El fin de año dejará a España una buena noticia: la recuperación del PIB previo a la crisis, los 1,16 billones que tocó nuestra economía en el año 2008, antes de que la recesión más severa en décadas se llevara por delante casi 80.000 millones de riqueza. La tasa interanual de crecimiento, que doblará a la de la Unión Europea y se situará previsiblemente entre el 3,2% y el 3,3%, servirá para volver a alcanzar ese nivel ocho años después.
El Banco de España ya avisó la semana pasada de que el PIB del cuarto trimestre va camino de crecer el 0,7%. Mientras, las previsiones de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) dibujan un avance incluso mayor, del 0,8%. Tasas suficientes para que, finalmente, el avance del año sea similar al de 2015, del 3,2%, o incluso levemente superior. Y en cualquier caso, muy por encima de lo que pronosticaban expertos e instituciones hasta el verano, dando por hecho que el avance del PIB sería inferior al 3%.
La recuperación, sin embargo, ha sorprendido a propios y extraños, mucho más después de los diez meses de parón institucional que no han servido para que el PIB perdiese ni un ápice de fuelle, con tasas trimestrales de entre el 0,7% y el 0,8%. Así, este año España habrá recuperado casi otros 40.000 millones de riqueza, la misma cifra del año anterior. y sumará su tercer año consecutivo de incremento económico.
Ahora, y con un 2017 por delante en el que se prevé un crecimiento de al menos el 2,5%, nuestro país comenzará a perseguir el reto de colarse entre las diez grandes economías del mundo. Hoy por hoy, y según la lista anual que divulga el Fondo Monetario Internacional (FMI), España ocupa la decimocuarta posición, pero finalizará 2016 empatado con Australia, un puesto por delante con 4.500 millones más de PIB nominal. A años luz quedan Estados Unidos y China, que encabezan la clasificación y que son las dos únicas economías del globo que superan los 10 billones de producto interior bruto (EEUU, de hecho, supera los 18 billones).
Aún mucho por hacer
Pese a que el crecimiento de este año va a garantizar a España la recuperación del PIB previo a la crisis, hay otros parámetros en los que tardará bastante más en conseguirlo. Indudablemente, el desempleo es uno de ellos, con una tasa que se sitúa a día de hoy en el 19,2%. En 2007, antes de la quiebra de Lehmann Brothers, el paro llegó a bajar del 8% y de los dos millones de personas, algo que no había sucedido nunca en democracia. La Seguridad Social, de hecho, llegó a acumular 20 millones de cotizantes, un objetivo que ahora se ha puesto el Ejecutivo de cara al año 2020.
Aún así, hay que recordar que en 2013 la tasa de paro llegó a situarse en el 26%, récord histórico, y desde entonces se ha reducido en siete puntos gracias a la creación de más de 1,3 millones de empleos en tres años.
Y si para recuperar el empleo previo a la crisis faltan aún varios años -siempre que se cumplan las previsiones y otra recesión no aparezca en el camino-, más largo será el recorrido para dejar la deuda pública donde estaba en 2007. Entonces, ni siquiera llegaba a los 400.000 millones, con una ratio sobre el PIB del 37%. Hoy, ese volumen casi se ha triplicado y contamos con un pasivo de más de 1,1 billones, casi semejante a toda la riqueza de España.
El FMI, la Comisión Europea y las agencias de calificación creen, además, que la deuda seguirá en el entorno del 100 por cien los dos próximos años, y solo desde 2018 comenzará a reducirse gradualmente. Hace pocas semanas, la AIReF pronosticó que España lograría dejar el pasivo público por debajo del 60% en 2039, por lo que bajarla del 40 será aún más costoso.
La eurozona lo logró hace solo nueve meses
España llega casi un año más tarde que la eurozona al objetivo de recuperar su PIB histórico. Los Diecinueve conquistaron ese objetivo al inicio del año, cuando la economía avanzó por sorpresa un 0,6% en tasa trimestral.
Para el conjunto de 2016, las economías del euro en conjunto podrían crecer el 1,6% según las previsiones de la Comisión Europea, por lo que el continente comenzará el próximo año bordeando los 11 billones de PIB, a la altura de la economía china.