La guerra de los animales contra los drones

 

¿Útiles o molestos? ¿Pacíficos o beligerantes?

Parece que hay aplicaciones de los drones en pro de la conservación de especies en peligro. Pero por el otro lado, existen desaprensivos que los usan para localizar piezas con fines cinegéticos. Lo que está claro es que en cuanto se acercan mucho, los animales reaccionan, y, a veces, agresivamente (como es normal).

En el siguiente artículo se cuentan los últimos incidentes de esta «guerra» no declarada. Y se añade un vídeo que no te puedes perder.

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Liga Interna 2016-17 (11)

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En el filo de la navaja

La aparente superioridad de 1ºB sobre 1ºX, sobre todo por lo cara que vendieron su derrota los de Raúl López en su partido contra 1ºA, fue, sobre el papel, una agónica victoria, decidida en la última jugada. Y es que 1ºX unió, a su mayor «fondo de armario» (7 elementos), unas altas prestaciones y una gran dosis de pundonor, lo cual es lógico, si tenemos en cuenta que pusieron en juego a gente como Alonso, como Iván, como Carlos Martín o como Adrián Saugar. A la potencia anotadora de Adrián López se unía, además, la calidad del siempre exquisito Luis Sanchidrián y un sorprendentemente eficaz (¡sobre todo en los momentos decisivos!) Abel.

Su oportunidad dependía de llegar igualados al final, y, gracias a una estupenda defensa, la tuvieron.

La igualdad fue la tónica predominante desde el principio, y el marcador se estuvo moviendo en todo momento en el filo de la navaja. Cada equipo ganó 2 cuartos. A la, esta vez, no tan abundante producción de Raúl (muy bien defendido todo el partido), se sumaban un gran Jaime Truque, y un Adrián Sevilla que también hacía de las suyas. Pepe dominaba el rebote y añadía intimidación (por si a los suyos le faltaba una poca), y solo Alejandro Mansilla aportaba emoción, con su porcentaje inusitado (por lo malo) en el triple.

Mucho, mucho, mucho, pero mucho, fondo físico

Con estas trazas se llegó a los momentos finales, con dos jugadas decisivas favorables a los que, en teoría, debían estar más cansados (1ºB, que mantuvo en pista, a la fuerza ahorcan, a sus cinco integrantes durante todo el partido). A saber, un pase interceptado, a falta de un minuto, por Alejandro (que compensaba, por lo determinante de la jugada, todos sus fallos en ataque), y el tapón con el que, momentos después, impidió Raúl el tiro con el que sus rivales pretendían ganar en el último segundo. Y es que hay que estar en muy buena forma física para tirarse como un tigre a evitar la canasta, después de batirse el cobre durante 40 minutos.

El resultado final fue 23-24 para 1ºB.

Por 1ºX jugaron:

Adrián López, máximo encestador del partido con 11 puntos, añadió, a su triple inicial, una gran regularidad anotadora durante el resto del partido. A sus enormes facultades como escolta añade siempre un gran inteligencia y una perfecta visión de juego, lo que le coloca de inevitable (y excelente) base de los suyos. Llevó no solo el balón, sino el «tempo» del partido.

Alonso Romero, a pesar de que tuvo mala suerte en ataque, fue, siempre, un esforzado defensor. Tuvo que lidiar con Jaime, con Adrián Sevilla e incluso se atrevió, en muchas ocasiones, con Raúl. Su irreprimible tendencia al ansia depredadora (mayormente por robar balones), le lleva a meter la mano en exceso, lo cual que no es que defienda mal, sino que arriesga muchísimo. No terminó expulsado por faltas de milagro. ¡Ah, y este viaje se fue sin ningunos pasos «de llegada» (su «copyright»), aunque el malvado árbitro le pitó unos «de salida»!

Carlos Martín fue de nuevo el luchador infatigable, tanto en defensa, (por dentro, colaborando en el rebote, y por fuera, persiguiendo a la intendencia enemiga), como en ataque, con sus penetraciones, siempre peligrosas. Faltaron sus canastas, y es que le falta un puntito de sangre fría para calmarse cuando ya tiene la canasta hecha.

Iván Ortiz, la regularidad y la sobriedad personificadas, defendió con su ardor habitual y ayudo a mover el balón con eficacia. Sus buenos fundamentos le llevan a veces a intentar subir el balón, regatear e incluso lanzar los contraataques de su equipo, cosas que hace siempre con éxito. Le faltó ensayar más veces, en ataque, su fino tirito de cerca.

Luis Sanchidrián se va animando, a ojos vista, según va disputando partidos. Lo que antes era un jugador tímido, ahora se va convirtiendo en un base-escolta-ala-pivot en el más puro estilo Luka Doncic. Porque lo mismo sube el balón que penetra con velocidad, asiste, hace un «coast to coast» o tira un triple. Metió tres puntos, pero pudieron ser muchos más.

Adrián Saugar une, a sus grandes fundamentos en el manejo de balón, una gran inteligencia en el campo. En ataque siempre busca el bloqueo o el mejor pase. Le faltó suerte en el tiro, pero las canastas caerán por su peso, pues selecciona muy bien las ocasiones. Defendió con la  garra de siempre, y a punto estuvo de ser eliminado por faltas (que hace, casi siempre, cuando no hay más remedio).

Abel Alameda se ha convertido ya en un gran jugador. A su potencia y velocidad «futbolísticas», ha unido últimamente la precisión y la facilidad para la frenada bajo canasta «baloncestísticas». Se atreve con el triple (metió uno tremendo), con las entradas (metió dos, una extraordinaria, remontando la línea de fondo) y hasta con los tiros libres (uno dentro). Le echa «morro» hasta para quitarle un rebote en sus mismísimas barbas a Raúl. Estupendo partido.

En 1ºB jugaron así:

Alejandro Mansilla sumó, a su espectacular 0 de 8 en triples, otras prestaciones más presentables, como una correosa defensa en la primera línea (sus interminables brazos imposibilitan, prácticamente, un pase «regulero» en sus proximidades), una seguridad rayana en la perfección en el pase y una más que notable habilidad para el bloqueo y para el desmarque.

