Nos guste o no, el dinero en efectivo se usa cada vez menos como forma de pago. Por otro lado, los gobiernos y las autoridades monetarias parecen mostrar cierta preferencia hacia los pagos digitales por la posibilidad de rastrearlos y perseguir el fraude fiscal o las actividades ilícitas. No va a ser hoy ni mañana, pero todo hace indicar que el dinero en efectivo se enfrenta a un futuro cuando menos complejo.
«Creo que de aquí a diez años lo normal será pagar de forma digital, y la gente te mirará de forma extraña si intentas pagar en efectivo», asegura Jody Jonsson, Gestora de Renta Variable de Capital Group.
La semana pasada se publicó la última encuesta de American Express y señalaba que la tendencia parece imparable. El anterior barómetro había que durante las navidades pasadas el 72% del gasto navideño se pagó con tarjeta (de crédito o débito), 8 puntos porcentuales más que el año pasado, frente al 20% de los gastos que se abonaron en efectivo, cayendo este método en 7 puntos respecto al pasado año.
Ahora, la tendencia es aún más evidente. En los primeros meses de este año, los pagos digitales han seguido ganando terreno pese al declive del covid-19. Ahora, los pagos con tarjeta y sin contacto representan ya un 80,4% de los realizados en establecimientos físicos y solo uno de cada tres consumidores ha seguido utilizando el efectivo en sus compras.
Jody Jonsson cree que este es un fenómeno global y que toca a todas las economías: «Esta tendencia ha resultado especialmente evidente durante algunos años en los mercados emergentes, donde muchos consumidores no tenían una cuenta corriente pero sí tenían teléfono móvil y adoptaron la tecnología de pagos móviles con rapidez».
No obstante, hay que reconocer que a pandemia ha acelerado el uso de los pagos digitales en todo el mundo, incluso en aquellos países en los que no estaban incorporados a la vida diaria. «Creo que, cuando acabe la crisis, mucha más gente estará acostumbrada a realizar pagos digitales y es probable que no sientan la necesidad de utilizar tan a menudo el dinero en efectivo», sentencia la experta de Capital Group.
Los jóvenes marcan tendencia
El estudio de American Express revela, además, que la adopción de este medio de pago está liderado por los millenial, que apenas realiza en efectivo un 13,7% de su gasto en comercios, en tanto que son los residentes de los grandes núcleos urbanos, como Madrid y Barcelona, los que mayor uso hacen de los pagos sin contacto.
Por otro lado, la irrupción de nuevos métodos de pago más sencillos y comprensibles para toda la población, junto a la posible llegada de las divisas digitales públicas (CBDC por sus siglas en inglés), podrían reducir aún más el uso del efectivo como medio de pago, lo que no impediría, en principio, que personas o empresas pudieran seguir atesorando billetes y monedas como forma de ahorro, siempre y cuando se sigan considerando como de curso legal por el banco central.
Por su parte, las tarjetas de débito son las «líderes indiscutibles», al ser utilizadas por un 68,5% de los consumidores, seguidas del efectivo y de las tarjetas de crédito, con un 36% y un 31%, respectivamente.
«Los consumidores se acostumbrarán cada vez más a la tecnología, lo que podría favorecer a las grandes compañías con presencia global. También hemos asistido a un fuerte crecimiento de compañías más pequeñas situadas en países como Brasil que ofrecen plataformas de pagos móviles para comercios», sentencia Jody Jonsson.