16 noviembre 2023
Fedea constata que la negativa del Ejecutivo a adaptar el IRPF a la inflación ha sido fundamental en lo que define como un «importante incremento»
El Gobierno elevó la presión fiscal en 2,9 puntos entre 2019 y 2022 y buena parte de ese incremento en esta referencia, que incluye la presión tributaria y de cotizaciones sociales, lo han soportado las familias a través del IRPF. Los datos de Eurostat que recoge Fedea así lo evidencia, y así lo afirma el documento La presión fiscal en España y en la UE que hoy ha publicado esta fundación.
«La evolución de los ingresos por impuestos y cotizaciones ha sido bastante superior en España con un crecimiento de 2,9 puntos sobre PIB en el periodo 2019-2022 [38,3% vs 35,4%]», señala el estudio. «Este importante incremento», prosigue, «ha sido resultado de un aumento de los ingresos en imposición sobre la renta [1,9% PIB] en los que la imposición personal/familiar explica algo más del sesenta por ciento del total [1,25% PIB] y la que gira sobre las corporaciones, el resto [0,65%]».
«La renta personal es el epígrafe que ha asumido el mayor porcentaje de aumento de la presión fiscal (41,4% del total), en su mayor parte debido a la no actualización de la tarifa y las deducciones personales del IRPF», subraya el documento que firma Miguel Ángel García Díaz, investigador asociado de Fedea y ex viceconsejero de Empleo, Formación y Trabajo de la Junta de Andalucía entre 2019 y 2022.
Esto es, que la reiterada negativa del Gobierno y, en especial, de la ministra de Hacienda en funciones, María Jesús Montero, de no adaptar el IRPF a la inflación, de no indexarlo, es el principal motivo de la subida. Esta práctica está ampliamente recomendado en los manuales económicos y la inmensa mayoría de economistas ha señalado la necesidad de adaptar el impuesto, ya que hacerlo no es una bajada de impuestos pero no hacerlo sí es una subida encubierta.
Montero, sin embargo, siempre se ha negado aduciendo que esa medida beneficia a todas las rentas, altas y bajas, pero la realidad es que a quien afecta de manera especialmente negativa la no deflactación es la clase media, que es la gran pagadora del IRPF.
Además de este incremento sobre las familias, prosigue el documento de Fedea, se ha registrado un incremento de medio punto «localizado fundamentalmente en el IVA», y el resto responde a «una mayor recaudación de las cotizaciones sociales». «En estas últimas, la mayor parte del aumento se localiza en la cuota del empleador [0,5% PIB]», señala el estudio.
Todo ello, lleva el conjunto de la presión fiscal hasta el apuntado 38,3%, cifra que es todavía inferior al 41,2% de la media de la UE o al 41,9% de la eurozona. «El signo de la diferencia cambia en caso de utilizar la media simple y la presión fiscal española habría sido en 2022 superior en 1 punto de PIB a la media de la UE [38,3% vs 37,3%] y en 0,4 puntos a la de los países de la zona euro», apunta el informe.