- El euro ha llegado a perder al cierre los 1,04 dólares, mínimos desde 2003
- Desde ING creen que el nuevo suporte se sitúa en la zona de los 1,034 dólares
- Un número cada vez mayor de expertos apuesta por la paridad a corto plazo
La paridad entre euro y dólar está un poco más cerca. La divisa europea cerró este jueves en los 1,0380 dólares, unos niveles que no se veían al cierre desde enero de 2003. Esta drástica depreciación no solo es consecuencia de la debilidad del euro, también lo es de la inusitada fortaleza del dólar, cuyo índice se encuentra en máximos de los últimos 20 años. Ahora la gran pregunta es si el cruce de divisas más negociado del mundo terminará alcanzando la paridad en las próximas semanas o meses.
El euro ha caído un 1,5% frente al dólar en lo que va de mayo. En abril, el descenso mensual fue del 4,7%, una auténtica barbaridad para uno de los cruces más estables del mercado de divisas. Pero es que el desplome desde diciembre de 2021 es del 8,6%. No obstante, en la sesión de este viernes, el cruce, cotiza con cierta calma, aunque ha llegado a caer a los 1,0366 durante algunos instantes.
Esta debilidad del euro es un arma de doble filo. Por un lado hace más competitivas las exportaciones europeas, pero por otro encarece las importaciones denominadas en otras divisas y, sobre todo, en dólares, divisa utilizada para casi todas las materias primas (petróleo, gas…), lo que supondrá una mayor presión al alza para la inflación.
Los economistas de ING explican en una nota publicada esta mañana que «el cruce euro/dólar rompió el soporte clave de 1,0500 este jueves, ya que el actual entorno de riesgo rocoso continúa favoreciendo un dólar más fuerte, mientras que la incertidumbre sobre las implicaciones de la guerra de Ucrania en Europa sigue siendo elevada».
Ahora, según los analistas de ING, el próximo gran soporte son los 1,0340, que fue el mínimo intradía (no al cierre) que marcó en enero de 2017. «Una ruptura por debajo de ese nivel haría que el riesgo de que el euro/dólar alcance la paridad sea bastante importante. No nos sorprendería ver la paridad a corto plazo. De hecho, después de perder el ‘ancla’ de los 1,0500, la volatilidad en el euro/dólar podría aumentar nuevamente con facilidad».
¿Qué está pasando con el euro?
Por un lado, el euro se encuentra en una situación compleja. La guerra en Ucrania amenaza de forma seria una actividad económica que ya dejó entrever un parón notable durante el primer trimestre del año. La guerra está generando una elevada incertidumbre, encareciendo las materias primas (la Eurozona es importadora neta) y, probablemente, posponiendo las decisiones de inversión y consumo de los agentes europeos. Esta inseguridad está provocando que los capitales se marcha de la zona euro, presionando a la baja a la divisa.
«Actualmente, el euro está sufriendo mucho por la incertidumbre sobre los futuros acontecimientos en torno a la guerra de Ucrania. Después de todo, la espada de Damocles de una crisis energética pende sobre la UE, sobre todo si decide implementar un embargo de las fuentes de energía rusas o si la parte rusa interrumpe el suministro de energía que envía a Occidente de forma generalizada. En ese caso, el euro caería por debajo de la paridad con el dólar», advierten los expertos de Commerzbank en su informe semanal.
El impacto de la guerra, aunque también se siente en EEUU, es completamente diferente. Por un lado, la guerra no se está produciendo en territorio americano, lo que reduce los riesgos. Además, este hecho fortalece aún más el estatus del dólar como activo refugio. Los inversores buscan proteger su capital en dólares o activos denominados en esta divisa.
Por otro, la principal consecuencia económica hasta la fecha ha sido el encarecimiento de la energía. Hay que recordar que EEUU es uno de los mayores productores de petróleo del mundo, por lo que la subida del precio del crudo no afecta de igual manera a una economía que a otra, es más, algunos expertos calculan que el encarecimiento del crudo no tiene ya impacto negativo alguno para EEUU. En cuanto al gas, la diferencia es aún más visible, puesto que EEUU es exportador neto de esta materia prima, mientras que Europa apenas produce gas y tiene que importarlo, al igual que petróleo.
Esta debilidad intrínseca del euro se puede apreciar en el índice que confecciona diariamente el Banco Central Europeo y que pondera el tipo de cambio del euro con las divisas de las grandes parejas comerciales del bloque. El índice euro acumula una caída del 3,4% en lo que va de año.
La Fed se distancia del BCE
Por otro lado, aunque el BCE ha endurecido sobremanera su discurso, la hoja de ruta del banco central sigue a años luz de la presentada por la Reserva Federal. El BCE solo ha hablado hasta la fecha, mientras que la Fed ya ha implementado dos subidas de tipos y una de ellas ha sido de 50 puntos básicos.
Se espera que este ciclo de subidas sea el más agresivo en EEUU desde 1994. Unos tipos de interés más altos y cada vez más divergentes (respecto a Europa) hacen que sea más atractivo para los inversores mover su dinero a activos americanos (frente a europeos) de renta fija que presentarán unas rentabilidades superiores. Estos influjos de capital fortalecen al dólar y pueden debilitar al euro.
Cada vez parece más evidente que las diferencias entre la economía americana y la europea, junto a los diferentes caminos de los bancos centrales, conducen a la paridad del euro contra el dólar. Como apunte, la última vez que este cruce se situó en paridad fue en julio de 2002.