El alza del IPC subyacente al 2,4% confirma que la alta inflación se enquista

elEconomista.es
1/02/2022
  • El IPC general se modera al 6% tras acumular diez meses de crecimiento
  • La inflación alcanza una mayor amplitud y se contagia a la tasa subyacente
  • Calviño espera una variación positiva del nivel de precios

El avance de la inflación subyacente, aparentemente a la sombra de los registros históricos de la tasa general, confirma la filtración de los precios en los bienes y servicios que no son de primera necesidad y en los productos no energéticos. El INE avanzó este lunes que la tasa general del IPC se moderó por primera vez desde hace diez meses, descendiendo medio punto respecto a los datos de diciembre y estableciéndose en el 6%. Por su parte, la tasa anual de la inflación subyacente -que excluye la volatilidad de los precios energéticos y los alimentos sin elaborar-, aumenta tres décimas, hasta el 2,4%, y confirma las nuevas previsiones coyunturales que vislumbran un nivel de precios más elevado y persistente de lo esperado.

El avance del motor de la economía, la tasa subyacente, concede una certidumbre de que el carácter de esta inflación tiene un mayor grado de persistencia. Así lo expone el economista Javier Santacruz a este medio, quien explica «que la subida de la subyacente hace que sea más permanente la inflación, ya que es el reflejo de que se está trasladando a otros bienes y servicios que no son los de primera necesidad y energía». La subyacente es el principal factor para medir el cambio de los precios a corto plazo y confirma, de esta manera, el arrastre de los precios desde la tasa general.

El alza del IPC subyacente augura una inflación elevada durante meses

Este concepto económico relativo a la inflación, el efecto contagio o arrastre, lo introdujo la OCDE en sus perspectivas económicas lanzadas en diciembre. Entonces, el think tank de las economías desarrolladas alertó del riesgo de una inflación elevada durante 2022 incluso si los efectos que mayor presión ejercían sobre el IPC descendían. En el caso de enero, los precios energéticos han bajado respecto a 2021. Sin embargo, la inflación subyacente continúa al alza hasta este 2,4%.

El retroceso de la tasa general se produce por primera vez desde febrero de 2021, hace casi un año. En este comportamiento destaca la bajada del precio de la electricidad, frente a la subida registrada en enero de 2021, señala el INE.

El índice general -contando con el descenso de los productos energéticos como principal factor de presión sobre los precios-, se queda a media décima de la tasa de diciembre, que supuso un nivel de precios récord desde 1992. A la espera de que a mediados de febrero se publiquen los datos definitivos, el IPC sí habría cambiado de tendencia en la evolución mensual, rompiendo con una racha de cinco meses de ascensos y registrando su mayor bajada desde el pasado julio.

Escenario revisado

El horizonte que gira en torno a los precios ha cambiado. Al menos, se ha actualizado conforme la incertidumbre lo permite. A nivel oficial y nacional, la vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, manifestó ayer que la previsión del Gobierno es que en la primera parte de este año todavía haya una «variación positiva» del IPC debido a los precios de la energía, mientras se desmarcaba del control del precio del gas.

De igual manera, entre las casas de análisis revisaron al alza las previsiones de inflación. Según recoge el panel de Funcas, que aglutina las perspectivas de hasta 20 organismos, el rally inflacionista obligó a las casas de análisis a realizar una importante revisión al alza de la inflación. Concretamente, se volvió a dibujar su pico, un 1,1%, por encima de las previsiones anteriores, hasta colocar la inflación media de este año en el 3,5%.

En la publicación del propio consenso, el organismo ya alertó de la filtración de los precios en el producto final: «Se está produciendo un traslado del encarecimiento de los costes de producción hacia los precios finales al consumo«, advirtieron desde la Fundación.

Mismo paradigma, la incertidumbre, divide al Banco Central Europeo (BCE), cuyo Consejo de Gobierno ha puesto en el centro del debate a la inflación. Entre la incertidumbre, el BCE se afianza en el consenso que proyecta un escenario económico en el que una inflación más elevada y persistente toma mayor valor.

«Elevada incertidumbre»

Consideran que las perspectivas de esta a corto plazo están sujetas a una «elevada incertidumbre» y mantienen un descenso de los precios durante este año: «La inflación seguirá siendo elevada a corto plazo, pero se suavizará en el transcursos de 2022», evalúa el economista jefe Philip Lane.

Por su parte, Estadística difundió este lunespor primera vez la nueva base de medias metodológicas para mejorar la precisión del indicador y estrena cambios en la composición de la cesta de la compra y una nueva estructura de ponderaciones. «El cambio de base es un proceso que se realiza cada cinco años para renovar el IPC mediante su adaptación a los cambios en las pautas de consumo de los hogares y la incorporación de mejoras metodológicas», recuerdan desde el organismo en cumplimiento con la normativa europea.

El IPC base 2021 incorpora nuevos tratamientos para el seguimiento de los precios del vestido y para el procesamiento de la falta de precio, y actualiza la relación de subclases: desaparecen del cálculo del IPC 24 subclases y se incorporan dos nuevas.

Entre los cambios más destacables en la cesta están la incorporación de las mascarillas higiénicas y la suscripción a la prensa online. Desaparecen artículos y, por ahora, se aplaza la inclusión del precio de la electricidad en mercado libre.

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