Bruselas ha actualizado este jueves a la baja sus previsiones de crecimiento para España ante una desaceleración que está siendo más vigorosa de lo esperado. La Comisión Europea ha rebajado cuatro décimas su estimación de avance del PIB español para este año y el que viene hasta el 1,9% y el 1,5%, respectivamente, después de las optimistas previsiones del pasado julio. «Una cifra del todo digna y por encima de la media de la Unión Europea, que se situará en el 1,4%» para este ejercicio y el siguiente, detalló en rueda de prensa el comisario de Asuntos Económicos y Financieros, Pierre Moscovici.
La UE calcula, por tanto, que la economía española crecerá por debajo de lo que prevé el Gobierno, que en el cuadro macroeconómico remitido al Ejecutivo comunitario a mediados de octubre estimó que el PIB avanzaría un 2,1% este año y un 1,9% en 2020. La estimación de la UE también es inferior a la del Fondo Monetario Internacional (FMI), que augura una progresión del 2,2% y el 1,8%, o la del Banco de España, con una expectativa de crecimiento del 2% este año y el 1,7% en el siguiente.
Bruselas atribuye el ajuste tanto a la revisión del INE, que reflejó un menor crecimiento durante los dos primeros trimestres del año, como a “un impulso del crecimiento más débil” en el conjunto de la eurozona. Moscovici descartó, en cambio, que el recorte se debiera a la incertidumbre política, y destacó que la economía española está mejor preparada que antes para encarar una recesión.
La Comisión Europea tampoco cree que España sea capaz de cerrar el año con un déficit del 2% del PIB tal y como sostiene el Ejecutivo, sino que mantiene que el desfase presupuestario alcanzará el 2,3% en 2019, tal y como ya adelantó en mayo. En cambio, para 2020, la UE cree que el desequilibrio entre ingresos y gastos apenas se reducirá una décima hasta 2,2% debido a la prórroga presupuestaria, cuando en primavera estimaba un mayor descenso hasta el 2%. La elevada deuda pública seguirá situándose muy cerca del 97% del PIB este año (96,7%) y el que viene (96,6%), y no será hasta 2021 cuando baje al 96%, una senda menos optimista que la calculada en mayo. Así, a finales de 2021, solo España y Francia tendrán un pasivo superior al 90% del PIB, si bien Bélgica, Grecia, Italia y Portugal superarán el 100%.
El desempleo también seguirá reduciéndose si bien a un ritmo mucho más lento del registrado en los últimos años. Bruselas calcula que, a cierre de 2019, la tasa de paro caerá menos de lo anticipado en mayo y se situará en el 13,9%, 1,4 puntos menos que en 2018, y que descenderá seis décimas hasta el 13,3% en 2020 y otras cinco en el siguiente, hasta el 12,8%, si bien seguirá siendo casi el doble de alto que en la media de la eurozona (7,3% en 2021). La creación de puestos de trabajo también progresará con menor vigor: un 2,2% este año –en línea con el Gobierno–, un 1% el que viene –la mitad de lo que prevé el Ejecutivo– y apenas un 0,8% en 2020.
En el enfriamiento se mantiene en la UE y la reactivación económica tendrá que esperar
El bloque comunitario sufre numerosos riesgos bajistas y de un entorno exterior mucho menos favorable que pesan sobre su crecimiento: incertidumbre y acentuación de las tensiones comerciales y geopolíticas, mayor desaceleración de la economía china, debilidad de la demanda mundial y el riesgo, todavía latente, de un Brexit sin acuerdo a finales de enero, ha detallado este jueves Moscovici. Bruselas esperaba que todos estos riesgos minarían el avance del PIB de la UE este año y que se disiparían progresivamente el que viene logrando una cierta recuperación.
En cambio, las previsiones de otoño son más pesimistas: si bien el Ejecutivo comunitario mantiene en el 1,4% el avance del PIB de los Veintiocho para este año, lo reduce en dos décimas para 2020, pasando del 1,6% al 1,4%. «El crecimiento de la economía europea se ha aminorado y es poco probable que se reactive en 2020 y 2021 a un ritmo mayor que este año», ha reconocido el comisario de Economía.
La eurozona, con un crecimiento aún más contenido, también sufre rebajas de una décima para este 2019 hasta el 1,1% y de otras dos el que viene, hasta el 1,2%. De hecho, respecto a las estimaciones de julio, ocho de los 19 países del euro registran actualizaciones a la baja para este año, un ajuste todavía mayor para 2020: 13 de los 19 crecerán menos de lo previsto este verano por la Comisión Europea.
Alemania, la que menos avanza solo por detrás de Italia
La locomotora crece apenas un 0,4%. La economía alemana, “la más afectada por la contracción de la industria manufacturera”, según Pierre Moscovici, cerrará este 2019 con un tímido avance del 0,4% (una décima menos de lo previsto en julio) y un punto por debajo del avance logrado el año pasado (1,4%). El mayor recorte lo sufre para el año que viene, cuando Bruselas estima que, pese a recuperarse en parte, apenas repuntará un 1%, cuatro décimas menos del cálculo de hace cuatro meses.
Misma progresión en 2019 y 2020 en Francia. La UE preveía una ligera mejoría de la actividad francesa para 2020 respecto a este año, si bien mantiene finalmente las mismas estimaciones de crecimiento al 1,3% en ambos casos.
Italia, casi plana. Tras la grave crisis política sufrida este año, el país transalpino roza el estancamiento y avanzará tan solo un 0,1% en 2019 y un escaso 0,4% el próximo año.
Holanda aguanta. La quinta economía del euro por detrás de España, y a la que el BCE pide usar su margen fiscal para potenciar el crecimiento, avanzará este año al 1,7% y al 1,3% el que viene.