Por qué la educación financieradebería ser obligatoria en el colegio

elEconomista.es
22/09/2022
  • Países como Dinamarca, Noruega o Suecia tienen EEF obligatoria
  • Todos los individuos van a tener que tomar decisiones económicas

En España, los padres y madres se han convertido en los mayores educadores financieros. A diferencia de otros países, las niñas y niños no reciben una educación formal sobre finanzas personales, con las consiguientes repercusiones en su posterior desarrollo.

Ante esta situación, los expertos consultados por elEconomista.es lo tienen claro: la educación financiera debería ser obligatoria en las aulas españolas.

Como reconoce Ignacio Muñoz, jefe de admisiones del IEB, «hasta hace poco tiempo no se consideraba relevante». Algo en lo que coincide Adrián Broz, profesor del área de finanzas, economía y marketing en el Grado en Marketing y el Grado en ADE de VIU: «Tanto en la ESO como en Bachillerato se intentan reforzar aspectos más básicos relacionados con las ciencias sociales o con las ciencias exactas y se presupone que los estudiantes con la educación que reciben en su casa, más la que recibirán a futuro, van a tener una buena educación económico-financiera».Te recomendamos

Si bien en los últimos años la educación financiera se ha colado en las aulas, lo cierto es que lo ha hecho a través de asignaturas optativas, dejando así fuera de esta formación a los alumnos que no las elijan. El informe ¿Por qué educar en economía familiar y empresarial?, de PwC y la Fundación Contea, refleja que la jornada escolar española presenta la mayor duración (en comparación con Reino Unido y Países Bajos) y, por tanto, cuenta con el tiempo suficiente para ofrecer una formación de calidad. Pese a ello, dedica muchas menos horas que Países Bajos a las asignaturas vinculadas a la educación económico-financiera (EEF).

Mientras que España da 2,8 horas semanales de media de asignaturas con contenidos financieros (9,9% de la jornada escolar), suponiendo que un alumno curse todas las asignaturas de EEF, Países Bajos da 6 horas (22,4% de la jornada escolar). Existe una clara correlación entre las horas de dedicación y los buenos resultados.

«En la actualidad, se oferta la asignatura «economía social» por lo que queremos pensar que los contenidos económicos se consideran importantes para la formación del alumnado, aunque se ha reducido el peso de la misma en el itinerario escolar«, indica Carmen Campos, coordinadora de Responsabilidad Social Corporativa y proyectos de Educación de Fundación Ibercaja.

«Estos conocimientos se adquieren por iniciativa de docentes y centros educativos y, sobre todo, de manera informal en el contexto familiar, siendo este un aprendizaje individual, parcial y desestructurado«, recuerda Blanca Narváez, directora de Fundación Mutualidad Abogacía.

Precisamente, en 2008 el Banco de España y la CNMV lanzaron el Plan de Educación Financiera con el fin de contribuir a la mejora de la cultura financiera, pero «sigue sin haber un diseño oficial de conocimientos, habilidades y actitudes que un individuo debería adquirir antes de la edad adulta para poder tomar decisiones financieras saludables», sostiene Narváez.

La importancia de la educación financiera radica en que todos los individuos van a tener que tomar decisiones económicas a lo largo de su vida. «El hecho de no contar con esa educación nos lleva a tomar decisiones incorrectas que son las que en ocasiones producen esas crisis», destaca Broz.

Blanca Narváez: «Sigue sin haber un diseño oficial de conocimientos, habilidades y actitudes que un individuo debería adquirir antes de la edad adulta»

El año pasado, Esmeralda Gómez, escritora, inversora y fundadora de La Guía de la Vida, presentó una iniciativa legislativa popular con la intención de que se estudiara educación financiera en los colegios españoles. Como recoge la propuesta, «la tarea de educar en finanzas personales debe hacerse de un modo compartido y no excluyente entre la familia, las instituciones públicas, los centros educativos y la misma sociedad, ya que el dinero es algo que todos manejamos a lo largo de nuestra vida y de lo que, hasta la fecha, existe una carencia formativa oficial». No obstante, recibió una respuesta negativa.

«En los últimos años, ha aumentado la preocupación por esta laguna formativa, que se agudiza por la mayor complejidad de ciertos productos bancarios, la irrupción de las nuevas tecnologías o los pagos a través de Internet y móvil», remarca Ignacio Muñoz.

Cuál es el camino

De acuerdo con las evidencias de la economía del comportamiento, las personas solo buscan la adquisición de conocimientos financieros cuando se ven motivados por algún hecho concreto.

«Por ello, dicho conocimiento debe incluirse de forma obligatoria en el currículo educativo«, apunta Blanca Narváez, quien añade que «fuera del sistema educativo, las empresas y las políticas públicas deberían facilitar los comportamientos financieramente saludables para el individuo a través de sus productos y servicios, así como a través de las políticas públicas».

