Los sueldos de los trabajadores con menos antigüedad estaban por debajo desde 2011
El empuje de los salarios en 2018 también llegó a quienes acaban de encontrar un trabajo o lo han cambiado hace poco. El año pasado el sueldo medio de los que tiene un empleo con menos de 12 meses de antigüedad subió hasta los 1.343,73 euros brutos al mes, según el INE. Por primera vez desde 2011, este dato supera al de las nuevas pensiones de jubilación, que bajaron hasta los 1.311,23 euros. El aumento de los nuevos salarios se dio en todos los niveles, pero dónde más subieron fue en los escalones más bajos y, sobre todo, en los más altos, lo que apunta a cambios de empleo motivados por fichajes entre empresas.
El año pasado los sueldos en España salieron del congelador en que habían estado metidos durante casi toda la década. También las remuneraciones de los recién llegados al mercado laboral, de quienes encuentran un trabajo después de un periodo en paro o de los que cambian de empresa atraídos por una oferta laboral. En 2018, el aumento del 5,6% en el salario medio de los empleados con menos de un año de antigüedad casi duplicó la tasa de subida en todo el mercado laboral y elevó el sueldo de los novatos al máximo de la serie estadística, superando incluso el listón de 2008, justo cuando estalló la crisis.
Contrasta con este incremento el ligero descenso de la pensión de quienes dejan el mercado laboral, que superó por poco el umbral de los 1.300 euros, siete menos que en 2017. Esto provocó que las nuevas remuneraciones superaran a las prestaciones que corresponden los recién jubilados por primera vez desde 2011. Si solo se toma la pensión de los nuevos jubilados que proceden del régimen general de cotización (el de asalariados sin contar a trabajadores del mar o mineros), las pensiones siguen siendo más altas (1.420 euros mensuales).
La mejora de remuneraciones está vinculada a la subida del 5% del salario mínimo interprofesional en 2018 (el incremento del 22,3% fue ya en 2019). En parte, también puede explicarse por el pacto de negociación colectiva que suscribieron los sindicatos mayoritarios, CC OO y UGT, con las patronales CEOE y Cepyme, que contemplaba una subida de los sueldos más bajos en convenio hasta los 1.000 euros al mes o 14.000 al año. Esto se observa en el desglose por decilas, un colectivo dividido en 10 partes iguales según su nivel de ingresos. En las dos más bajas el incremento rondó el 5%; en la siguiente, el aumento superó el 3%, según la encuesta de población activa de 2018.PUBLICIDADinRead invented by Teads
Además, tuvo mucho peso lo que sucedió en los sueldos más altos. En la decila que aglutina a estos salarios el aumento de la remuneración fue del 8,8%: pasó de un promedio mensual de 4.628,73 euros a 5.037,33 euros. Esto puede ser un indicador de que se anima el fichaje de mano de obra cualificada y de que unas empresas se roban empleados a otras.
“En principio, es algo positivo”, señala José Ignacio Conde-Ruiz, profesor de Economía en la Universidad Complutense. “Indica un aumento de los sueldos más bajos. Pero hay que tener en cuenta que ese incremento de los sueldos más altos, puede distorsionar el aumento medio que se observa”.
Frente al vigor de los salarios, está la pequeña rebaja de las prestaciones de los nuevos jubilados. Esta reducción se debe a un efecto combinado de los estragos de la crisis, los recortes y la progresiva aplicación de la reforma de pensiones de 2011. Esta norma está elevando la edad de jubilación hasta los 67 años, un techo que se alcanzará en 2027, y ampliando el periodo que se toma para calcular la futura pensión a los últimos 25 años de vida laboral (se llegará en 2022).
La crisis, por su parte, se cobró casi cuatro millones de empleos. Afectó especialmente a jóvenes y temporales, pero también a quienes estaban en los últimos años de su vida laboral. Caer en el paro en ese periodo puede perjudicar mucho a la pensión. Y si la situación se prolonga acaba por afectar a la base de cotización del trabajador, la referencia que se toma para calcular la pensión futura. No es difícil que lo haga, porque los empresarios no suelen contratar a mayores de 50 años. Todo esto se agravó con los recortes: en 2012 se redujo la base de cotización de quienes cobran el subsidio por desempleo (una ayuda en la que caen muchos de quienes están en esta situación) al 100% del salario mínimo, desde el 125% en que estaba antes, y que volvió a recuperarse este ejercicio.
A pesar de esta medida, no es probable que esa cadencia cambie de la noche a la mañana y que los salarios nuevos aumenten su diferencia con las pensiones recientes. Las medidas que se adoptan en la Seguridad Social, tanto para ajustar su gasto como para incrementarlo, no suelen tener un impacto inmediato.
Por el contrario, sí es probable que los salarios de los empleados novatos haya seguido creciendo en 2019. El gran aumento del salario mínimo este ejercicio es un elemento que lleva a esta previsión. También está la aplicación del pacto de negociación colectiva: se prolongaba de 2018 a 2021 y, por tanto, cada vez más convenios se revisan con sus criterios. Y, por último, aparecen las medidas sobre el empleo público —con un sueldo medio más alto que el sector privado— en un doble sentido: el aumento de las plantillas públicas con oposiciones masivas y los significativos aumentos de retribuciones (un 2,5% este año).