Así se presenta 2015 para los emprendedores

Expansión.com  02.01.2015  E. Arrieta

Con el nuevo año han entrado en vigor novedades relevantes. Algunas, como la rebaja del Impuesto de Sociedades, muy bien acogidas. Otras, como el ‘exit tax’, no tanto. En conjunto, el entorno mejora pero seguirá sin ser un camino de rosas.

De izq. a dcha. y de arriba abajo, los socios de Demuim Startups, capitaneados por Jorge Dobón; Antonio Linares, fundador y CEO de Parkfy; Emilio Capela, fundador de Lord Wilmore; y Mikel Alonso, fundador de Glassy Pro.

Ser emprendedor está de moda, lo que no significa que sea fácil. Al contrario: el 80% de las empresas desaparece antes de alcanzar el año de vida, según el INE. Y del 20% que lo consigue, la mitad no llega a celebrar su quinto aniversario.

La vida del emprendedor, asimismo, suele distar mucho de la idílica imagen que tenemos de una oficina llena de chicos jóvenes y tremendamente creativos que visten en vaqueros y zapatillas de deporte. Los inicios son siempre duros, y más aun cuando se empieza desde cero. «Fundé la empresa hace dos años y hasta ahora no cobraba nada. Hoy por hoy, tengo una nómina de 700 euros al mes, y un crédito personal con un banco». Es la historia de Jorge Dobón, fundador y CEO de Demium Startups (antes Momentum.do), una lanzadera de nuevas empresas con base en Valencia y ambiciosos planes para el próximo año: esperan ayudar a crear en torno a diez nuevas start up y lanzar un fondo de capital riesgo que invierta en algunas de éstas.

No es un caso aislado. «Mi empresa ha crecido un 350% del primer al segundo año y cierra 2014 con una facturación de más de 100.000 euros. Ahora bien, todos los ingresos se reinvierten en producto, márketing y personal. Después de dos años y medio, aún no me he podido permitir un salario y sigo viviendo de mis ahorros», relata Emilio Capela, fundador de la tienda online de gafas graduadas Lord Wilmore. Capela tiene un problema adicional: mantiene más del 25% del capital de su start up, que está siendo valorada en más de un millón de euros, con lo que, si se fuera a vivir al extranjero en el futuro, tendría que abonar en su declaración de la renta un impuesto adicional sobre el valor teórico de sus acciones.

Esta tasa, más conocida como exit tax, está incluida dentro de la reforma fiscal que entró en vigor el 1 de enero y que incluye otras novedades –mejor acogidas entre los emprendedores– como la reducción del Impuesto de Sociedades y de las cotizaciones a la Seguridad Social.

El exit tax, recogido en el Artículo 95 Bis de la Ley del IRPF, es para los emprendedores con vocación internacional el punto más sangrante de esta reforma, pues afecta a todo aquel que posea el 25% de las acciones de una sociedad con un valor de un millón de euros, o acciones por más de 4 millones de euros (ver EXPANSIÓN del 1 de diciembre). Se trata de una medida que tiene como objetivo gravar las rentas más altas, y que también existe –con algunas diferencias– en países como EEUU, Alemania, Francia o Dinamarca.

«Estamos hablando de varios cientos de miles de euros, según la valoración de la start up y el porcentaje de participación que se posea. Es absurdo. Un fondo americano se lo va a pensar mucho antes de invertir si el CEO de la empresa no puede residir en EEUU», afirma Mikel Alonso, fundador de Glassy Pro, una compañía que ha creado el primer smartwatch para surfistas. Alonso se encontraba precisamente en San Francisco en el momento de realizar esta entrevista, con motivo de una jornada de puertas abiertas de Plug & Play. «Teníamos planeado trasladar la sociedad a EEUU y que mi familia viniera después de verano. Ahora todo es incertidumbre», comenta.

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