Hace un mes surgió el debate sobre una eventual caída del petróleo a cero dólares. Un escenario que hoy se ve sobrepasado en el mercado de materias primas, donde el barril West Texas, se ha hundido un 305% y ha cerrado en negativo, a -37,63 dólares.
Un mes atrás Paul Sankey, analista de Mizuho Securities, recibió no pocas críticas cuando llegó a plantear un escenario que parecía, cuando menos, extremo: una eventual caída del precio del petróleo a cero dólares, o incluso a precios negativos. Un escenario que se ha materializado hoy.
El contrato de mayo en el barril tipo West Texas se ha hundido un 305% y ha cerrado en precios negativos, materializando el escenario que Sankey anticipaba hace un mes. El barril de West Texas se paga a -37,63 dólares. Se trata de la mayor caída desde que comenzó la serie histórica en 1983.
Sankey argumentaba entonces que el shock sin precedentes que causaría el parón por el coronavirus en la demanda de crudo provocaría que unos 20 millones de barriles al día no encontraran destinatario, el equivalente a cerca del 20% de la producción previa a la crisis del coronavirus. Debido a que el almacenamiento de crudo es limitado y costoso, la situación podría llevar a las empresas a desprenderse de los barriles a cero dólares, o incluso verse forzadas a vender a precios negativos, concluía el analista de Mizuho Securities.
Un mes después, las previsiones de derrumbe de la demanda han alcanzado dimensiones mayores: 29 millones de barriles diarios en abril, según la Agencia Internacional de la Energía, que añadía a esta previsión una advertencia: «nunca antes» se ha llevado tan al límite la capacidad de almacenamiento.
La OPEP baraja en sus estimaciones un desplome algo más atenuado de la demanda: 20 millones de barriles diarios, lo que no impide que reconozca abiertamente que abril será el peor mes de la historia para la industria petrolera.
La denominada OPEP+ (los países de la OPEP más aliados como Rusia) acordaron reducir su producción en cerca de 10 millones de barriles diarios, aunque el recorte total podría oscilar entre los 15 y los 20 millones por el desplome del bombeo en otros países productores, entre ellos EEUU y Canadá. Estas cifras aún se quedarían por debajo de la caída de hasta 29 millones de barriles prevista por la AIE para el mes en curso.
Los focos de los operadores del mercado del petróleo se desplazan por tanto hacia los grandes centros logísticos de almacenamiento de crudo en EEUU, y en especial a Cushing, en Oklahoma, punto de distribución del barril West Texas, de referencia en el mercado estadounidense.
El volumen de crudo almacenado aumenta a medida que las refinerías paralizan su actividad para adaptarse al desplome de la demanda por las medidas de confinamiento motivadas por el coronavirus. EEUU, convertido en los últimos años en el mayor productor de crudo gracias al auge del ‘shale oil’, se enfrenta ahora al problema de dar salida a su producción, debido al derrumbe de la demanda tanto interna como externa.
Los analistas señalan que el principal temor ahora es el colapso de la infraestructura de almacenamiento. Esta situación se evita, de momento, gracias al ‘almacenamiento extra’ en los grandes buques petroleros. Según datos de Reuters, hasta 160 millones de barriles estarían actualmente en buques petroleros, un nuevo récord histórico y el doble de hace dos semanas.
Vencimiento de futuros
La desbandada en el precio del petróleo en EEUU se ha agravado en pleno cambio de referencia en los futuros. Los inversores han desecho sus posiciones en el contrato de mayo, que expira este martes según Bloomberg, para centrarse ya en los futuros sobre el contrato de junio.
Una vez expire el contrato de mayo, el cambio de referencia hacia el contrato de junio alejará un tanto su precio de los mínimos actuales. El contrato de junio cotiza en niveles próximos a los 20 dólares.
Una estabilidad mayor ha reflejado el barril de Brent, de referencia en Europa. Las caídas han sido del 8,9%, lo que ha dejado su cotización al cierre en los 25,58 dólares.