El Rey de los «Intangibles»

Pepe Rodríguez se multiplicó, interviniendo en el 90% de las jugadas de los suyos. Bueno, exagero, pero el caso es que cuando no estaba cogiendo un rebote en defensa estaba interceptando un pase, o capturando un rebote ofensivo o poniendo un tapón (le echó un pulso en este tema a su compañero Gasol (perdón, quiero decir López), porque colocó tres. Y la cuestión no es que lo que hace sean intangibles (se ven y se tocan, y si no que le pregunten a los afectados si pican su «pinchos de merluza»), sino que parece que no está y que no hace nada, por su discreción y su apariencia «patosa». Metió una canastita, pero hizo mil cosas además, y todas bien.

Raúl López «solo» encestó dos canastas de 2 y una de tres, pero es que fue objeto de sumarísima defensa (por unos «amigos» que le conocen bien) y tampoco fue óptimo su acierto en sus entradas. A pesar de ello, estuvo donde tenía que estar en el momento culminante: delante del «osado» que se atrevió a tirar de tres en su cercanía (bueno, no estaba tan cerca, pero el salto felino que dió convirtió, en un momento eléctrico, la distancia en cero).

Adrián Sevilla fue el escolta fiable, seguro, ágil, buen manejador de balón y hábil penetrador de siempre. Metió cinco puntos, ante una fiera y esforzada defensa, pero subió, además, con gran acierto, el balón y pasó y movió a su equipo con inteligencia. Su combinación con Raúl es letal (juegan con los ojos cerrados, hasta las jugadas de «bloqueo y continuación», poco habituales por estos pagos).

Jaime Truque se ha convertido, de notable meritorio y colaborador, en figura anotadora y en principal culpable de un posible salto de calidad de los suyos (su fichaje es la guinda que les pude llevar a dar la sorpresa, ¡cuidado con la Segunda Fase!). Grandes fundamentos, velocidad, contraataque, rebote, entrada a canasta e incluso tiro a corta distancia que se añaden a una privilegiada inteligencia jugando. Diez puntos, cuatro de ellos en los momentos finales. Fantástico.

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Premios de Cine 2017

Mahershala Alí, Emma Stone, Viola Davis y Casey Afflek, con sus estatuillas

¿Una merienda de negros?

Después de lo que ocurrió el año pasado, en esta 89ª entrega de los Premios de la Academia USA se preveía un aluvión de premios para películas con gente de color, y lo hubo, pero menos. Y es que dos de sus grandes baluartes, en las categorías de mejor actor y mejor actriz, los extraordinarios Denzel Washington («Fences») y Ruth Negga («Loving») tuvieron esta vez que poner «carita» de circunstancias.

Eso sí, con tres de los premios grandes, de seis posibles, los dos actores secundarios y la mejor película (al segundo intento, como todos sabréis, porque ha salido hasta en los sucesos), los galardones no se puede decir que no hayan estado dentro de los estrictos límites de lo «políticamente» correcto.

Comentaré el tema, como hice el año pasado, dividiéndolo en tres categorías:

Las ganadoras

La trinfadora, con 6 oscars de 14 nominaciones, puede decirse que ha sido «La La Land», título que parafrasea y homenajea a la ciudad de Los Angeles. Gran musical, en la que el jazz y el baile tienen el protagonismo, se puede interpretar en clave de homenaje a los viejos clásicos del género y a dos de sus legendarias estrellas, Ginger Rogers y Fred Astaire. Las canciones y las coreografías son muy buenas, y Emma Stone y Ryan Gosling (él, mucho mejor que ella, para mi gusto) se defienden admirablemente, pese a no ser bailarines.

«Moonlight», con 3 premios de 8 posibles y «Manchester frente al mar», con 2 de 6, tampoco se pueden quejar, especialmente la primera, que cerró la gala como mejor película. La historia, intensa y emotiva, sobre la búsqueda de la propia identidad, está excelentemente narrada, y la homosexualidad del protagonista, tratada con exquisita sensibilidad.

Por su parte, «Manchester frente al mar», con sus 2 oscars «de peso», el de mejor actor y el de mejor guión original, cuenta la historia de un hombre patético, inadaptado e inmaduro, que ve morir a su hermano y debe hacerse cargo de su adolescente sobrino, sin estar preparado para ello.

Las perdedoras

La primera, «Lion», la gran derrotada (0 de 6), es, a mi juicio, la mejor película del año. El drama de un niño adoptado que al llegar a adulto busca a sus padres biológicos, a los que perdió de pequeño, destila intensidad y emoción, además de contar con un ritmo trepidante lleno de «flashbacks». La película, australiana, cuenta con la interpretación eminente de Dev Patel («Slumdog Millonaire», «The Newsroom») y la presencia, siempre estimulante, de Nicole Kidman.

«Comanchería», con 0 de 4, también se fue, injustamente, de vacío. Con la estructura de un western de esos llamados crepusculares (o sea, gente, destrozada por un pasado cruel, que intenta sobrevivir en un mundo que se acaba), relata la persecución de dos «forajidos» por parte de dos «cazarecompensas». Los cuatro bordan su interpretación, pero me quedo con la del hermano menor, Ben Foster.

Las ignoradas

Dos pelis voy a meter en esta categoría, para cinéfilos exclusivamente. La primera narra la «vuelta a la realidad» de un padre y sus seis hijos, tras pasar 10 años alejados del mundanal ruido, y es toda una tesis sobre la civilización y la alienación que produce, así como una defensa de la vida natural y la educación autodidacta. Viggo Mortensen (nominado) está «fantastic», y el guión, y la película en sí,  se merecían algo más.

Cierro mi comentario con una pequeña «joyita», como siempre, del imprevisible y refrescante cine independiente americano (Festival de Sundance, etc, etc). «Animales nocturnos» no es una película romántica, ni una historia de violencia, pero cuenta, magistral y paralelamente, la realidad de la ex-mujer de un escritor, y la ficción de la novela que éste le manda para que le dé su opinión. Impresionantes los tres protas. Amy Adams (mejor aquí que en «La Llegada»), Jake Gyllenhall y Michael Shannon (nominado). La dirección y el guión (ambos de Tom Ford), fueron también injustamente olvidados en las candidaturas.

