28-04-2023
La economía avanza el 0,5% trimestral pese a que la inflación castiga el consumo familiar. El INE revisa al alza las cifras de la segunda mitad de 2022
La recesión que temían numerosos analistas para finales de 2022 y el arranque de 2023 ha quedado lejos. La economía española creció un 0,5% en el primer trimestre de 2023 respecto al trimestre inmediatamente anterior, la mejor cifra desde junio del año pasado, según la primera estimación del INE. El organismo estadístico, además, ha revisado al alza los datos de la segunda mitad de 2022, que han pasado de arrojar un crecimiento de la economía del 0,2% en el tercer y cuarto trimestre a un 0,4% en cada uno de ellos. Cifras, pues, muy alejadas de la recesión (dos trimestres con crecimiento negativo) y que dejan el PIB interanual con un sólido avance del 3,8% entre enero y marzo de este año, ocho décimas más que el 2,9% del tramo final de 2023.
Con estos datos y gracias a la revisión de la serie, el PIB español queda a apenas un 0,17% del nivel previo a la pandemia. Según los datos corregidos de estacionalidad y calendario del INE, el PIB en base 100 está en 110,92 puntos, frente a los 111,12 de diciembre de 2019, antes de la brutal contracción provocada por la pandemia.
El peaje de la inflación, muy elevada en los alimentos y mitigada en la energía, tiene un impacto directo en las cuentas de familias y empresas y, por tanto, en la composición del crecimiento. Las familias han recortado gasto en un 1,4% frente a un 0,5% de finales de 2022 (dato corregido sobre el -1,8% calculado inicialmente). Estos datos se han compensado con la inversión, en particular de las empresas. La formación bruta de capital ha crecido el 1,2% en el trimestre, con un aumento de un 1% en la inversión en vivienda (se recupera desde la caída del 2,6% de finales de 2022) y un significativo acelerón del 3,8% en la inversión en bienes de equipo, que se desplomó un 5,7% entre octubre y diciembre. La mejora de las previsiones económicas y una caída a plomo en los costes energéticos han animado las previsiones de los empresarios, que han reactivado o iniciado proyectos de inversión. Aun así, la pérdida de pulso del gasto provoca que la demanda nacional baje un 0,8% trimestral (misma cifra que en el cuarto trimestre). Es el sector exterior el que borra estos números rojos: las exportaciones se disparan un 5,8% trimestral, aunque las importaciones también suben, en este caso un 3,1%.
La pérdida de pulso en el consumo interno ha castigado, como cabe esperar, el sector servicios, que ha decrecido un 0,1% en el trimestre. La industria, por el contrario, arroja una expansión del 1,2% y la construcción, del 2,5%. La pérdida de pulso en los servicios, no obstante, no viene tanto del comercio como de otras actividades. El gasto en tiendas, hostelería y transporte ha crecido, un 2,7% sobre el trimestre anterior. Pero caen un 7,2% las actividades financieras y un 2% la actividad en servicios de información y comunicaciones.
En términos anuales, la economía española crece un 3,8% sobre el mismo periodo de 2022, gracias también una comparativa más favorable con un trimestre marcado por el inicio de la guerra de Ucrania, en el que la economía se contrajo un 0,4%. En tasa intertrimestral, de hecho, el consumo de las familias mantiene el tono positivo, un 1,4%, mientras la inversión empresarial cae el 5% sobre 2022. La serie de distorsiones que ha vivido la economía desde el estallido de la pandemia, primero y de la guerra, después, sigue provocando movimientos más violentos de lo acostumbrado y frecuentes revisiones de cifras. El INE, de hecho, también ha recalculado, en este caso a la baja, estos datos de la primera mitad del año pasado: cuatro décimas a la baja el PIB del primer trimestre (que queda en el 6,5% interanual) y en una décima el del segundo (hasta el 7,7%). La inflación, de hecho, supone una notable distorsión de las cifras: en términos nominales (sin tener en cuenta la subida de los precios) la economía española es un 10,2% más grande que hace 12 meses, merced al impacto de la inflación. El deflactor del PIB (medida usada para corregir este impacto) es del 6,2%, 1,1 puntos más que a cierre de 2022.
