Las perspectivas demográficas de la OCDE para España son muy preocupantes para la financiación del sistema de pensiones y, de paso, para el sostenimiento de las cuentas públicas. De acuerdo con las proyecciones de población de las Naciones Unidas, en 2050 habrá en España 78 personas mayores de 65 años por cada 100 activos. Es decir por cada persona que tenga entre 20 y 64 años.
En estos momentos, en España hay 33 personas mayores de 65 años por cada cien individuos en edad y condiciones de trabajar. En la OCDE, la relación actual es de 33 jubilados por cada cien personas con edades comprendidas entre los 20 y 64 años, y en 2050, será de 53 por cada cien activos, muy por debajo de la media española. También hay que tener en cuenta que, según Naciones Unidas, para entonces España, con Japón, será el país con la población más anciana. Incluso, ambas naciones tienen la mayor esperanza de vida del mundo.
También es verdad que los informes de la ONU no reflejan los movimientos migratorios. De hecho, ésta es la única razón de que la población española haya superado actualmente los 47 millones de personas.
En el contexto de la OCDE, no sólo tiene España el problema del envejecimiento, sino también la mayoría de los países que la forman. Sobre todo, en la Unión Europea. Si en 1980 sólo el 20% de la población integrada en los países de la institución era mayor de 65 años, actualmente es el 30%, y el 60%, en 2060, informa Efe. Por todas estas razones, el informe general sobre el conjunto de países advierte a los Gobiernos contra la tentación de adoptar medidas populares en un contexto de crisis económica. Por ejemplo, España ha suspendido sus reformas de 2013, con el Índice de Revalorización de las pensiones, que desvincula la evolución las pensiones del IPC, y con el Factor de Sostenibilidad, que para fijar la primera pensión tiene en cuenta, entre otras cosas, la esperanza de vida de la generación del nuevo jubilado. Entrará en vigor en 2023. La OCDE recuerda que si la presión financiera se exacerbó durante la crisis sobre los sistemas de pensiones fue por la debilidad estructural que escondían muchos de ellos.