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Liga Interna 2016-17 (10)

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El «jogo bonito»

Entretenidísimo partido el que nos brindaron 1ºB y 4ºB, con una gran igualdad hasta el descanso (16-10 para los mayores) y una segunda parte que reflejó, paradójicamente, el hundimiento de los de 4ºX, a pesar de contar con más banquillo. Ese 27-10 de los dos períodos finales expresó el buen estado físico y de juego de 1ºB.

Los de Ángel Riesgo se mantuvieron, relativamente, hasta que Iván Morillas abandonó la cancha. Y es que el «alma» del equipo mantuvo el tono defensivo de los suyos durante los tres primeros cuartos, pero cuando se «rompió» el partido, en el definitivo, las tremendas e incesantes penetraciones de sus enemigos convirtieron la zona de 4º en terreno abonado para la victoria. El correcalles final culminó en un tanteo inmerecido para los derrotados.

Los de 1º pusieron en el campo un quinteto de gran calidad, quizás el equipo con más fundamentos, inteligencia, velocidad y calidad individual del Campeonato: Raúl López, Alejandro Mansilla, Adrián Sevilla, Javier López y Jaime Truque. Enfrente, un variopinto conjunto con grandes defensores (Ángel Riesgo, Alberto Sebastián e Iván Morillas), al lado de jugadores tan anárquicos como geniales (Fran Tielas y Adrián Fernández) y la guinda de dos tipos con clase y de jugar elegante, aunque algo blandos en defensa (Carlos Nuevo y Hugo Flores).

Y uno piensa que los de 4º tienen potencial para, si no ganar a sus rivales de hoy, sí ponerles las cosas bastante más tiesas de lo que reflejó el marcador final (43-20).

Hubo de todo, para los amantes del «jogo bonito». En los mayores, 18 y 13 puntos, respectivamente para Raúl y Adrián, con entradas a veces supersónicas y a veces de malabaristas, contraataques espectaculares, bloqueos sensacionales (Alejandro) e incluso algún «Hally-Hoop» (Jaime). Entre los hoy derrotados, 4 triples nada menos (2 de Iván, uno de ellos, al más puro estilo Llull, 1 de Ángel y otro de Hugo). Y quien quiera más, ahí tiene a los Harlem Globe Trotters a la vuelta de la esquina.

Para los amantes de la información más concreta, debo decir que los de 4ºB jugaron así:

Ángel Riesgo, tras su triple inicial, no se prodigó en ataque, aunque pudo meter alguna cesta más. Llevó el peso del equipo, el orden, la subida y el movimiento de balón, siempre con pases seguros y lógicos. En defensa bailó, como siempre, con la más fea (es el esforzado voluntario que intenta anular al mejor contrario), y obligó a Raúl López a emplearse a fondo para intentar superarle.

Iván Morillas estuvo sobresaliente, tanto en defensa como en ataque. A los rebotes bajo el propio aro hay que añadir los ofensivos, alguno de ellos espectacular, como el que le permitió convertir  un buen «triple» (canasta + tiro adicional) en el segundo cuarto. Fue épico también su triple en el tercer parcial, con el defensor pegado a su cuello.

Alberto Sebastián derrochó inteligencia y buen hacer en la cancha. A su aguerrida defensa habitual, en la que destacan las ayudas, hay que sumar un par de veloces (¡y hábiles!) subidas de pelota, sus siempre problemáticos (para el equipo rival) bloqueos en ataque y algún valioso robo de balón.

Adrián Fernández estuvo luchador, pero le puede la obsesión por encestar, y cuando coge la moto, no hay quien le pare. Harto está éste que lo es de decirle que frene cuando llegue a la canasta contraria, pero ni modo. Y cierto es también, porque lo cortés no quita lo temerario, que hizo un «coast to coast» fallido que no fue la canasta de la tarde por los pelos. La insistencia tuvo su premio, no obstante, y metió sus dos puntitos, en lo que debe ser su ámbito (la zona de «pescadores»).

Carlos Nuevo intervino más en el juego que en los últimos partidos y colaboró con eficacia, tanto en el rebote como en el movimiento de balón. Pasó con seguridad y eficacia, y su selección de tiro fue excelente, cosechando cuatro puntos. Dejó muestras, otra vez, de su clase y su conocimiento del juego.

En esa misma línea brilló Hugo Flores, estiloso y «dandy» jugando, aunque es capaz también de pegar algún que otro bocinazo cuando se mosquea. Colaboró con inteligencia en labores de intendencia (transporte y suministro de balones, para quien no lo entienda) y, en ataque, metió un bonito triple, de los de más de 3 puntos, pues fue en el período definitivo.

Francisco Tielas, con su garra proverbial en defensa y su ya conocida velocidad, buscó el triple con una cierta mejoría, esta vez, en la selección de tiro. No le entró ninguno, pero la canasta que si se mereció fue una fulgurante entrada (en la que su defensor todavía le estará buscando), que no entró por los pelos.

En 1ºB jugaron:

Raúl López estuvo discreto en defensa, pues se echaron en falta sus tapones (alguno sí coloco, aunque fue más bien discreto), y tuvo que «tragarse» un par de rebotes por los portentosos saltos del hijo de la Srta. Violeta. Pero en la anotación su actuación fue, como ya se ha dicho, sensacional, en su mejor partido en ataque hasta la fecha. Sus entradas son magistrales, dignas del mejor Pau Gasol (en esto me repito). Le falta meter tiros a media distancia, pues si no, las defensas se le cerrarán y el futuro de sus penetraciones será incierto.

Adrián Sevilla tuvo también una fantástica actuación. Dificultó sobremanera las operaciones del enemigo, evitando el «Riesgo» (es decir, las entradas de Ángel por arriba) y defendió muy bien (de piernas, «comme il faut»). En ataque, entradas en «superdirecta», contraataques y algún tiro incluso, en un muestrario de base, escolta, palomero y no sé cuántas cosas más. 

Javier Martín, seguro, inteligente, sobrio y luchador, hizo gala de sus magníficos fundamentos y colaboró en la subida y la circulación de balón. Siempre correoso en defensa, su discreción en ataque tuvo su premio en el último cuarto, con un tirito encestado.

