos partidos, metemos a 7 chicos y dejamos a las niñas en el banquillo, para que sean testigos de nuestras victorias. (yo he visto en nuestra Competición varios equipos así). Creedme, seríais mayoría los humillados y ofendidos si hiciésemos esa barbaridad.
5ª) No hay suficientes entrenadores de baloncesto en el colegio como para encargarse de todos los equipos que se podrían formar con los niños apuntados a la actividad. Y lo malo es que tampoco podría haberlos. Problemas de espacio y de horario (ver punto siguiente).
6ª) En el supuesto de que hubiera tres entrenadores más (es un suponer), ¿dónde les metemos? (a ellos y a sus alumnos) Tenemos solo un campo grande y uno pequeño, y el horario de basquet es inamovible. Ni aunque hubiera un grupo de tremendos jugadores aceptarían sus padres que los chicos entrenasen de seis a siete. Y no me habléis del Gimnasio. No sirve para dar clase de baloncesto (mirar si queréis un día las columnas centrales), solo alivia las emergencias de los días lluviosos.
7ª) Si hubiera niños en los equipos, no sería de recibo apuntarles solo cuando hubiera necesidad de completar el número de fichas exigidas para participar. ¿Qué decirles si al año siguiente hay muchas chicas? ¿Qué no pueden entrar? Y lo digo porque ya ha pasado, como dije antes.
8ª) Otro tema sería decidir, ¿cuántos metemos? Porque en nuestro caso, inscribir cuatro (por contar con probabilidades de ganar, como algunos queréis), significaría decirles a Juanita, a Remigia, a Felipita y a Ricarda que no va a poder ser. ¿Y quién se lo dice? ¿Yo? Es que yo soy profesor de baloncesto, perdónenme ustedes, y me pagan por enseñar, no por ganar partidos.
9ª) Y en el supuesto de que estuviesen esos cuatro, por seguir con el ejemplo, ¿qué pensarían los padres de todos los demás chicos apuntados a baloncesto en el Colegio? No hace falta ser un lince para pensar que las procesiones a Dirección para pedir equipos serían interminables. Y a ver cómo se les explica lo del espacio y el horario, cuando están oyendo todos los lunes, en el ascensor de su casa, las «delicias» del hijo de su vecino, que juega todos los sábados la Liga del Ayuntamiento.
10ª) La razón fundamental para competir solo con chicas, en una categoría que admite también varones, es que se adquiere experiencia, dureza, valentía, garra y espíritu de lucha si los adversarios son chicos. Unas cualidades que en categorías superiores van a ser decisivas. En infantiles ya no hay equipos mixtos. Imaginaros, por un momento, jugar en una Liga contra conjuntos solo integrados por chicas como ésas a las que nos hemos enfrentado. Pues eso llegará, y allí tendremos la ventaja de los minutos jugados (la que no tienen ellas, que chupan más banquillo que Roque) y la que supone el estar acostumbradas a buscarse las lentejas, y no a que los chicos les saquen las castañas del fuego.
y 11ª) Cuando no se soporta perder, lo mejor es no competir. El «¡ganar, ganar, ganar, y volver a ganar, ganar y ganar!», de Luis Aragonés, no se inventó para la gente que está aprendiendo. Y ser deportista es disfrutar con la práctica del deporte. Tenemos metido en el cuerpo el gen competitivo, y no sabemos salir de ahí. Se nos hace difícil comprender la ilusión y la alegría con la que vienen las chicas a jugar los partidos. Y cómo disfrutan, perdiendo de cincuenta puntos. Y cómo se parten el alma por cada balón. Y cómo nadie llora, ni se enfada, por perder. Estoy educando deportistas, formando gente dura, que resista las circunstancias adversas y que soporte las derrotas sin pestañear. Gente que soporte la vida.
El calendario nuevo ya lo tengo hecho. Me ha faltado tiempo para repartirlo por las clases.
Tu equipo juega el 16 de noviembre. De momento deja de tomar tanta Coke, que para pasar el balón hay que jugar tranqui, je, je.
Este años ganaremos, No os preocupéis, Ya estoy yo ??»The King»??
De ese tema debes hablar con David. Yo no opino. Y no es «Haber», es «A ver».
Haber… Como dices en el punto 8º), tú eres profesor de baloncesto (y no entrenador), vale. Pero para tener un entrenador ya estaba David y tal vez las chicas apuntadas podrían estar jugando los sábados contra otros colegios. Ir a entrenar ó una escuela de baloncesto está bien, pero competir contra otros también.