El BCE señala que ha causado un incremento de tres décimas en el dato de enero. Prevé que los nuevos hábitos de consumo por la pandemia también supongan cambios en la ponderación de 2022
La inflación se ha convertido en motivo de inquietud para los inversores y bancos centrales. El alza del IPC se prevé inevitable en los próximos meses ante la perspectiva de mayor crecimiento económico y, especialmente, por la comparativa con el nivel de precios de doce meses atrás, cuando la parálisis económica hundió el coste del petróleo.
Pero hay un factor más que va a influir este año en el alza del IPC y es, según advierte hoy el BCE en su Boletín Económico, la nueva ponderación con la que se construye el indicador que se ha adoptado a raíz del cambio en los hábitos de consumo impuesto por la pandemia. Así, se ha rebajado el peso del coste del transporte y el ocio mientras sube la ponderación de la comida y de los servicios a domicilio, con incrementos en algunos casos sin precedentes, según explica el BCE.
El resultado de este nuevo cálculo del IPC, que se inauguró en este año, arroja un incremento de tres décimas en el dato de enero frente a lo que habría sido según la ponderación anterior. Es decir, un dato de IPC en enero del 0.9% frente al 0,6% que habría supuesto aplicar la ponderación previa. En el caso de la inflación subyacente, la diferencia es aún mayor y el nuevo cálculo implica un aumento de 4 décimas frente a la ponderación anterior.
Las variaciones del dato del IPC con un cálculo u otro son especialmente notables en Alemania y Holanda. El IPC alemán de enero, del 1,6%, habría sido del 1% con la ponderación anterior, mientras que la inflación subyacente, del 2%, se habría quedado en el 1,1%. En Holanda, el IPC del 1,6% en enero se habría reducido al 1,2% según el método de cálculo anterior a la pandemia, y la inflación subyacente, del 2,2%, se reduciría al 1,7%, de acuerdo con el análisis del BCE. En España en cambio, la reformulación no tiene impacto y el IPC se mantiene invariable en el 0,4%, tanto en tasa general como subyacente.
El BCE advierte que el cambio en la ponderación de los elementos de la cesta de la compra en la composición del IPC seguirá teniendo impacto a lo largo de este año y avanza que el efecto probablemente se seguirá notando en la medición de la inflación en los próximos años. “Mirando más allá de 2021, los pesos de las distintas categorías en el IPC podrían cambiar de nuevo de forma significativa en 2022, dependiendo de cómo se reajuste el gasto a la luz de la recuperación económica y de la evolución de la pandemia”, señala el BCE.