Alejandro Mansilla hizo un muy buen partido. Su adaptación al juego de este equipo es asombrosa, y parece llevar con ellos toda la vida. Magnífico pasador, tenaz bloqueando, estupendo en el desmarque (ganando la espalda de la defensa, al mejor estilo «futbolero»), cuesta resumir sus genialidades, pues fueron muchas. Las mejores fueron una asistencia (con pase en profundidad que acabó en exitoso contraataque) y un bloqueo tremendo que permitió una entrada a canasta fácil de Adrián Sevilla. Estuvo también estupenda su entrada a canasta, fallada por muy poco. Su punto negro, los triples, labor en la que parece empecinado ahora. Debe seguir intentándolo, pero la selección de tiro debe mejorar (solo y tranquilo, así debe ser).

Jaime Truque estuvo más que notable, culminando su mejor partido de la temporada. Cabe decir de él lo mismo que de Alejandro, que parece que se ha «criado» junto a los de 1ºB. Defensor pegajoso, reboteador eficaz, pasador seguro, sus penetraciones (y algún que otro contraataque) fueron su mejor arma. 10 puntos encestados, que hicieron justicia a sus fundamentos y a su clase.

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Liga Interna 2016-17 (9)

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Confianza ciega

La igualdad, tanto en el juego como en el marcador, presidió el duelo entre 1ºA y 1ºB, quizás los dos máximos candidatos al título. Ninguno de los contendientes tuvo una ventaja mayor de tres canastas y la diferencia de dos puntos al final (19-17) bien pudo convertirse en empate si los finalmente derrotados hubieran acertado en la jugada final.

Pero hay una cosa que no se entiende, y es que los dos equipos decidiesen jugarse «las lentejas» mirándose directamente a los ojos, sin pausa, reposo o instrucciones dictadas por el raciocinio, improvisando sin ningún rubor. Lo cual mayormente quiere decir que, aunque los tiempos muertos están para algo (y en el período final paran el tiempo de juego), la confianza ciega en las propias fuerzas hizo desprecio y escarnio de pizarras, directrices y estrategias preconcebidas. Y lo cual, a mayor abundamiento, tiene mucho que ver con la raza y las tablas de los líderes anotadores de 1ºA (Pedro Tomás Carrasco) y 1ºB (Raúl López), que arrastraron a sus compañeros a la tensa batalla en pro de una incierta victoria.

Sin embargo, un punto negro me llena de zozobra: la confesión del capitán de los vencidos, tras el final del partido, de que no sabía que perdían solo de dos. Esa ignorancia no le libra de la grave responsabilidad de tener a los suyos informados puntualmente del resultado, con lo cual, si hubiese sabido el tanteo imperante en el minuto final, la preparación de la jugada final en un tiempo muerto era de manual.

Por 1ºB jugaron los siguientes sujetos:

Raúl López lo intentó todo, y se creció ante las enormes dificultades que presentaba la empresa. Intentó responder a las acometidas de Pedro Tomás con sus armas habituales, penetrando con valentía y habilidad, y convirtió por momentos el partido en un tuya/mía con el hijo de JuanPe, que bebió en una ocasión la amarga cicuta del máximo taponador de la Liga. Los rebotes defensivos fueron suyos, y sus 7 puntos, aunque escasos, fueron la mayor anotación de su equipo.

Javier Martín, intendente mayor, colaboró como siempre en la subida del balón, bloqueando cuando era necesario, botando cuando hacía falta y pasando siempre con criterio. Sus dos canastas ya no son una sorpresa, pues su fino tiro, que practica poco, suele garantizar acierto.

Alejandro Mansilla jugó con su inteligencia habitual, defendiendo bien, robando balones (cortó con un salto asombroso un contraataque rival) y colaborando en el rebote y el la circulación de la pelota. No tuvo suerte en el tiro de tres, pero metió ¡una canasta de dos! (lo nunca visto), lo que anuncia quizás una reconversión a empresas más razonables. Un servidor, chapado a la antigua, amante del basket lógico y mesurado, el que se practicaba cuando no existía esta febril moda del triple (¡ese Llull, ese Curry!), siempre aplaudirá las canastas fáciles y pondrá mala cara ante los desmesurados intentos intentos de dar espectáculo (y esto no va por el bueno de Alejandro, cuya selección de tiro nunca es mala).

Adrián Sevilla tuvo que ejercer de nuevo de base, labor en la que se apaña muy bien, pero se echaron en falta sus puntos, pues sus penetraciones no tuvieron la eficacia habitual ni le dejaron practicar lo que mejor hace, el juego de «palomero». Y es que los enemigos, avisados de los puntos fuertes de Raúl & friends, bajaban a defender como almas que llevase el diablo. Aún así, metió una canasta cuando las cosas estaban tiesas (en el último cuarto).

Pepe Rodríguez fue el esforzado y luchador «center» al que ya estamos acostumbrados. Brilló especialmente en el rebote, pescando algunos en ataque que le dieron excelentes ocasiones para anotar, suerte en la que no le acompañó la idem (el día que entre la bolita no será extraño que anote diez puntitos, con lo cual, posiblemente, 1ºB dará un salto de calidad). Su aportación fue valiosa, no obstante, pues su única canasta tuvo lugar en los momentos finales.

En los de 1ºA estuvieron:

Guillermo Rubio, que volvía a su equipo tras un paréntesis, empezó muy fuerte, con la canasta inicial, y todo hacía pensar en que no echaría en falta la inactividad, pero el resto del partido, a pesar de que luchó mucho y defendió con acierto (a él se debe también la pobre anotación de Adrián Sevilla), estuvo un tanto oscuro, algo cohibido en ataque, a pesar de que tiene grandes cualidades para anotar. En todo caso, un notable, tanto en la conducción de balón, como en el pase.

Alejandro Fernández, en su línea habitual, fue el amo de los rebotes bajo el propio aro. En la canasta opuesta, aunque lo intentó mucho, no pudo con los larguísimos brazos de Raúl López. No obstante, metió una canasta en su especialidad (la «pesca de altura»). Se mostró, una vez más, imprescindible, para liberar a Pedro Tomás del trabajo sucio de «center», que al Sr. Carrasco no le gusta, y que él realiza a la perfección, como buen émulo del legendario Raúl Orejana.

Rubén Ajenjo, en ausencia de algún que otro jocoso concursante, fue la alegría de la huerta, con su sentido lúdico del baloncesto (tan importante para relajar tensiones, en un partido como este). Dejó una muestra de sus facultades para el basket con un espectacular triple. Muy aplicado en defensa, dificultó sobremanera las maniobras y las penetraciones de los rivales (sobre todo del Sr. Sevilla).