A este respecto, Carmen Campos considera que «la mejor forma de que los escolares aprendan conceptos financieros es despertar su interés por ellos, hacerles ver que forman parte de su familia y de la sociedad y que sus hábitos y decisiones son importantes para el desarrollo económico. Implicarlos en valores compartidos como el ahorro y la confianza es una tarea tanto de la escuela como de las familias, no se puede delegar esta responsabilidad exclusivamente en una de ellas».

Adrián Broz: «Se presupone que los estudiantes con la educación que reciben en su casa, más la que recibirán a futuro, van a tener una buena educación económico-financiera»

La mayoría de expertos coinciden en que una de las mejores metodologías a la hora de educar en finanzas es la práctica. Según el informe Midiendo la innovación en la educación, publicado por la OCDE en 2019, un 55% de los alumnos de cuarto de educación primaria encuestados en España usan métodos memorísticos para el afianzamiento de los contenidos teóricos en las clases, frente al 20% y 24% de Reino Unido y Países Bajos. Es decir, en España sigue primando la memorización frente al raciocinio.

«Los más pequeños pueden aprender los conceptos de forma transversal con otras materias, además, hoy en día hay muchos materiales como, por ejemplo, el juego de mesa Finnelis, que permiten que los más pequeños puedan entender cómo gestionar un pequeño presupuesto mensual», apunta Jordi Martínez, director del Programa EFPA de Educación Financiera.

«La educación financiera debería recibir una atención mucho más especial desde lo que es la enseñanza a todos los niveles: primaria, ESO, bachillerato, etc. Debería desarrollarse a partir de asignaturas que fueran específicas de la temática, que fueran obligatorias. Asignaturas que tengan una mayor duración y apelen a la gamificación, a la educación a partir de la práctica, el learning by doing, asignaturas que estén vinculadas con la evaluación de proyectos, el emprendimiento, etc.», añade Adrián Broz.

Como recuerda Esmeralda Gómez, «a un niño que se le hace partícipe de la gestión de los recursos del hogar, es más fácil transmitirle después que el dinero es un recurso más que se gestiona».

Una mirada a otros países

Tradicionalmente, los países nórdicos han sido los más ejemplares en lo que a educación financiera se refiere. Suecia, Dinamarca o Noruega son los nombres más repetidos cuando se pregunta qué modelo debería seguirse.

«No es casualidad que dichos países tengan incluida la competencia financiera en el currículo escolar, desde primaria. Tampoco es casual que tengan un modelo educativo que busca la inspiración del alumnado y hacer a cada niño y niña partícipe de su propio proceso de aprendizaje», observa Carmen Campos.

Adrián Broz coincide: «Son países dónde el desarrollo con la educación económico-financiera tiene características como la continuidad en los distintos niveles de educación, el hecho de que presenten asignaturas que sean obligatorias, específicas del desarrollo de la temática, que tengan mayor duración y metodologías de aprendizaje innovadoras, basadas muy en la práctica«.

Carmen Campos: «No es casualidad que dichos países tengan incluida la competencia financiera en el currículo escolar, desde primaria»

En esta línea, Jordi Martínez lo achaca a «su forma de relacionarse con el dinero y también porque son países más avanzados en otras materias educativas. Por ejemplo, España, en las pruebas Pisa queda por debajo en competencias financieras, pero también en comprensión lectora y en matemáticas. Tiene bastante lógica pensar que si mejora en matemáticas y comprensión lectora será más fácil poder tomar mejores decisiones ante problemas financieros».

Hay países que han modificado su sistema educativo logrando mejores resultados en su alumnado y, por ende, han elevado su nivel de conocimiento de educación financiera. «Tenemos el ejemplo de Hong Kong (China) que se ha posicionado en los últimos años como uno de los mejores sistemas educativos centrado en el desarrollo integral de la persona, fomentando su pensamiento crítico e independiente, elementos fundamentales para tomar decisiones financieras», concluye Campos.

Qué países hacen los ‘deberes’

Más allá de países como Filandia, Noruega o Suecia, hay otros que incluyen la formación financiera en la etapa escolar. Es el caso de Argentina, que lo ha añadido este año para los alumnos de los últimos años de secundaria de la Ciudad de Buenos Aires, como explican desde Val-u. También destaca EEUU, donde hay hasta 25 estados que exigen a los alumnos clases de economía para graduarse. En Australia incluyen temas financieros en las escuelas primarias y secundarias, mientras que Reino Unido incorpora la EF en las asignaturas de ciudadanía y matemáticas de secundaria como parte del currículum nacional.

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