Desde el punto de vista del reparto de este crecimiento, el contexto sigue siendo mucho más favorable a las empresas que a los trabajadores. Aunque ha sido una constante desde la salida de la pandemia, los márgenes de las compañías crecen más rápido que los salarios. Concretamente, y en términos nominales, el excedente de explotación se dispara un 15,8% interanual, 1,3 puntos menos que el trimestre anterior, mientras que la remuneración de los asalariados avanza un 6,3% sobre el año anterior, cifra en línea con el deflactor del PIB. Los empleados, de hecho, siguen perdiendo poder adquisitivo, pues la mejora de la remuneración depende tanto del aumento del salario medio (un 3,6%) como del número de asalariados (2,6% interanual).
En el trimestre, las horas trabajadas, crecen en línea con la evolución de la economía, un 0,4% sobre el cierre de 2022, y los puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo apenas crecen un 0,1%, dado que la jornada media ha crecido un 0,2%. Los datos coinciden a grandes rasgos con los arrojados ayer por la Encuesta de Población Activa, con la pérdida de 11.000 puestos de trabajo en que es, tradicionalmente, el pero trimestre del año para el empleo. Sobre el año pasado, se crean 426.000 empleos a tiempo completo (368.000 según la EPA), gracias sobre todo a la mejora en la industria manufacturera (3,1% interanual) y a que los servicios frenan pero siguen creciendo (1,4% sobre el año pasado). Con estas cifras, la productividad por puesto de trabajo crece el 1,5%; dado que la remuneración por asalariado aumenta el 3,6%, el coste laboral unitario aumenta el 2%, 4,2 puntos menos que el deflactor del PIB.
Peores cifras en Alemania y Francia
Los datos de la economía española han sido más sólidos que los de sus principales socios comerciales. Alemania ha esquivado la recesión por un estrechísimo margen. Pese a que su PIB entre enero y marzo se estancó (0,0%), evitó acumular dos trimestres consecutivos en negativo, según las estimaciones provisionales difundidas hoy por la oficina federal de Estadística (Destatis). En el último trimestre de 2022 la economía alemana había registrado una contracción del 0,5 %, de acuerdo con esos datos. “El consumo privado como el gasto público disminuyó a principios de 2023″, constató en un comunicado Destatis, donde se destaca, por otro lado, un “impulso positivo” procedente de las inversiones y las exportaciones. A escala interanual, se registró un crecimiento del PIB en los tres primeros meses del año del 0,2%, de acuerdo a las estimaciones de Destatis. Las cifras oficiales contrastan con algunos pronósticos precedentes de expertos y medios, que partían de un crecimiento leve para el primer trimestre, sobre el 0,2%, tras la contracción de los últimos tres meses del año anterior y el peligro de que, de sumarse un nuevo negativo, se entrara en recesión técnica.
Por su parte, la economía francesa salió del estancamiento con un crecimiento del 0,2 %, gracias esencialmente a la aportación del comercio exterior y a la producción industrial. Con todo, la demanda interna en el primer trimestre volvió a restar al producto interior bruto: una décima tras cuatro entre octubre y diciembre. La razón es que entre enero y marzo la inversión retrocedió dos décimas, mientras el consumo de los particulares tuvo una evolución nula. La progresión del PIB en el primer trimestre, después de un incremento del 2,6 % en el conjunto de 2022, se explica en primer lugar por una contribución positiva del comercio exterior (seis décimas), por el efecto doble de un descenso de las importaciones (0,6 puntos) y un aumento de las exportaciones (1,1 puntos). Además, la producción total aumentó un 0,4 puntos después de otro ascenso de 0,1 puntos en los tres últimos meses del año pasado. Las variaciones de existencias de las empresas restaron tres décimas al PIB en el primer trimestre, tras haber sumado dos décimas entre octubre y diciembre. La subida del 0,2 % del PIB en el primer trimestre es superior al 0,1 % que el propio INSEE había anticipado.