Cristina Gálvez, que reaparecía, fue un torbellino vivaz y peleón. Su mezcla de agilidad felina y endiablada rapidez fue un tormento para los que hacían circular el balón en 1ºB. Recuerda, por momentos, a otra tocaya. por su inteligencia y seguridad jugando. Le faltó lanzar sobre el aro contrario, aunque tiene un fino tiro desde cerca y podría ser anotadora de diez puntos por partido si lo intentase.

Sergio Muñoz, largo tiempo alejado de las canchas, acusó la inactividad, y mostró signos de desmoralización, impropios en alguien de su vitalidad y alegría. Debe insistir, pues seguro que disfrutará de momentos divertidos entre estos compañeros. Y de paso, aprenderá algo de disciplina de grupo (aunque este concepto no gusta demasiado en este equipo) y hará ejercicio, que no le viene mal.

Pedro Tomás Carrasco fue el hilo conductor de los suyos, a los que llevó en volandas hacia el triunfo, con un aplomo de veterano en los momentos finales (él sí que sabía el tanteo). Feliz por no tenerse que dedicar a «pegarse bajo canasta» (se nota mucho que llega fresco al último cuarto), dejó rienda suelta a su creatividad en ataque y maquinó para encontrar buenas posiciones de tiro o para culminar sus penetraciones de fantasía. Autor de 12 puntos, fue el MVP del partido.

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Liga Interna 2016 – 17 (8)

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La pertinaz sequía

Entretenido partido el que nos brindaron 1ºH  y 4ºB, igualadísimo y con mucha tensión y muchas defensas. Tantas defensas, que aquello recordaba a la pertinaz sequía.

Eran otros tiempos, y el régimen se tiraba de los pelos, porque después de inaugurar pantanos y más pantanos, el cielo no acompañaba. Y es que no llovía. Y mientras algún cantautor insistía en ese «¡Que tiene que llover, tiene que llover…! (en otro contexto, claro), la pertinaz sequía seguía siendo el enemigo número 1 (más que El Lute).

La misma que pareció perseguir a unos cuantos excelentes tiradores (Carlos Nuevo, Hugo Flores, Ángel Riesgo, Sergio Valera) que, en las filas del equipo de 4º, infrautilizaron sus buenas cualidades ante la canasta contraria, haciendo que su equipo se quedase en 14 puntos al final. Tampoco se pueden ir de rositas sus rivales, pues Francis estuvo más seco que la mojama y Daniel Pascual, que ahora tira hasta las zapatillas, no brilló por sus buenos porcentajes.

Es decir que toca, mayormente, hablar de las excelentísimas defensas que hicieron ambos conjuntos (el «anti-baloncesto», como lo llaman algunos). Bueno, la verdad es que hay un dato, al revisar el Acta del partido, que sugiere que un equipo se empleó con más rigor (y/o firmeza) en ese sentido: las 19 faltas cometidas por 1º frente a las 8 de los que perdieron.

Los de 4ºB dominaron el primer tiempo, al que llegaron con cinco puntos de ventaja (5-10), gracias sobre todo a Iván Morrillas y Carlos Nuevo. Por los de 1º, solo Francis mantenía el tipo. En la segunda parte, los mayores dieron un vuelco al marcador, con Víctor Herranz y Daniel Pascual tirando del carro, mientra enfrente, solo Ángel Riesgo respondía. 18-14 fue el tanteo definitivo.

Los de 1ºH jugaron así:

Iván Herranz estuvo correcto en labores de intendencia, subiendo el balón y ayudando a que circulase, intentando ordenar el juego, como hacen los buenos capitanes. Su habitual aceleramiento, por tenerse que ir, se notó más esta vez, pues no solo ejerció de «cansino histórico», apremiando al árbitro, sino que se dio prisa por hacer las 5 faltas preceptivas (¡qué fea esa última antideportiva!)

Otro que se tuvo que ir fue Fidel García-Gesto, el profe, que también pagó los nervios de la clase que le esperaba a las cuatro. A pesar de su falta de suerte, rompió la zona contraria con eficacia y provocó una falta de tiro que le permitió anotar un puntito. En labores de dirección, acertado, como siempre.

Víctor Herranz fue el omnipresente oficial de suministros, ejerciendo de base y surtiendo de pases a sus compañeros. En defensa luchó mucho, y en ataque, su acierto se tradujo en dos valiosas canastas en el segundo cuarto.

Francis Núñez estuvo más colaborador que nunca. Ha descubierto que  su equipo ya no es la banda que se presumía y que le ponen ardor y hasta acierto en ataque. Prodigó poco su proverbial mareo de balón y brilló más con un par de asistencias que con el «yo me lo guiso, yo me lo como» a que nos tiene costumbrados. Metió 6 puntos que encauzaron la victoria de los suyos, a pesar de que estuvo sometido a un severo marcaje.

Rubén Marquina estuvo, como en él es habitual, luchador en defensa y seguro y rápido en ataque. Siguen dando escalofríos sus galopadas por la izquierda del campo botando con la derecha, aunque se las compone para que no se la quiten. Fue asombrosa su limpieza este viaje (¡ni una personal!).

Gonzalo Marín estuvo tan potente y correoso como de costumbre. Jugó con la templanza de un veterano, ayudando en el rebote y, esta vez, hasta se atrevió con la canasta contraria, aunque no tuvo suerte, pues recibió un tapón (¡eso no importa, estaba bien hecho, hombre!).

Antonio Blanco cogió rebotes, defendió bien y no le hizo ascos a sus habituales y espectaculares subidas por la banda, con acelerones y paradas en seco desconcertantes, aunque eficaces. Cerca estuvo de anotar (cada vez tira más finto, pero no lo suficiente).

Daniel Pascual, ya convertido en estrella, llevó, en gran parte del encuentro, el peso de su equipo. Su porcentaje en triples fue «más razonable» que en el último partido, pero no paró hasta que convirtió uno (y cuando más dolió a los rivales, en el último cuarto). 7 puntos en total, o lo que es igual, máximo anotador de los suyos y del partido (un refrescante chaparrón entre la pertinaz sequía).

