Expansión.com 22.01.2015 Madrid / Bruselas M.L. Verbo / D. Badía / M. Roig
El BCE no ha decepcionado. El principal organismo monetario de la zona euro ha anunciado la compra de deuda por valor de 60.000 millones de euros al mes desde marzo hasta septiembre de 2016, como mínimo. Asimismo, ha dicho que los riesgos serán compartidos: el 80% lo asumirán los bancos centrales nacionales y el 20% restante se compartirá entre el BCE y cada país. Por otro lado, ha rebajado el coste de los TLTRO y ha mantenido los tipos en el 0,05%.
El Banco Central Europeo (BCE) ha sacado su artillería más pesada y no ha decepcionado. El propio organismo monetario europeo había jugado al despiste al filtrar que compraría deuda por valor de 50.000 millones de euros al mes. De esa manera, ha provocado la euforia en el mercado al anunciar que inyectará 60.000 millones al mes, 10.000 millones mensuales más de lo previsto. En total inyetará 1,14 billones de euros.
Hoy el mercado daba por descontado que hoy sería el día ‘D’ elegido por Mario Draghi, el presidente del BCE, para anunciar su programa masivo de compra de deuda, conocido como QE (que son las siglas de Quantitative Easing) o flexibilización cuantitativa. Hasta tal punto llegaba esa expectación, que el propio organismo monetario, ha realizado un anuncio sin precedentes.
Sobre los activos que la principal institución de la eurozona comprará el BCE ha incluido a la deuda Griega. Draghi ha dicho: «No tenemos una norma especial para Grecia». Pero ha advertido: «hay algunas condiciones que tienen que cumplirse». Por tanto, después de que venzan los bonos griegos en julio, podrían comprar bonos griegos. Por otro lado, este programa implica que comprará deuda con rentabilidades negativas, como la de Alemania. Esto se ponía en cuestión porque si compra bonos con intereses negativos es como pagar al gobierno de turno por esos activos. La deuda de más calidad, la triple A, como la alemana, se encuentra en esta situación a los plazos más cortos.
Un punto muy importante hoy es que ha habido unanimidad en el Consejo de Gobierno sobre que el programa de compra de activos es una herramienta de política monetaria que cumple con la legalidad. Por otro lado, una amplia mayoría estuvo a favor de tomar las medidas ahora, respecto al reparto del riesgo a 80%/20%, ha habido consenso. Eso supone que alguno de los miembros no estaba de acuerdo. Todas las miradas apuntan en ese sentido al presidente del Bundesbank alemán, Jens Weidmann, que se ha manifestado en múltiples ocasiones contra el QE.
Con este programa de compra de deuda el BCE pretende varios objetivos. El primero y fundamental, cumplir su mandato, y alejar al fantasma de la deflación. Pero con esta medida también pretende apuntalar el crecimiento de la economía. Otro de sus objetivos es que presione a la baja al euro para aumentar la competitividad de España.