La inflación de la eurozona afloja más de lo esperado hasta el 2,4%: es la lectura más baja desde el verano de 2021

30/11/2023

  • El IPC general desacelera más del 2,7% esperado por los analistas
  • La inflación subyacente también frena con fuerza hasta el 3,6%
  • Al BCE le costará esquivar el debate sobre recortes de tipo

La inflación vuelve a traer noticias positivas a Europa. El índice de precios al consumo (IPC) de la eurozona (los países del euro) desaceleró este mes de noviembre más de lo esperado, hasta el 2,4% interanual. El consenso de economistas esperaba un retroceso del 2,9% de octubre al 2,7%. La estimación preliminar publicada este jueves por Eurostat es la lectura más baja desde julio de 2021 y se acerca ya a menos de medio punto porcentual del objetivo del 2%. A su vez, el IPC subyacente (excluye energía, alimentos, alcohol y tabaco), más persistente y objeto de preocupación del Banco Central Europeo (BCE), retrocede del 4,2% al 3,6% interanual, la menor lectura desde abril de 2022. Aunque hay expertos que avisan de que en diciembre el dato general puede volver al 3%, las cifras conocidas hoy alimentan la expectativa de recortes de tipos por parte del banco central en 2024.

Al contrario que en anteriores lecturas, esta desaceleración mayor de lo previsto no se debió a la energía, que apenas varió del -11,2% interanual al -11,5%. Tampoco a los alimentos, que cayeron del 7,4% al 6,9%. En esta ocasión, el motor ha sido la inflación subyacente, con el IPC de bienes frenando del 3,5% al 2,9% y el de servicios del 4,6% al 4%, en ambas casos por encima de lo anticipado. En lectura intermensual, el IPC subyacente ha registrado un sorprendente -0,6%.

El dato global de la eurozona viene arropado por las positivas desaceleraciones registradas en las principales economías del bloque. Este miércoles se dieron a conocer las lecturas preliminares de noviembre del IPC de Alemania y de España. En ambos países, tanto la inflación como, lo que es más importante, su subyacente, sorprendieron gratamente al bajar más de lo anticipado por el consenso de analistas. En el caso de Alemania, el IPC descendió dos décimas más de lo esperado, del 3,8% de octubre al 3,2% interanual, la lectura más baja también desde julio de 2021. En España, el IPC general pasó en noviembre del 3,5% al 3,2%, mientras que el subyacente (en este caso excluyendo energía y alimentos frescos) cayó del 5,2% al 4,5%. Con los datos de este jueves, en Franciael IPC ha caído del 4% al 3,4% y la lectura intermensual ha sido negativa (-0,2%).

«Siempre esperamos que la inflación cayera significativamente en los últimos meses del año, pero el proceso de desinflación se está produciendo incluso más rápidamente de lo que esperábamos, sobre todo en el caso de la inflación subyacente, donde las expectativas eran que las presiones sobre los precios se mantuvieran más obstinadas. Pero la debilidad de la demanda y el rápido desvanecimiento de los problemas de oferta han situado la inflación subyacente en una senda descendente mucho más rápida de lo que se pensaba hace unos meses», analiza Bert Colijn, economista de ING, en una nota para clientes.

«Tomando el ritmo mensual de subidas de precios observado en los tres últimos meses, la inflación subyacente caerá por debajo del 2% mucho antes de finales del próximo año. Aunque nos parece un tanto optimista, dadas las presiones sobre los precios que siguen ejerciendo los salarios, por ejemplo, muestra que la inflación es ahora mucho más benigna que a principios de año», añade Colijn.

«Para el BCE, los indicios de una victoria inminente sobre la inflación van en aumento. Al banco central le preocupan factores como el crecimiento de los salarios y posibles repuntes en el mercado de la energía que podrían volver a situar la inflación en una senda más alta. Pero la política monetaria actual es suficientemente restrictiva, ya que los datos sobre préstamos bancarios publicados esta semana muestran que los efectos de la subida de tipos están afectando significativamente a los préstamos. Además, los efectos del endurecimiento de la política monetaria están aún por llegar, puesto que los pagos de intereses siguen aumentando. Por lo tanto, el mercado está en lo cierto al empezar a considerar recortes de tipos para 2024. Creemos que la primera podría producirse antes del verano», zanja el economista de ING.

Tras los datos de este jueves, las apuestas del mercado contemplan un primer recorte de 25 puntos básicos para abril de 2024. Los swaps también reflejan un punto porcentual completo de recortes (100 puntos básicos) para octubre el año que viene, previsión que hasta ayer se contemplaba para la reunión de diciembre de 2024.

Los analistas de Capital Economics, a su vez, consideran que la sorpresa positiva de noviembre hace cada vez más insostenible que los responsables políticos afirmen que ni siquiera están pensando en recortar los tipos. Por eso, ahora prevén un primer recorte para el próximo mes de junio, en lugar de septiembre, y creen que el BCE bajará los tipos al 3% a finales de 2024 (serían cuatro bajadas de 25 puntos básicos durante el año tomando como referencia el tipo de facilidad de depósito, ahora mismo en el 4%).

Pero no será tan fácil, reconoce el estratega de la casa de análisis Andrew Kenningham: «Los responsables políticos no querrán cantar victoria prematuramente y seguramente reiterarán en la reunión de diciembre del BCE que es demasiado pronto para recortar los tipos. Además, es probable que la inflación repunte al menos hasta el 3% en diciembre, con el aumento de la inflación energética. Y el mercado laboral sigue siendo muy tenso en comparación con la situación anterior a la pandemia».

«Es probable que la tasa de inflación de noviembre marque un mínimo temporal. En diciembre, es probable que la tasa vuelva a superar el 3% por la comparación interanual con la fuerte caída de los precios de la energía en diciembre del año pasado (-6,6% intermensual). En enero, la expiración del tipo más bajo del IVA sobre el gas natural y el mayor precio del CO2 en Alemania evitarán una caída más pronunciada de la tasa de inflación», apuntala Christoph Weil, economista de Commerzbank.

El experto alemán opina que es demasiado pronto para hablar de victoria sobre la inflación y plantea que el factor clave para 2024 será en qué medida las empresas trasladan el reciente fuerte aumento de los costes laborales a sus clientes: «La débil demanda sugiere que esto sucederá más tarde que temprano. Inicialmente, es probable que nuevas caídas en los precios de los alimentos y los bienes industriales no energéticos moderen la inflación, razón por la cual no descartaríamos la posibilidad de que la inflación general caiga por debajo del 2% y la inflación subyacente por debajo del 3% en el corto plazo». Sin embargo, concede, en la segunda mitad del año, al menos la inflación subyacente debería estabilizarse muy por encima del objetivo del BCE del 2%.

No obstante, remata Kenningham, dado que la inflación general y la subyacente tenderán probablemente a la baja en el nuevo año, «será difícil para el BCE ignorar hasta qué punto está cambiando la tendencia inflacionista». «Con unas condiciones cercanas a la recesión que se prolongarán y una inflación que probablemente se acerque al 2% a mediados de 2024, creemos que los argumentos para que el banco central suavice su política monetaria para entonces serán demasiado fuertes como para que el BCE pueda resistirse», concluye.

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