En 4ºB se hicieron notar los siguientes individuos y/o personas:

Fran Tielas hizo una salida fulgurante, con una entrada a canasta que adelantaba a su equipo. Además de eso, defendió bien y estuvo correcto y seguro en el pase y el movimiento de balón, aunque algún triple se marchó a la grada.

Hugo Flores fue la mente pensante y organizadora de los suyos. Correoso defensor, pasador notable, no se prodigó en ataque, y se echaron de menos su lanzamientos a media distancia.

Iván Morillas destacó, el tiempo que estuvo, en defensa, en el rebote, y en la anotación. Cuatro puntos que dejaron el marcador, cuando se fue, en 5-10. El parcial para 1ºH, en su ausencia (13-4) lo dice todo respecto a su importancia en el juego.

Carlo Nuevo tuvo un comienzo también sobresaliente, como Fran. Su triple del primer cuarto hacía presagiar su esperada puesta de largo como estrella de la Liga, pero no fue así, porque no volvió a tener suerte frente al aro. Por lo demás, movió bien el balón y defendió con su ardor habitual.

Alberto Sebastián cumplió, una vez más, con su presencia, para ayudar a su equipo en labores  de apoyo a la subida y a la circulación del balón en ataque. No brilló, dado el escaso tiempo que jugó (ni siquiera tuvo tiempo de hacer ninguna falta).

Sergio Valera, el invitado especial, tuvo un debut más que afortunado. Su canastita (debió tirar más, es buen anotador), su tremendo tapón a Gonzalo y sus numerosos rebotes fueron solo lo más destacado de la estupenda actuación de alguien que parecía un veterano, más que un novato.

Ángel Riesgo pecó, esta vez de discreto. Se echó en falta su labor de liderazgo, tan eficaz en otras ocasiones. A pesar de ello, estuvo muy bien el ataque, con dos tiros libres encestados y un precioso triple. Un servidor, no obstante, se queda con su extraordinaria defensa a Francis, con el que tuvo un «pique» tenso pero vistoso (solo dos puntos desde que empezó a defenderle). Hay que decir que no es nada fácil mantener la calma con alguien delante de ti pasándose el balón continuamente entre las piernas.

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Liga Interna 2016 – 17 (7)

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¡La barbacoa!

Pues no, Georgie Dan no estaba invitado al partido entre 4ºM y 1ºH, pero dio igual. Las chicas, fiesteras como nunca, se lo pasaron en grande. Y, en un partido que podían ganar, ni siquiera miraron el tanteo (por no decir al banquillo). Este comentario parece desmerecer las virtudes que puso sobre el tapete 1ºH (que, esta vez, fueron muchas), pero, con sinceridad, cabe decir que fue un clamor la presencia en la banda de Carlos Guti durante ¡tres cuartos!.

Cuando en esta misma tribuna comentábamos el salto de calidad (y de aspiraciones) que suponía el fichaje del gran pívot por las de 4ºM, no hacíamos sino dar pábulo a la ola de entusiasmo que las muchachas mostraron al presentar a su flamante hombre alto. Es incomprensible, por consiguiente, lo sucedido. O nos falta información, y ha pasado algo que ignoramos, o aquí hay un misterio indescifrable.

El partido comenzó de manera sorprendente, con los chicos jugando a un gran nivel, a pesar de la ausencia de Francis. Solo Lucía mantuvo el tipo ante la anotación de hasta cuatro jugadores rivales. Con 4-7 comenzó el segundo cuarto, y ya con Guti y Francis en cancha, se animó el cotarro. Un parcial de 5-6, que mostraba una gran igualdad en el juego, dejó el marcador en un 9-13 al descanso.

El tercer período fue un recital de Mr. Nuñez, con 5 canastas como cinco soles. A su fiesta particular se unió Daniel Pascual, con su segundo triple. Los 16-26, quizás una diferencia excesiva, hacían imprescindible y urgente la entrada en el campo de Carlos Guti (que no debía haber estado sentado), pero no fue posible. En vez de eso, las chicas se dedicaron a las canciones del verano, contradiciendo la opinión de todos los expertos modernos de este deporte, que aseguran que se puede uno divertir compitiendo, además, por el resultado.

El último cuarto, por decisión unánime del equipo capitaneado por Irene, fue, por tanto, un paseo militar de los de Iván Herranz, con un Dani Pascual magistral, y un resultado final de 21-33.

Los de 1ºH, que brillaron especialmente, y sorprendentemente, en ataque, jugaron así:

Víctor Herranz, el capitán en este viaje, jugó un partido muy completo (lo que viene a decir también que no tuvo que ausentarse, como su hermano). Subió el balón, defendió con vigor (y sin personales) y colaboró sobremanera en el rebote. Si a eso le sumamos la canastita que metió, pues miel sobre hojuelas.

Iván Herranz, el tiempo que estuvo, colaboró igualmente en la anotación, con otros dos puntos muy necesarios, también en el primer cuarto. Ayudó a mover la bola, defendió bien y robó alguna que otra cartera. Si sumamos su labor a la de Iván, la resultante, en cuanto a velocidad, potencia, capacidad de salto y seguridad en el pase, es de una calidad imprescindible para su equipo.

Gonzalo Marín, esforzado guerrillero, tenaz defensor y ya seguro y certero pasador, ha minimizado los errores que cometía cuando era novato en estas lides. No obstante, como buen futbolero, sigue sin creerse la ¡única! falta que cometió (y es que, a veces, los árbitros son malvados, y en las refriegas de múltiples implicados, pitan falta al que menos tiene, aversimentiendess).

Rubén Marquina es otro de su pueblo. En su caso, sigue sin creerse ninguna de las tres faltas que hizo. Bueno, en realidad él no las hizo, las hizo San Pedro Nolasco. Por lo demás, su salida con el balón controlado sigue siendo espectacular, por su velocidad y su potencia, a pesar del poco academicismo imperante (copyright: all the team), o sea, botar con la derecha por el lado izquierdo del campo (Antonio también suscribe).

