Madrid, País Vasco, Navarra y Cataluña tienen un PIB per cápita superior a los 30.540 euros anuales de la media europea. Extremadura, Andalucía y Castilla-La Mancha son las más pobres.
Ni la entrada en la Unión Europea, ni la convergencia del euro, ni la recuperación de la crisis experimentada durante los últimos años han logrado aupar a España al nivel de riqueza del resto de países comunitarios. A cierre de 2018, España continúa manteniendo una importante brecha respecto a la media europea en la renta de sus ciudadanos.
El PIB per cápita de trece comunidades españolas se encuentra por debajo de la renta per cápita media de la Unión Europea, que se sitúa en 30.540 euros al año, según los cálculos realizados por este diario a partir de datos cruzados de Contabilidad Regional del INE de 2018, y la media de la UE de Eurostat de 2017, a la que se le aplicó la variación del 1,8% experimentada por el PIB de la región a cierre de 2018.
Apenas se salvan cuatro: Madrid, País Vasco, Navarra y Cataluña, cuyo PIB por habitante se encuentra en 34.916 euros anuales, en el caso de Madrid; 34.079 euros en País Vasco; 31.809 euros en Navarra; y 30.769 euros en Cataluña. La reactivación económica ha tenido un papel importante en estas autonomías, donde se concentran las menores tasas de desempleo. Navarra es, de hecho, la comunidad con la tasa de paro más baja de España, con un 8,19%, según los últimos datos de la Encuesta de Población Activa del INE, seguida de País Vasco (9,6%).
Pero en general, a nivel nacional, la renta per cápita se encuentra un 15,3% por debajo del promedio europeo. La incorporación de los países del Este, con una menor media de PIB por habitante, tampoco ha salvado la distancia. Extremadura es la comunidad peor situada, con 18.174 euros anuales por ciudadano, un 40% menos que la media de la UE y un 29,7% por debajo de la nacional. Le siguen por abajo Andalucía (19.132 euros) y Castilla-La Mancha (20.645 euros). Precisamente Extremadura y Andalucía son las dos comunidadescon mayor tasa de desempleo, que a fecha de abril se situó en un 22,5% y un 21%, respectivamente.
Desde 2007, y coincidiendo con el periodo de recesión, el crecimiento en Europa se ha concentrado sobre todo en el entorno de las capitales, en perjuicio de las zonas rurales y las áreas industriales golpeadas por la deslocalización, según el informe de cohesión de la Comisión Europea. El retraso de España en superar la crisis ha provocado que la diferencia de renta se ensanche en buena parte de las regiones respecto a Europa, pero también entre las propias comunidades respecto a su situación precrisis.
Aunque el PIB per cápita nacional logró superar en 2017 el máximo alcanzado en 2008, los vestigios de la última recesión son todavía patentes en la mayoría de comunidades autónomas. El PIB per cápita de diez de las 17 regiones españolas está ahora peor que antes de la crisis respecto a la media. Canarias es la que más lejos está de tocar el nivel que tenía antes de la crisis. Su renta per cápita, de 21.031 euros al año en 2018, es un 8,2% inferior al volumen de antes de la crisis. Le siguen Andalucía (-4,2%), y la Comunidad Valenciana (-3,1%).
Hay otros casos llamativos, como el de Galicia, la comunidad donde más ha aumentado la renta per cápita respecto a su nivel en 2007 (5,2%), pero que cuando se la compara con el resto de regiones, se sitúa por debajo de la media. Esto también le sucede a Extremadura y a Castilla y León (ver gráfico).
Ricas y pobres
La convergencia entre comunidades es otro gran reto que la economía española no ha logrado salvar. La brecha entre ricas y pobres se mantiene en 2018.
El problema, apunta el Banco de España, no es tanto la brecha en sí, que es más reducida que en otros países europeos, como Francia o Italia, sino que la convergencia entre comunidades avanza demasiado despacio. En 2007, había diez comunidades con una renta por habitante inferior a la media, exactamente las mismas que una década después.