14.611 empresas confiaron el año pasado en Ecoembes para dar respuesta a sus obligaciones relativas a la responsabilidad ampliada del productor (RAP) y aportaron 606,6 millones de euros para el reciclaje de casi 1,7 millones de toneladas de residuos
La separación de basuras en diferentes cubos es un gesto ya habitual en cualquier casa española, pero a veces nos olvidamos de los objetivos principales de esta práctica: cuidar al medio ambiente, reducir la generación de residuos y facilitar su reincorporación al ciclo productivo en forma de materia prima reciclada para fabricar nuevos productos.
El grueso de ese trabajo lo asume desde 1997 Ecoembes, año en el que esta entidad sin ánimo de lucro inició su actividad, como Sistema Colectivo de Responsabilidad Ampliada del Productor (SCRAP), destinado a garantizar la gestión de envases de plástico, metal, brik, madera, papel y cartón en España. Desde entonces la cantidad de estos residuos que se ha enviado a reciclar ha crecido de manera constante hasta alcanzar el año pasado las 1.683.890 toneladas en envases reciclados, un 3,5% más que en 2022 y un 12% más que hace cinco años.
“Estamos orgullosos de haber impulsado el sistema de reciclaje de envases domésticos en España, en colaboración con las empresas, las administraciones públicas y toda la ciudadanía, con el que ofrecemos soluciones que son eficaces, eficientes, innovadoras y con garantía de cumplimiento”, afirma Rosa Trigo, consejera delegada de Ecoembes.
Si nos fijamos en el tipo de material que componen las casi 1,7 millones de toneladas de envases domésticos recicladas, observamos que 733.673 fueron de envases plásticos (un 3,5% más que en 2022), 697.305 de papel y cartón (+4,6%), 243.604 metálicos (+0,1%) y 9.308 de madera (+3,28%).
Todo ese volumen ha sido gestionado en alguno de los 495 recicladores homologados por Ecoembes, que garantizan el correcto tratamiento de los residuos de envases contribuyendo así a su circularidad. Esto ha conllevado, además, el ahorro de 9,84 millones de MWh de energía, 15,53 millones de m3 de agua y evitó la emisión de 1,7 millones de toneladas de CO2 a la atmósfera.
En cuanto al origen de todo lo reciclado, el 73,1% provenía de la recogida separada, que incluye tanto las 1.012.036 toneladas procedentes de la recolección selectiva municipal (60,1%), que se realiza a través de los contenedores amarillos y azules de la calle, como las 219.424 toneladas recogidas mediante gestión privada (13%) y a través de puntos de reciclaje situados en lugares de gran afluencia de público como estadios, aeropuertos, estaciones o en multitud de eventos. El 26,9% restante (452.430) se consiguió recuperar de las plantas de residuos que tratan la fracción denominada “resto”. Una cifra que evidencia que, aunque el reciclaje es un hábito medioambiental muy consolidado, se puede extender aún más. “En línea con nuestro propósito de trabajar por un futuro sin residuos, sabemos que todavía hay camino por recorrer, y por eso nos enfocaremos en ir más allá del reciclaje, con la reducción, la reutilización y la lucha contra la basuraleza en nuestra hoja de ruta. Y lo haremos con la escucha, la participación y la transparencia como principios de gobernanza”, asegura la responsable de Ecoembes.
Hay que recordar que es una organización sin ánimo de lucro, por lo que no tiene beneficios. Para ello, cada año equilibra sus ingresos y costes. Unos costes que en 2023 ascendieron a 802,1 millones de euros por el reciclaje de envases domésticos. De ellos, 789,9 millones (el 98,5%) se destinaron a garantizar la operativa del reciclaje. Esto incluye los 397.721 contenedores amarillos y 253.322 azules disponibles en la vía pública y los más de 57.643 puntos de reciclaje y 310 máquinas RECICLOS instaladas en espacios de gran afluencia de público (como aeropuertos, universidades, estadios de fútbol u oficinas); así como la puesta en circulación de los camiones que recogen los contenedores, el pago de operarios, el proceso de selección llevado a cabo en las plantas, el traslado de residuos, las campañas de concienciación o la innovación para la mejora del sistema. Los 12,2 millones de euros restantes (el 1,5%) correspondieron a costes de estructura, como arrendamientos, provisión de insolvencias o personal.