Daniel Pascual estuvo tocado por los dioses. 14 puntos en total, pero es que tras sus primeros dos puntos, decidió tirar solo de tres. Metió uno «normalito» en el segundo cuarto, pero los otros dos fueron absolutamente disparatados, de esos que solo mete Sergio Llul cuando el tanteo está apretado y quedan 10 segundos para el final. Si además añadimos robos de balón (hasta cuatro contó el que suscribe), rebotes en ataque y una buena defensa, deberemos otorgarle una calificación de sobresaliente.

Antonio Blanco fue el que solía, tras el interludio «bailarín» que se marcó en el anterior partido (lógico, acababa de ver «La La Land» y se le quedaron pegados esos «pasos» de Ryan Gosling). Es decir, controló bastante mejor sus movimientos. En el rebote estuvo muy bien, aunque le falta aprender a pivotar (en cuanto coge un rebote y le presionan, tiende a caerse). El punto que metió de tiro libre no solo es un aviso de que va cogiendo tino, sino de las personales que puede provocar bajo el aro contrario.

Francis Nuñez fue nuevamente el anotador eficaz, y, esta vez fiable (buenos porcentajes de tiro, y pocos segundos esfuerzos) de los últimos partidos. Dando espectáculo, como siempre, provocó el despegue en el marcador de su equipo en el tercer cuarto, con diez puntos seguidos (un total de 17 en el partido, incluido un triple) que hundió a los enemigos en la miseria. Cabe dudar si hubiera podido hacer lo mismo de haber estado Guti en cancha, pero eso no quiere decir que su actuación no fuera brillante.

En 4ºM jugaron como sigue:

Irene López, la capitana, fue, como siempre, la directora en pista y la correcta gestora del balón (son otras las que pierden balones) y del «tempo» del partido, aunque los triples enemigos y el explosivo Francis se encargaron de dinamitar ese aparente control del juego de las suyas. Su buena defensa, su notable movimiento del balón, sus asistencias y su canasta resumen una actuación notable.

Lucía Fernández fue la «center» dominadora y, de nuevo, anotadora, que suele ser. Cuando saltó, Francis no rascaba bola. Lástima su costumbre (que ella reconoce), de intentar coger algún que otro rebote sin saltar. Sus movimientos en ataque son de una clase y un estilo que maravillan, y de ahí los diez puntos con que mantuvo a los suyos.

María Figueroa fue la eficaz alero e inteligente pasadora de siempre. Su correosa defensa dificultó sobremanera las penetraciones y los tiros rivales. Colaboró en el rebote, y en ataque no se prodigó, y se echó en falta su tirito a media distancia.

Raquel Chaves estuvo incansable y luchadora en ambas zonas de la cancha. Ayudó mucho en la circulación de balón y en el rebote, pero no en la anotación, pues esta vez pecó de tímida tanto en el tiro como en las entradas a canasta (y es que sus  compañeras las «penetradoras» mandan mucho).

Natalia Hernández, sargento de intendencia, sirvió de nuevo para los rotos y para los descosidos, subiendo el balón y haciéndolo circular con eficacia, pasando siempre con acierto. No tuvo suerte en ataque, aunque no se prodigó mucho.

Celia Martín tuvo un buen día anotador, con seis puntos, pero sufrió cierta tortura en su campo, con los robos y los triples de Dani Pascual. Por su parte, fue autora de un fantástico tapón a Francis, y, además, cumplió con su papel de escolta solvente, inteligente y eficaz. Buen partido, en resumen.

Carlos Gutiérrez demostró, el tiempo que jugó, lo gran jugador que es. Su incontestable poder en el rebote, su intimidación bajo el propio aro (¡que «gorro» al chico dominicano en el segundo cuarto!) y su eficacia anotadora (esa canasta con tiro anotado fue solo un botón de muestra) llevan a sospechar que hubiera sido otro el resultado, quizá sin barbacoa, pero con la emoción del resultado y la alegría de una victoria más que posible, con mayor suya en cancha.

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Liga Interna 2016-17 (6)

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Derrota por extenuación

Gran expectación por lo que pudieran hacer los favoritos de 1ºA con los muchachos de la profe (1ºH). El partido tuvo historia mientras aguantó físicamente su jugador «franquicia» (hay que reconocer que, mientras no esté Fidel, la anotación de los suyos depende demasiado de Francis). Y bastante fueron los tres cuartos que el bueno del dominicano estuvo tirando del carro, pero llegó un momento que no pudo más.

8-7 ganaron los de Bea el primer cuarto, con cuatro canastas, alguna de fantasía, alguna de «chupón» puro y duro (¡pero es lo que hay!), pero mucha eficacia, de Francis. Por los de Rubén, la calidad de Pedro Tomás (2 canastas, una con tiro adicional) y la buena colaboración como «pescador» de Alejandro, apretaban el marcador.

Con un 4-5, se igualaba el marcador a 12 en el descanso. Pedro tenía esta vez al Sr. Ajenjo de «colega», mientras que Francis seguía solo, con la «teacher» de Educación Física abusando de sus labores en la banda, a pesar de que se la requería, y mucho, en la pista.

Salió Bea y el juego de su equipo mejoró sensiblemente. Entre ella (dos canastas) y su «Lebron», lograron contener las acometidas de sus rivales, de los que Pedro Tomás ya estaba tirando.

Pero en el decisivo tiempo, la labor ofensiva de los chicos capitaneados por Iván Herranz quedó reducida al mínimo. Solo una canasta del «jugón», entre muchos intentos, que dejó a las claras el desgaste que tenía encima. Enfrente, una actuación coral de todo el equipo contrario, con canastas de todos sus integrantes, y la impresión de que podían haber sacado una marcha más. 20-29 fue el resultado final.

Fundamental, la diferencia de veteranía en estas lides que se notó entre las dos «figuras». Mientras el hijo de JuanPe se dosificó, subiendo y bajando solo lo imprescindible, y chupando lo adecuado, llagando estupendo al final del partido, Mr. Núñez botó, subió el balón, regateò, penetró, reboteó y lo hizo todo (en suma, «se quemó»)

El renacido

El MVP del partido, a pesar de todo lo comentado, fue un gran Alejandro Fernández. Del convaleciente (según fuentes que su actuación insistía en desmentir) de un proceso infeccioso, solo hubiera faltado decir aquello de «¡no estaba muerto, estaba de parranda!», porque la verdad es que dio un recital de cortes de balón, interceptando pases con sus saltos circenses. Además puso algún tapón, cogió unos cuantos rebotes, cazó dos valiosas canastitas y defendió con su ardor habitual.

