El INE actualiza las ponderaciones del IPC tras los cambios en los hábitos de consumo
Más alcohol, comida para llevar, chocolate, arroz y patatas. Y muy pocos viajes y espectáculos. La cesta de la compra de los españoles en el año de la pandemia ha cambiado de forma radical, lo que, como avanzó este diario, ha llevado al Instituto Nacional de Estadística (INE) a realizar en esta ocasión algunos cambios drásticos en la revisión anual de la ponderación de los bienes y servicios recogidos por el Índice de Precios de Consumo (IPC) de cara a 2021, del que se ofrecerá un primer indicador este viernes referente al mes de enero.
“Si bien anualmente los cambios en los hábitos de consumo no son muy significativos, en el año 2020 estos han sido más relevantes que en años precedentes” debido a la pandemia, explicaba este miércoles el INE en una nota sobre el cambio metodológico de la composición del principal termómetro de los precios. De forma excepcional, Estadística ha tenido que utilizar nuevas fuentes de información sobre los hábitos de consumo de 2020 para la revisión, ya que en condiciones normales habría utilizado datos oficiales de cierre de 2019. El decalaje de este método hizo que el IPC arrojara datos negativos la pasada primavera por la fuerte caída de los carburantes, pese a que los españoles, confinados en sus hogares, lo que estaban notando era un importante incremetno de precios en la alimentación, por ejemplo. La revisión tiene por objeto adecuar la medición de precios e inflación al nuevo escenario pandémico que parece regir también 2021.
Los grandes cambios reflejan los principales cambios de hábitos que ha traído el Covid-19. Así, la alimentación, que ya era el grupo de bienes o servicios con más peso en el IPC, eleva aún más su importancia: pasa de suponer el 19,49% de la cesta de la compra al 23,62%, un alza de cuatro puntos. También aumenta el gasto en tabaco y alcohol: del 2,85% del IPC al 3,2%. En el otro lado de la balanza están las actividades más castigadas por la pandemia: el transporte (donde se encuadran las gasolinas) pasa a representar el 12,45% del IPC desde el 15,4%, y el ocio, el 6,79% desde el 8,41%. En ambos casos la caída es del 19%.
No obstante, el descenso en el gasto en hoteles y restaurantes es relativamente bajo (pasa del 12,05% al 11,64%). Las caídas son muy notables tanto en hoteles como en restaurantes, pero se ven compensadas por el alza de la comida a domicilio. La ponderación del vestido y el calzado, un sector que también ha sufrido en gran medida las restricciones, apenas cambia. Tampoco crece de forma significativa el gasto en sanidad, si bien la pandemia eleva un punto porcentual el peso de los productos farmacéuticos.
Las mayores subidas
De las 222 subclases de artículos que computan dentro del INE, la que más peso ha ganado en la cesta de la compra ha sido cerveza. Concretamente, el epígrafe “otras cervezas con alcohol”, que ha duplicado su participación en las ponderaciones del IPC, del 0,0475% al 0,09%. Es distinto de la “cerveza rubia”, que crece menos (un 25%, del 2,36% al 2,95%). Pero el alcohol ha estado muy presente en los carritos de supermercado, probablemente debido a las restricciones aplicadas sobre la hostelería: el vino es la tercera categoría que más peso gana (sube un 55% hasta el 0,56% de la cesta de la compra) y, los licores, la décima (un 39% más).
En el segundo puesto está otro artículo que ha marcado los meses de confinamiento y pandemia: los “servicios de comida rápida y para llevar” suponen ahora casi el 3% de la cesta de la compra, por apenas un 1,6% en las ponderaciones de 2020, lo que indica que el gasto en este aspecto se ha duplicado. Crecen, en general, casi todas las partidas de alimentación; algunas ligadas a la afición por la cocina (salsas y especias crecen más del 40%), aunque también han las compras básicas (arroz, patatas huevos, en torno a un 30%) o productos algo más selectos como queso, chocolate o marisco. La comida preparada y congelada crece también con fuerza, entre un 25% y un 50%.
Fuera de los alimentos, destaca el aumento de las compras de artículos no duraderos para el hogar (+40%), los alimentos para bebé (+29%, probablemente por el cierre de guarderías) y, lamentablemente, los servicios funerarios, que pasan de suponer el 0,28% del gasto al 0,36%, un alza del 27%, tras el exceso de 80.000 muertes en 2020 debido al virus. También aumenta el gasto en productos de limpieza, un 25%.
Actividades restringidas
En términos absolutos, es decir, tomando los artículos que más paso han ganado (sin contar el peso que tenían antes en la cesta de la compra), además de los servicios de comida para llevar aumenta el peso de la fruta fresca, la carne seca, el queso, el pan o los productos de limpieza así como, en menor medida, la electricidad o el alquiler de vivienda (en torno a un punto porcentual).
En el lado contrario están, lógicamente, todas las actividades restringidas a causa del coronavirus. Los espectáculos deportivos (-75%), categorías relacionadas con el turismo y el transporte (con descensos de más del 40%) y los cines y salas de conciertos. El gasto baja mucho, también, en automóviles nuevos (un 28%, del 2,9% del presupuesto al 2,1%) y en combustibles. Gasolina y gasóleo sumaban en 2019 el 6,3% del gasto y, tras la pandemia, el 5%.
Los restaurantes son la partida donde más se restringe el gasto, 1,35 puntos porcentuales, junto con los coches nuevos, los paquetes turísticos y la gasolina y el gasóleo.