Más de 300.000 personas no buscan un trabajo porque creen que no lo encontrarán, un 47% menos que desde 2013
En España hay actualmente 16,1 millones de personas que en tienen edad de trabajar pero no tienen un empleo ni lo buscan por distintas causas. Son los denominados inactivos. De todos ellos, el colectivo más elevado de entre los que ofrecen una razón para no buscar empleo es el de aquellos que ya están jubilados pese a estar dentro de las edades de los ocupados, son uno de cada cuatro inactivos y suman 3,7 millones de personas.
Les siguen las personas que están realizando cursos de formación (el 16%) de los inactivos y los que argumentan que no quieren trabajar por estar enfermos o discapacitados y los que dicen tener obligaciones familiares que les impiden tener un empleo (8%).
Pero hay otro colectivo que es menor en su cuantía pero que sirve a los expertos como indicador de la marcha del mercado laboral. Se trata de aquellas personas que no buscan un empleo “porque creen que no lo van a encontrar”. Se les conoce de forma académica como “población desanimada” y los cuantifica el Instituto Nacional de Estadística (INE). Los últimos datos disponibles corresponden al último trimestre de 2018 e indican que en el mercado laboral español existen 302.800 desanimados.
Este colectivo representa al 1,9% de los inactivos y está actualmente en su nivel más bajo de los últimos diez años. Habría que remontarse al tercer trimestre de 2008, en los primeros meses de la crisis, para encontrar una tasa inferior (1,8%).
Posteriormente, en los peores años de esta crisis para el mercado de trabajo, como fue el ejercicio 2013, el colectivo de desanimados llegó a su cota máxima, al representar el 3,7% de todos los inactivos.
Mayores y mujeres
¿Quiénes son estas personas? Sin duda, el grupo en el que cunde más el desánimo a la hora de renunciar a buscar un trabajo porque creen que no lo encontrarán es el de personas mayores de 55 años. Más de la mitad de los 302.800 inactivos que están en esta situación tenía esa edad. Mientras que el 26,1% tenía entre 45 y 54 años.
Entre los jóvenes, por el contrario, hay muchos menos desanimados, a pesar de que la tasa de paro de este colectivo es muy superior a la de los mayores. Así, por ejemplo, los desanimados de entre 20 y 24 años solo representan el 3% del total del colectivo pese a que su desempleo es más del doble (30%) que entre los mayores de 55 años (13%).
De hecho, el último informe sobre los jóvenes en el mercado laboral elaborado por el catedrático de economía de la Universidad Autónoma de Barcelona, Josep Oliver, destacaba “un fuerte descenso de la población desanimada de entre 12 y 24 años” hasta los 18.100 jóvenes, lo que supuso una acentuada caída de 19.200 personas respecto al trimestre anterior.
Según este estudio de Oliver, esta mejora de las perspectivas de los más jóvenes supone un dato relativamente optimista. Aunque detrás de estas cifras está también la caída demográfica de la cohorte de población más joven, que, en los próximos años, aumentará las probabilidades de encontrar un empleo entre los trabajadores menores de 30 años.
Además, el colectivo de los desanimados está compuesto abrumadoramente por mujeres en todos los momentos del ciclo económico, según los datos del INE.
Así, alrededor del 70% de los que no buscan empleo porque no creen que lo vayan a encontrar son mujeres.
Esta constante disminución de los desanimados de la economía española hasta el mínimo actual se está produciendo incluso en un momento de cierta desaceleración de la economía en general y del empleo en particular, que podría inducir a pensar justamente lo contrario.
Es más, en estas circunstancias de ralentización podría esperarse más un aumento de los desanimados, a tenor de las cifras de los últimos diez años que reflejan que este indicador aumenta más rápidamente que decrece. Así, tan pronto se produjeron las más claras señales de la crisis a finales de 2007, el colectivo pasó de pesar representar un 1,30% de los inactivos a ser un 2% a finales de 2008.
Mientras que, una vez que se inició la recuperación del empleo a principios de 2014, este grupo se redujo más lenta y progresivamente desde el 3,7% citado anteriormente al entorno del 2% que logró tres años después, en 2017.