Por 1ºH jugaron:

Iván Herranz, comprensivo y amable capitán con las carencias de sus «enemigos», estuvo correoso y potente en defensa, y muy colaborador en la subida y el movimiento de balón. Seguro e inteligente en el pase, solo sus nervios ocasionales le hicieron cometer algún error en el pase largo. Escatima el tiro cercano sobre el aro contrario, y debería practicarlo más, antes, durante y después del partido (fino y a tablero).

Antonio Blanco se había tomado claramente una «Coca-Cola» (y habiendo posibilidades no excitantes de la bebida en cuestión, eso es un error), porque su síndrome de «pies inquietos» fue notorio durante todo el partido. Hasta 5 veces le pitaron pasos, algo no habitual, pues suele tener mucho cuidado con esa jugada. A pesar de eso, cogió muchos rebotes con su acrobático salto y sus kilométricos brazos (si se colocase bien, además, sería el rey). Fue lo mejor que hizo, aparte de sacar el rebote bien jugado, en general.

Rubén Marquina hizo, posiblemente, una falta menos de las que le pitaron (aunque es muy buenecito, y nunca hace ninguna). ¡También hay alguna que no te pitan, majete! Por lo demás, defendió fuerte y estuvo correcto y decente ayudando a los suyos a mover el balón y a subir la bola, colaborando con Bea y  los gemelos en labores de intendencia.

Víctor Herranz hizo labores defensivas correctas y eficaces, con su potencia habitual. Sacó el balón más de una vez con velocidad, y en el pase y en el movimiento de pelota estuvo acertado, salvo alguna que rifó de lejos. De su aportación en ataque, hace falta decir los mismo que de su hermano, que se dedique a ello (sin prisa, pero sin pausa).

Francis Nuñez, aparte lo ya comentado, mejoró su porcentaje de acierto en canasta contraria, sobre todo en los dos primeros cuartos. En su descargo hay que decir que entre los suyos no había recambios para que se tomase un descanso, cosa que hubiera sido muy necesaria en los dos últimos períodos.

Beatriz Mínguez estuvo mejor en el campo que fuera de él, pues la gestión de los tiempos de juego (principalmente los suyos) no fue adecuada. Su salida fue la demostración, pues fue un revulsivo, tanto por su labor personal, como por el orden que impone en la cancha. Sus dos canastas se antojan escasas, pues debe tirar más. Llevó el balón de manera convincente, aunque alguna cartera le robaron por cierto exceso de confianza.

Los de 1ºA tuvieron esta actuación:

Rubén Ajenjo controló el juego de los suyos con paciencia y buen hacer. Siempre seguro en el pase y en la subida del balón, estuvo, además, eficaz en ataque, con cinco puntitos, dos de ellos muy valiosos, tras robo de balón en el saque de fondo de los rivales.

Alejandro Fernández, «tigre de Bengala» aguerrido y saltarín, muestra cada partido sus progreso en la anotación. Sus dos canastas muestran lo que es capaz de hacer bajo el aro contrario. Algún tapón también colocó a la figura de 1ºH, y en el rebote no tuvo respeto por nadie. Genial.

Pedro Tomás Carrasco estuvo más inteligente que nunca. Siempre suele dosificarse bien en los partidos, pero es que en este, dada la carencia de efectivos, este detalle resultó. a la postre, decisivo. 17 puntos totales, con una distribución muy equilibrada en todos los cuartos y una gran efectividad, si tenemos en cuenta los porcentajes de acierto. Más que notable su actuación.

Daniel Pascual fue la sorpresa. No solo tuvo que intervenir como integrante del equipo enemigo (gracias a ello, el encuentro se pudo celebrar), sino que lo hizo con una excelente actuación, defendiendo bien, colaborando en la subida y la circulación de balón sin cometer errores (en esto le hubiera hecho mucha falta a su equipo habitual) y hasta metiendo un extraordinario triple que supuso la puntilla en el marcador final (¡y hasta murmullos de «traidor»!). Esto es broma.

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Cientos de miles de atragantados te lloran

Con ese aspecto afable y majete, Henry Heimlich se reveló, hace ya muchos años, como un genio, al idear una maniobra que salva de inmediato a una persona en peligro de muerte por atragantamiento. Gracias a él, cientos de miles de personas desde entonces (1985, año en el que su famosa maniobra fue «aceptada» oficialmente) han vuelto «literalmente» a la vida tras enclavarse en su garganta un fruto seco, un hueso o simplemente un gran trozo de comida insuficientemente masticado.

El cirujano torácico ha fallecido a los 96 años, solo meses después de realizar en la residencia de ancianos donde vivía una demostración magistral de su maniobra. Una compañera residente se ahogaba con una hamburguesa. Se levantó y actuó, salvándole la vida. Nunca mejor dicho, «genio y figura, hasta la sepultura».

Muchas gracias, Henry Heimlich. Todos los que hemos necesitado alguna vez de tí, te recordaremos con emoción. Descansa en paz.

¡Ah, y os dejo el enlace a la noticia de prensa! Haz clic aquí

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Los futuros arqueólogos ya tienen su juego

 

Bueno, bonito y barato

Todas las profesiones han tenido sus pequeños precursores infantiles. Ahora que estamos en Reyes, recordar El Cheminova o el Quimicefa sembrará la nostalgía entre los Químicos. Un ábaco o un cubo de Rubik harán soltar alguna lagrimita a quienes se hayan dedicado a las Matemáticas. Al Monopoly seguro que jugaba más de un economista cuando era pequeño. Hasta los que ejercen la Medicina o los veterinarios tuvieron en tiempos mozos sus Kits de Anatomía, de Primeros Auxilios o de Exploración en forma de coloridos maletines plásticos.

Ahora también, y no ha sido idea de Tadeo Jones, los futuros arqueólogos tienen su juguete. Y es una pasada. Por sencillo y por didáctico. Un bloque de yeso en el que hay que encontrar, cincel y martillo en mano (todo de plástico, aunque, eso sí, duro) piezas del esqueleto de un dinosaurio (que posteriormente se montará completo). Se promete paciencia, emoción diaria y eficacia garantizada (¡ y al final no falta ninguna pieza!)

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